El Barcelona había ganado todos los títulos posibles, había emocionado a su desconfiada afición e impactado al mundo entero con su juego, pero Pep Guardiola consideraba que su elogiadísima

Un Woody Allen rubio y guapo, mil años más joven, que no era judío pero sí neurótico hasta la neurosis, soñaba con una París noctambula en la que no había británicos con aires pomposos de pseudointelectual seduciendo a su mujer.

En la semana en la que Real Madrid y Atlético han escrito inéditas páginas de gloria, Valencia y Sevilla se empeñaron en ser un postre a la altura. El primer paso lo dio Mestalla, que se puso el traje de las grandes

En estos momentos, el Sevilla de Unai Emery parece mejor equipo que el Valencia de Pizzi. Posee un plan de juego más definido, pasa por un periodo exultante de confianza y además tiene a Ivan Rakitic. El rubio está

El Sevilla ahora mismo tiene dos cosas. La primera, que sabe a lo que juega. Un equipo trabaja toda la temporada para alcanzar el punto exacto en el que se encuentran los andaluces. Son conscientes de lo que son

EEl Valencia de Pizzi ha tenido días mejores y peores pero casi siempre ha dejado algo. Desde victorias sonadas a tramos de muy buen juego. Ayer, en el peor momento posible, el cuadro valenciano tuvo su primera noche

En Mestalla chocaron dos de los equipos más capaces de La Liga. El resultado, raro hubiera sido lo contrario, fue un encuentro parejo que pudo ganar cualquiera y como sucede a menudo en estos casos,

Los Keita son en Mali lo que los García en España, es decir, mucha gente. La gran extensión del apellido en este país que se despliega generoso desde las orillas del Níger se debe en gran medida al héroe protagonista

Con solo dos titularidades en la temporada y 21 años de edad, toda sentencia es absurda. De Sergi Roberto intuimos que gusta a su entrenador. Por lo que hace y porque el propio técnico así lo expresa, aunque luego el

Seydou Keita terminó siendo un futbolista muy infravalorado. Aquel centrocampista de dinámica constante, despliegue impactante y optimismo ante el gol, quedó sepultado por el virtuosismo general.