El Atlético de Madrid ha sido el primero en ganarle al Athletic en la nueva Catedral. Un hito más para este curso de antología. Lo hizo por 1-2 tras 90 minutos de gran nivel y más tensión en los que los leones llegaron a soñar con la remontada porque, y esto es noticia, Diego Pablo Simeone fue superado en la pizarra por su colega del otro banquillo. Dos hombres, Courtois y Miranda, lo sacaron a flote.
Valverde eligió un once típicoEl Athletic jugó con lo memorizado por cualquier fan del fútbol español más Herrerín y San José, que son el portero de la Copa y el sustituto de Gurpegui. Suena algo extraño, pero no se descarte que la decisión de poner a un central en lugar del otro se debiese a una cuestión goleadora; Valverde intuiría que iba a necesitar tres tantos y San José, pese a ser defensa, tiene un feeling especial con la red. En cualquier caso, los leones eran «lo de siempre»; nada que ver con un Atlético que se transformó entero.
Simeone cambió todo el sistemaSimeone formó a los suyos sobre un 4-1-4-1 donde el mediocentro era Gabi, los interiores Koke y el Cebolla y los extremos, Diego Costa (derecha) y Adrián (izquierda). Como ariete quedaba Raúl García. Buscó igualdad numérica en el centro (tres contra tres), combatir el recorrido de Mikel Rico con un uruguayo de raza y proteger a Gabi, que no dejaba de ser un pivote de emergencia e improvisado, de la diagonal de Muniain con la ayuda de Koke en esa zona. Y también había intención ofensiva. El Athletic deja bastante espacio en bandas durante su transición ataque-defensa; se le puede contraatacar por ahí porque sus laterales suben, sus extremos se van hacia dentro y sus dos interiores atacan el área a la vez dejando solo atrás a Iturraspe como red de seguridad. Y como él tiende a acostarse hacia su derecha, Simeone puso a Diego Costa en el otro lado en plan torpedo contragolpeador sobre pista despejada.
Iturraspe y Susaeta comandaron un movimiento táctico ganador.
Pero no todo lo que sobre el papel tiene sentido rula cuando se aplica. En este caso, el Athletic halló un modo demasiado fácil de acercarse al área de Courtois con ciertas perspectivas: Susaeta dejó la banda y atacó la zona de Gabi junto a Mikel Rico, Ander y Muniain, Iraola ocupó posición de extremo para fijar a Filipe (luego a Insúa) e Iturraspe hizo de falso lateral derecho y se hartó de colgar balones hacia el área. El remate directo era complicado para Aduriz porque el centro era vertical y daba ventaja a Miranda y Godín, pero casi todos los rechazos eran de los vascos. Tenían una superioridad numérica decisiva en la frontal.
Confuso por su debilidad, el Atleti llegó incluso a romperse en el último cuarto de hora del primer tiempo. Durante esos 15 minutos, Laporte, Iturraspe, Herrera y Muniain fueron una gozada. Móviles, ágiles, dulces, creativos y sincronizados entre sí. Los cuatro unidos desbordaron al Atlético por donde más duele, justo por dentro. Mención especial para el joven central, que al tiempo que mejora sus prestaciones defensivas va potenciado su gran marca, una creatividad que a veces recuerda a Mats Hummels. Pese a todo esto, la categoría suprema de Miranda redujo los daños a apenas cuatro jugadas de verdadero peligro. Y solo una batió a Thibaut Courtois. Miranda y Courtois son otro nivel. Cracks.
Con el retorno al 4-4-2, el Atlético de Madrid vivió muy tranquilo.
En el segundo periodo todo fue distinto porque Simeone se resguardó en su fortaleza inexpugnable, en su particular Abismo de Helm, en su impenetrable 4-4-2. Koke y Gabi como doble pivote, Raúl García en la derecha, el Cebolla fijo en la banda izquierda (fue el fin de la jugada de Iturraspe) y Adrián y Diego Costa en la punta. Entre aquéllo no se coló ni el agua, y eso que cayó mucha. Lo intentó todo Valverde. Expuso el desborde de Ibai, la corriente de Muniain en la mediapunta, los pases de Beñat e incluso un doble 9 con Sola y Aduriz sin que nada asustase al Atlético. Y como suele pasar en estos casos, con un balón parado y una contra de Diego Costa, Simeone trasladó su dominio táctico a los dígitos del electrónico. No hay quien meta mano al 4-4-2 del Atlético de Madrid. Ni siquiera San Mamés. Ahora, Griezmann. Tras él, Cristiano.
LR. 30 enero, 2014
Ahora, Griezmann. Tras él, Cristiano
Cómo se puso el fútbol