Joan Francesc “Rubi” nos está obligando a mirar hacia el Ciutat de Valencia. El desembarco en Primera del técnico catalán está siendo llamativo, no tanto por los puntos logrados (suma 18 en 21 jornadas) sino por la propuesta elegida. Rubi ha metido al Levante en una senda contracultural con respecto a la etapa más gloriosa de su historia, vivida hace bien poco y que caló hondo en la memoria de todos.
Rubi intenta la salvación del Levante UD ¿del modo más difícil?
¿Quién no recuerda al Levante de Koné y Ballesteros? Entrenados por Juan Ignacio Martínez, JIM, los granotas acabaron la temporada 2011-2012 en puestos europeos. Sextos concretamente. Pero por encima incluso de esta gran conquista, en el recuerdo quedó el estilo de aquel equipo. Eran los días de máximo prestigio del Barça de Guardiola y la Selección española, adalides del fútbol combinativo que tanto fascinaba en nuestro país. El Levante fue una de las primeras respuestas –luego llegaría Simeone– a aquella tendencia.
El plan de juego estaba definidísimo. El Levante incrustaba cerca de su portería dos retrasadísimas líneas de –mínimo– ocho hombres. A la defensa le daba igual meterse atrás porque Ballesteros, Nano (al que luego sustituiría David Navarro) Juanfran, Iborra y compañía estaban seguros de alejar cualquier pelota que volase por el área. Tras un buen despeje solía aparecer la zurda de Barkero para lanzar en profundidad a la estrella del proyecto: Arouna Koné. El africano fue la sublimación de un perfil de delantero autónomo y veloz que daba sentido al fútbol del Levante. Primero fue Caicedo. Luego Koné y por último, Martins.
El Levante defendía atrás, salía a la contra con sus extremos y definía gracias a las carreras de su aventurero goleador.
Pese a todo, Rubi se ha matizado un poco en las últimas jornadas
Desde el primer día, el librillo de Rubi se apartó del pasado reciente de la entidad. Tras los fichajes de invierno, el Levante se asentó en un 4-3-3 con rasgos muy personales: defensa adelantada, salida de balón desde atrás y extremos ofensivos con cierta libertad de movimientos –Rossi especialmente–. Nada que tuviera que ver con el ciclo 2011-2013. En cierto modo, las piezas disponibles tampoco invitaban a repetir aquello. Ni Deyverson juega (y corre) como Koné ni Morales se mueve por la banda al estilo de Juanlu o Valdo. El Levante se autoimpuso una complejidad muy exigente con el descenso a la vuelta de la esquina, algo que trajo consigo más elogios que victorias. Quizás por esto, en las últimas jornadas Rubi se ha matizado a sí mismo, recolocando sus piezas en un 4-4-2 con Verdú en la banda derecha y Rossi de segundo punta junto a Deyverson. La idea, eso sí, sigue siendo parecida. Ya no hay vuelta atrás.
potasa 22 marzo, 2016
Gran texto para el debate! me encanta llegar a esta parte de la temporada para disfrutar del "drama" que supone luchar por el descenso y este año tiene mejor pinta que moto gp (para los aficionados del motor).
Veo un mix genial entre los equipos de la parte baja de la tabla, equipos con sistema y automatismo muy buenos, equipos con individualidades que pueden marcar la diferencia y equipos (recordando la frase de "siempre estamos a dos partidos) que instalados en el permasufrimiento, dan el extra en estas fechas , intentando suplir con corazon todo lo que falte, las emociones a flor de piel y las situaciones que todo ello supone.
Eibar, sporting, Granada, las Palmas, Levante… manteniendo las distancias me pone tanto como la champions.
A modo de crítica constructiva a mis colegas lectores, debemos mimar este tipo de articulos, los dedicados a los grandes (desconozco si debido al momento en el calendario) siempre necesarios, están cayendo en la recurrencia, la importancia exagerada, viciosa y demasiadas cábalas en general. Sólo es una sensación y Disculpad si esta fuera de lugar o alguno se siente ofendido.
Genial ecos! como siempre.