Sería injusto y terriblemente erróneo empezar este análisis haciendo referencia a los aspectos negativos del partido vivido anoche en el Camp Nou. No toca. En una previa fría, con multitud de suplentes en ambas alineaciones, el conjunto de Pellegrini (de Manuel Pellegrini) escribió la que quizás sea la página que más le relaciona con la grandeza. Y eso que al Málaga 2012-2013 se le cuentan victorias ante el Real Madrid y el AC Milan, por ejemplo. No fue empatarle al Fútbol Club Barcelona con 10, que ya estaría bien; el mérito estuvo en exhibir una personalidad clara, definida y muy valiente. La de un bloque que se siente maduro para competir en cualquier escenario, y que solo caerá cuando el rival reúna más calidad que él. Una obra digna de un Ingeniero.
Y eso que el arranque fue entre discreto y malo para los andaluces. El Barcelona recuperó su versión más agresiva, con dos extremos bastante pegados a la calLos de Vilanova arrancaron de nuevo brutales (Tello sobre todo), dando espacio a Messi, Iniesta y Thiago. El primero no conoce días aciagos en el regate, pero Andrés y el mayor de los Alcántara solo son portentosos. Había que ver si tenían una velada inspirada. Y así fue. Iniesta está brutal. Desde que Tito le entregó la llave del nuevo Barça de los centrocampistas, el manchego va que vuela. Por su parte, Thiago fue un atisbo de lo que soñamos para él. Su gesto técnico muy pronto escapaba de Buonanotte para unirse arriba a los dos genios. Camacho e Iturra no podían contener y si los azulgranas no se pusieron 2-0 en 20 minutos fue por un Alexis cuya relación con la portería amenaza con romper la suya con el Barcelona.
El éxito en el desborde había llevado al Barça a una superioridad absoluta pero también momentánea. Sin Xavi, Gerard Piqué, Cesc o Sergio Busquets, el pleno control del juego es una quimera. Pellegrini esto lo sabía, y tan pronto bajaronLa pillería de Iturra a Thiago, el resumen del partido las revoluciones culés ordenó que su equipo plasmara sus intenciones reales. El Málaga comenzó a adelantar líneas de manera impactante. Hay que detenerse en el 0-1 porque tiene miga. El robo del imperial Manuel Iturra a Thiago resultó un perfecto homenaje audiovisual al artículo que escribimos en Ecos el pasado mes de octubre, titulado “Aprovechar la imprudencia”. El chileno esprintó hacia la nada como si la muerte le persiguiera. Nadie intuyó que en esa carrera vacía podía nacer un gol. Eso sí, el palito a Thiago es innegociable. El hispano-brasileño debutó hace casi 4 años y hay cosas que ya debería dejar atrás. Sus movimientos para iniciar el juego siguen siendo muy flojos e inseguros. Recibir esa pelota de espaldas es una carencia técnica; no descargar sobre la triple opción de pase, una irresponsabilidad. Al tanto visitante respondió Messi con otra proeza de esas que lo apartan de este mundo, pero los malagueños ya estaban donde querían.
Thiago, que jugaba bien, no se aleja nunca del riesgo
El fallo sacó por completo a Thiago del encuentro, lo que a la postre sería decisivo. Pellegrini acertó colocando a Eliseu en el costado derecho. Con el portugués, los malaguistas ganaron en intensidad en el costado de Iniesta.La presión del Málaga en la 2ª parte, bestial Portillo fracasó en tareas defensivas. La segunda mitad es lo que de verdad define al Málaga. En el Camp Nou, el 98% de los planteamientos no pueden ser elegidos: hay que replegar y esperar. Un 2% sí tiene margen para decidir. “Ahora presiono, ahora espero”… Pues no fue así. Las cámaras de televisión captaban las imágenes de un Pellegrini que se desgañitaba en la banda pidiendo a sus hombres que subieran, que achicaran. Y sus futbolistas respondieron. Sin miedo y con el futbolista más aterrador de la historia en el césped, que vale el doble. Es cierto que la configuración de la maquinaria blaugrana ayudó: Mascherano y Puyol no casan con el cuero; Thiago seguía en OFF y Song pagaba los platos rotos de la dimisión del propio Thiago. Pronto habrá que dedicar tiempo a la figura del africano. Merece una reflexión profunda. Con balón vive de sus conducciones; sin él sufre demasiado.
Con el reloj marcando el 65, el dominio ya era azul y blanco. Pelle redondeó su actuación metiendo a Santa Cruz, destinado a volver a mandar sobre Mascherano y compañía. El paraguayo cumplió con nota, principalmente cuando el Málaga quedó con diez. Pedro, recién entrado, castigó la osadía de una zaga kamikaze. Fue ahí cuando Roque se hizo gigante. Como un Málaga que confirmó su jerarquía en una inferioridad numérica que apenas notó. La igualada de Camacho (a centro de Duda, una reliquia pretérita) puso justicia a un marcador que abre de par en par la eliminatoria, y que sirve para recordarnos lo extraordinarios que son Manuel Pellegrini y su grupo de jugadores. Que tenga cuidado el Oporto.
@DavidLeonRon 17 enero, 2013
Partido absolutamente brutal de Manuel Iturra, La intensidad con la que jugó fue impresionante, de verdad. Me decía a mí mismo que qué gran verdad esa de que a un sudamericano cuesta más gambetearlo. Cada vez que Messi lo encaraba le metía la pierna, el hombro, lo que fuera con tal de dificultarlo. Y alguna pudo robarle.
Absolutamente portentoso. Cierto que cuando el rival puede chocar es que el Barça no está haciendo algo bien. La segunda parte de Thiago es muy preocupante. Si algo tiene este chico es personalidad total, y el error le afectó al punto de que el Barça jugó con 10 hombres la segunda mitad casi. Y a Song no lo pueden dejar solo hoy día.