Por más que lo repita Javier Aguirre, nunca está de más reflejar las semejanzas, en esencia y personalidad como colectivos, entre su equipo y el Atlético de Madrid. No tienen las mismas armas ofensivas ni defensivas pero hay esfuerzos, conceptos y comportamientos que no son casualidades. Resultado de ida: 1-0. Resultado de vuelta: idéntico. En Cornellá, los periquitos bordaron su máximo nivel. Y ayer el Atleti jugó un gran partido, sorprendente tras un exigente partido de Copa de Europa.
Diego Costa y Filipe Luis profundizaron una y otra vez
Es seña grupal rojiblanca su plan de salida y profundidad por la banda izquierda. Los ataques posicionales de Simeone como entrenador están cortados por un patrón directo, de elaboración lateral, nunca por el centro, aislando así a sus futbolistas menos capaces con la pelota. Su marca de agua reside en juntar al volante del costado opuesto con Filipe Luis y Arda Turan, sumando un hombre más como apoyo interior, dándole a Juanfran toda la banda derecha como lado más débil. Un mecanismo innegociable. Con Sosa en lugar de Koke, el técnico argentino no encomendó al Principito la misión de ser mediapunta –cambio posterior a comentar después-. Ayer ese tercer hombre, como en varias ocasiones, fue Diego Costa. El de Lagarto está en su mejor mes de la temporada en cuanto a calidad posicional, como si hubiera sido dotado con más puntos de experiencia asociativa en un videojuego. Un enchufado arranque que los de Aguirre sostuvieron con buena defensa del área y un paradón de Casilla.
El mejicano sorprendió esta vez pasando a un 4-4-2 a los 10’, aunque como apreciación personal entiendo que el vasco buscaba algo mixto con el 4-4-1-1 para que Pizzi sacara a su equipo como ‘10’, pero no pudo. El portuguésPizzi no logró desahogar con sus posiciones no compareció para auxiliar a García en la transición. Con las líneas muy replegadas y esa doble punta, conseguían que Tiago no fuera el motor, bien tapado, obligando a Godín en conducción, Alderweireld en largo y la salida de Filipe, como vías posibles para encontrar la fuga. Las dos líneas de cuatro blanquiazules, con David López y Victor Sánchez trabajando a destajo, contenían una ofensiva colchonera que presentaba cierta cojera.
Concluíamos dos párrafos más arriba con “buena defensa del área”, y es que cuando Diego Costa escapa para darle profundidad a su equipo, el área queda desguarnecida si el que la ocupa es David Villa ante centros laterales, así que, sobre el 28’, Cholo tiró de su particular enroque y cambió a Arda y Sosa de banda. Costa ya no se descolgaba, cargando el área; José Sosa hacia pareja junto a Filipe, y Arda ejercía de mediapunta. Paradójicamente no significó un gran cambio en el volumen de ocasiones pero el movimiento tenía toda la intención. El Espanyol seguía muy entero, aunque sin apenas presencia ofensiva, con Stuani muy retrasado por el despliegue del lateral brasileño. Al descanso, igualdad.
La salida de Jhon Córdoba doblegó la amenaza periquita
En un mal ajuste defensivo y un brillante pase del Guaje, Costa ponía el 1-0, y Aguirre daba el paso al frente: Jhon Córdoba. Simeone habia metido a Koke por Sosa, antes del gol, y ya de manera intrínseca el Atlético se metió atrás a defender el resultado. Córdoba surtió efecto, ganando balones por alto y liberando a Sergio García para que comenzara a chasquear los nudillos. Sin esa pegada que le tendría más arriba en la tabla, estuvo cerca del empate, poniendo a prueba a Courtois en varios disparos. El belga realizó otra de esas atuaciones que valen puntos. Ante ese asedio, salió Diego Ribas, y el Atlético dibujó un 4-3-1-2, con Ribas coronando el rombo. Un experimento que no convenció, entrando Raúl García para volver al 4-4-2 clásico. Diego perdió balones pero contuvo otros y dejó su clase en varias jugadas que interrumpieron el asedio espanyolista. Separando el grano de la paja, volveríamos a resumir que ganó el que tiene a Costa y Courtois.
Abel Rojas 16 marzo, 2014
Lo de Diego Costa con espacios es de locura. Y podemos decir sin temor a la duda que llega a tope para este final de temporada.
Por cierto, con Villa con más energía, ¿no creéis que el Atleti es mejor con él que con Raúl García? Raúl es determinante y sabemos que tiene más presencia física, pero si Villa tiene energía para ir al apoyo y rellenar área al mismo tiempo, parece objetivo que hablamos de un jugador bastante más talentoso.