El fútbol de selecciones es ese paréntesis que nos cuenta que Iniesta sigue siendo un crack. O quizá tergiversa la realidad para que así lo parezca, cada uno tendrá su opinión. Yendo a lo tangible, ayer volvió a jugar de cine para lo mismo de siempre que se viste de rojo, salvar los muebles. El sistema de España no da para más que eso. Por suerte para Andrés, al menos ahora le socorre Isco.
Iniesta interior; Isco extremoDel Bosque rayó un 4-3-3 con Busquets de pivote, Koke de interior derecho e Iniesta de interior izquierdo. Isco y Silva partían de diferentes bandas con suma libertad para moverse por todo el ancho y Morata, de «9», completaba el ataque. Ucrania por su parte apostó por un 4-4-2 típico y una idea muy clara: cortar las líneas de pase para que ningún genio recibiera a espaldas de ese doble pivote suyo, el de Tymoschuk y Stepanenko. Para contraatacar, usaría las nucas de los vivos laterales españoles. Tuvo la mala fortuna de que la banda del lateral que más subió, Alba, coincidió con la de su extremo más lento, Yarmolenko. Si Konoplianka -verdadera estrella de Ucrania- hubiese ofendido por ahí el resultado habría sido una incógnita, pero el dominio, no. Habrían mandado ellos.
España no sabe dónde pasar el balón. Sólo sabe que lo quiere.
A lo sucedido. El inicio perteneció a España porque Iniesta no disfruta en el Barça, Silva menos en el City e Isco juega todavía con la ilusión del novato. Los tres ases salieron con una motivación y una intensidad fuera de lo establecido, y como derrochan calidad de la mejor, a ritmo de pura genialidad zarandearon a Ucrania. Con el paso de los minutos su efervescencia fue menguando y a medida que lo hacía, el partido se normalizó. Tras eso, se constató que, tácticamente, Ucrania está muy bien construida y que España apenas cuenta con un pasado que le incita a tocar la pelota y con muchos jugadores de mucho nivel. Los pases de la Selección no van a ningún sitio. No hay una circulación diseñada para progresar con peligro. En realidad nunca la hubo con Del Bosque liderando; solo que con Alonso y Xavi por detrás del balón, a efectos prácticos no se percibía. Así pues, sin circuitos asociativos preprogramados ni un cerebro en la base que crease y ordenase por sí mismo, España quedó a expensas del talento individual. Había más en la izquierda, con Iniesta e Isco, y por allí se cargó el juego hasta límites perjudiciales. Si uno de los dos regateaba a alguien y agitaba el percal, algo podía ocurrir; si no, Ucrania robaba y salía a la contra. Y Piqué y Ramos marcan diferencias, pero ni siquiera ellos pueden impedir que, en tan aleatorio marco, el rival les fuerce algún córner. O sea, ni siquiera ellos pueden evitar un miedo tan fundamentado como atroz. Cada saque de esquina olía a gol de Khacheridi. España tembló.
EL Pollito 28 marzo, 2015
Con todo lo respecto y desde mi gran ignorancia,
Me sorprendo el tono fuerte el articulo. Seria el analysis tan contrastada sobre un equipo de club ? O otra que espana ?
Es normal ser mas duro con lo suyo o no ?
No me para de aprender con ustedes cracks !