En la bolsa de entrenadores, Roberto Martínez cotiza al alza. Había expectación por ver al catalán al mando de un club con aspiraciones como el Everton. Por ahora, los resultados son fabulosos y las sensaciones, casi mejores. Su equipo transmite personalidad y arrojo. “Nos sentimos capaces de ganarle a cualquiera en esta liga”. De Old Trafford salieron con una victoria clave y algo más. “Para nosotros era más que un partido”. Se notó.
La de ayer, una victoria de especial relevancia para el Everton
El Everton arrancó el choque con doble ración de carácter. Los de Roberto Martínez exhibieron todo lo mejor de su juego. La circulación de la pelota era fluida, con unos extremos, Pienaar y Mirallas, muy presentes en laDe entrada, un gran Everton elaboración y que se sumaban a ese ágil triángulo de centrocampistas formado por Barry, McCarthy y Ross Barkley –que comenzó algo ausente–. Martínez estaba sobrecargando una zona que al United, sin hombres como Jones o Carrick, le cuesta mucho tapar. En los huecos dejados por los de fuera aparecían los laterales para colocar centros con peligro. Funcionaba el Everton con balón. Sin él, también. La célebre lentitud del United de Moyes a la hora de iniciar permitía a los visitantes encerrar en banda a Valencia, el recurso habitual del Manchester cuando busca profundidad automática. La bola regresaba al centro y ahí Fellaini se mostraba espeso y a Giggs no se le veía. Sobre el césped de Old Trafford mandaban los Toffees.
Claro que para situaciones así, el Manchester tiene a Rooney, futbolista de una dimensión superior al resto de participantes en el encuentro. Bastó que Wayne tirara del repertorio de toda la vida para robarle alRooney siempre es algo distinto Everton la comodidad. Un apoyo aquí, un dribbling allá… el Manchester ofrecía menos fútbol que nunca pero el “10” en el Teatro de los Sueños equivale a tres ocasiones. Pese a ello, los de Liverpool encontraron la manera de regresar al partido. Fue a través de Lukaku. De sus carreras al espacio más concretamente. El belga no bajó casi ninguna en largo pero cada vez que corría con Vidic salía vencedor. Romelu transmite cierta sensación de patosidad pero se las arregla para asustar y ser determinante.
Al Everton le estaba faltando nada para rematar al Manchester
Tras el descanso se repitió lo vivido en los primeros 25 minutos, con una diferencia fundamental: Barkley aterrizó en Manchester, dándole por fin a los suyos la referencia entre líneas que estaban necesitando. De mezclar combinaciones con contragolpes se pasó a un dominio constante del Everton, que ya vivía fijo en campo contrario. Rozando el ecuador de la segunda mitad, el dato era impactante: 70% de posesión para los de Goodison Park. Solo faltaba el último toque.
Moyes reaccionó al semi-baño con sus dos mejores decisiones de la noche: dentro Nani y Januzaj, fuera Welbeck –flojísimo– y Kagawa. Cambio completo de bandas. El portugués aportó su clásica facilidad para aguantar la pelota en circunstancias complicadas, justo lo que demandaban los red devils en ese momento. En cuanto al joven belga, aprovechó la mejora de su equipo para, desde la derecha, intimidar con un par de desbordes interesantes. El partido entró en ese terreno emotivo típico de Old Trafford y la Premier League.
Roberto Martínez supo leer los diversos momentos del partido
Roberto Martínez aceptó el fin de la dictadura de su equipo con la entrada de Deulofeu por Barkley. En otras palabras, el técnico sustituía a su centrocampista más activo por otro extremo. El Everton iba a tener que atacar desde más atrás y las piernas de Gerard venían bien para cabalgar. El United empujó con su histórica grandeza pero el fútbol no acompaña a los de Moyes, cuya figura volverá a cuestionarse estos días. Menos discutido estará Roberto Martínez. A tres puntos del Chelsea de Mourinho, su equipo transmite frescura y sabe a lo que juega. El gol de Bryan Oviedo –bonito lateral– selló una victoria con aroma a puñetazo en la mesa. Vean al Everton, que merece la pena.
Tubilando 5 diciembre, 2013
Qué fuerza la de Lukaku para en un choque en carrera dejar a Vidic por los suelos, y qué velocidad la Deulofeu cuando entró, tuvo un par pero se precipitó en el último momento.
A Piennar lo vi un poco lentillo, demoraba mucho algunas jugadas.
El próximo partido es contra el Arsenal, y allí se verá si opta por el título o por quedar entre los cuatro primeros.