La semana pasada se disputó el Superclásico argentino entre Boca y River y ayer tuvo lugar el derbi rosarino entre Newell´s y Rosario Central, dos encuentros marcados con rotulador fosforescente por Leo Messi y Alejandro Sabella porque podrían haber servido para comprobar si Fernando Gago o Éver Banega están en el punto que necesitan Mascherano y Di María para completar un triángulo de centrocampistas competitivo de cara al Mundial de Brasil. La intensidad de estos duelos tan íntimos y la enorme carga emocional de los mismos romperían aunque fuera un poco con el casino ritmo de la Liga doméstica y ambos candidatos enfrentarían una situación más cercana a la que se vivirá en la Copa del Mundo. Y ninguno respondió.
Banega es como un tirador de 3En realidad fue la historia de siempre. Éver empezó con ciertas ganas, intentó echarse el equipo a la espalda y su contrincante lo fijó como hombre a parar. Rosario subió su agresividad, le forzó un par de fallos, sembró la duda en él, la duda se convirtió en obstáculo y el obstáculo en una sensación de apatía que quizás no sea tal, sino su forma de expresar una frustración absurda. Banega no concibe que un centrocampista pueda fallar, y por eso con él nunca existe término medio: o está en todas e inspiradísimo o esquiva el juego y se limita a saltear ramalazos de su clase muy separados en el tiempo. Visto con perspectiva, este dotadísimo medio fue la típica promesa que necesitaba la dirección de uno de los mejores entrenadores del mundo para romper a crack. Le faltó esa figura y se ha quedado en lo que es, que no es poco pero sí decepcionante. Apostar a Éver como titular no sería propio de Sabella.
Gago lo intenta, pero sus limitaciones le lastran en demasía.
Gago es un caso distinto. Es más, Gago resulta casi heroico, justo lo contrario a Banega. Hace unos días la prensa alemana le preguntó a Guardiola por Thiago Alcántara con motivo de su lesión y Pep contestó que su mayor virtud es que cuando salta al campo siempre se cree el mejor de los 22. Pues el fútbol lleva ocho años machacando a Gago, demostrándole que su nivel técnico es sin duda flojo, y ahí sigue El Pintita creyéndose el gran cerebro sudamericano. Él se ofrece, marca la posición, da el pase y se vuelve a ofrecer, y la verdad es que genera sensación de dominio en algún partido que otro, de ahí que sea quien más ha rendido junto al Jefecito y el Fideo, pero en cuanto el oponente sube el umbral de agresividad y comprime el tiempo y el espacio… es que no llega. Como su pie no le da ninguna solución -es increíble que la única superficie útil de su bota fuerte sea el interior siendo un teórico pasador-, o intenta mantener la precisión y se lo comen o sube su velocidad de ejecución y empieza a fallar en sus entregas. En Brasil el sol secará el césped y los europeos irán más lentos, pero es difícil que los ralentice tanto como para que Gago compita contra, por ejemplo, Pogba y Matuidi.
danityla 7 abril, 2014
Lo se Gago es tan evidente. Se agradece que lo pongáis por escrito gente con conocimientos técnicos, porque muchos aficionados llevábamos un tiempo comentando esas carencias.
Es un futbolista de voluntad de hierro, pero de carencias técnicas en una zona que no te las perdona: o eres un monstruo físico, o posees un nivel alto de técnica o eres un proyecto de entrenador táctico, pero quedarte a medias (como poco) en todo, te mata.
Supongo que el hype que supuso su fichaje por el Madrid le permitió ocultar dichas carencias, pero lleva demasiado tiempo mostrando esa fragilidad.