México pasa por ser la Selección más inestable del momento. Miguel Herrera, actual entrenador del Club América y técnico interino del combinado nacional desde hace 26 días, ha sido el 4º en sentarse en el banquillo nacional en esta fase de Clasificación para el Mundial, y en absoluto queda claro que vaya a sentarse en uno brasileño el próximo junio, pues su contrato finaliza una vez se dispute la vuelta contra Nueva Zelanda la semana que viene. El lío es padre, la afición está caliente y ayer había más de 100.000 voces en las gradas del Estadio Azteca. El cóctel prometía. Por eso sorprendió que México jugase un fútbol tan ordenado y coherente ante los Kiwis de Herbert.
Nueva Zelanda no es exactamente un equipo potente a tenor de lo anoche visto. Y no solo por el bajo nivel de sus futbolistas, algo que también vimos en Jordania, sino, sobre todo, porque se le divisaNueva Zelanda fue muy poco una carencia de cultura de juego que resultó chocante. Hoy en día casi cualquier selección tiene una idea, guste más o menos, y a los oceánicos fue imposible descubrírsela. Sí se presupone que intentaron defender y que por eso sacaron 5 zagueros, y ciertamente se encerraron atrás, pero sin rastro de las ayudas, la presión, la sincronización del off-side o cualquier mínimo principio del fútbol. Dicho esto, México no se había enfrentado a superpotencias en el clasificatorio y ya se sabe cómo logró colarse en esta repesca. O sea, no debemos infravalorar su meritoria mejoría.
Los carrileros Aguilar y Layún fueron la clave táctica de México.
Herrera optó por el sistema italiano más habitual, el 3-5-2 (5-3-2) que repopularizaron entre Conte y Pirlo hace dos años. Dentro del mismo, con cinco nombres debe quedarse el lector. El primero, por posición y jerarquía, fue Rafa Márquez, el de toda la vida, que fue el central del medio. Sin exigencias defensivas, pendiente solo de la creación, su poso y su precisión fueron importantes. Luego cabe señalar a Medina, un mediocentro de buen desplazamiento en largo que supo hacer uso del mismo. Y con tanto toque de larga distancia y ante un rival tan encerrado, por supuesto abrir el campo era obligatorio, y ahí surgieron Aguilar y Layún en la derecha y en la izquierda respectivamente. Layún fue por momentos el rey del partido gracias a la conexión en corto que tuvo el acierto de crear con Peña, el animoso interior izquierdo. Con un ritmo lento y valiéndose del armonioso juego por bandas que lanzaban Márquez y Medina, México hizo de Moss, el arquero neozelandés, el héroe de la primera parte. En el minuto 3 de la segunda, Márquez para Layún centro y gol. Era el 3-0. De ahí al 5-1 final no hubo competición.
Herrera no contó con los internacionales residentes en Europa
Solo un milagro de los de uno entre mil dejaría a la ilustre México sin presencia en el próximo Mundial de Brasil, pero no podemos ir más allá porque no se sabe nada. Lo único, volver a resaltar cómo Miguel Herrera con tan poco tiempo consiguió inspirar el partido más sólido, paciente y efectivo del Tricolor en los últimos meses. Todo esto, a propósito, sin contar con los internacionales residentes en Europa (Héctor Moreno, Diego Reyes, Héctor Herrera, Guardado, Gio Dos Santos, Vela, Chicharito, etc). Para más inri. En todos los sentidos.
@DavidLeonRon 14 noviembre, 2013
Por defender un poco a Nueva Zelanda, ayer les faltaba Winston Reid en defensa, que dicen que es globalmente su mejor jugador. Honestamente no le conozco pero si juega en el West Ham entiendo que será de buen nivel.
Por lo demás… Nueva Zelanda no da para pelear por lo que vi ayer.
Sobre México vamos a ver. Tienen mérito los que jugaron ayer pero me parece que una Copa del Mundo para quien no frecuenta el primer nivel y con la presión de esa camiseta… complicado.