La confianza en Pellegrini ha borrado de la mente malaguista su dura realidad social. La gente puede disfrutar gracias a Manuel. A su vez, el regalo de tener a Isco ha generado una especie de compromiso con el placer. La boquerona es una afición sufridora y descreída, su historia no le ha dado motivos para ser de otra manera, pero tener a Isco es algo tan extraordinario para el club que todos han entendido tener la obligación de disfrutar cada segundo. Dos personas han generado un clima productivo sobre un terreno inerte, y el equipo de los boxeadores sin puños garantiza el semblante de quien compite: Caballero, Weligton, Demichelis, Antunes, Iturra y Toulalan resistieron.
El Porto es un equipazo contra el que nadie hubiera pasado sin sufrir. Su arranque en La Rosaleda fue sublime; una especie de continuación de la pesadilla de la ida, en la que lo mejor para los andaluces fue un resultado horroroso. Escamó que Pellegrini apenas cambiase un par de cosas, con lo horrible que le había ido: el retorno de Jesús Gámez ensanchaba y mejoraba la salida de balón, algo que potenciaría con el Saviola x Santa Cruz, que daba más juego raso. Pero el meollo, que era la activación del carril central, seguía igual: Isco y Joaquín estaban separados y muy abiertos, y Alex Sandro y Danilo se los comían. La superioridad táctica del Dragón era absoluta, y unida a la física, que es abrumadora, dio pie a una exhibición defensiva impactante de verdad.
El Porto ha sido mejor, pero Willy no ha sido exigido en 180 min.
La presión del Porto beneficia a su ataqueAdemás, la manera de defender del Porto, basada en una presión asfixiante y un número altísimo de anticipaciones, le deja siempre en franca ventaja de cara a iniciar sus ataques. Todos empiezan muy rápidos y verticales, al son orquestado por Moutinho, que ha demostrado ser, con certeza, uno de los mediocampistas de este continente (ojo a la Portugal de Ronaldo tras el salto de calidad de Joao). Pero pese a todo lo expuesto, el equipo de Pereira ha creado poco peligro. El 1-0 de la ida, un par de chuts lejanos… muy poca cosa para tanto fútbol. Le ha faltado la salud de James Rodríguez o un Varela más fresco, y le han sobrado los defensas de Manuel Pellegrini.
Esta proeza empieza en Weligton y Toulalan. El central, fichado desde Suiza hace 6 años para jugar en Segunda División, ha sido una de las joyas perdidas de la Liga española en este último lustro, pero se temía que su gran momento le llegase demasiado tarde, ya con 33 inviernos vividos. No es quien fue porque perdió su gran virtud física, la agilidad, pero ayer, por algo, volvió a ser el felino de antaño. Superó a Jackson en el juego directo aéreo, se anticipó a sus desmarques de apoyo -o le dejó el recadito- y, lo más brutal, le persiguió hasta la banda para no darle ni ese respiro. Weligton es epicidad. Toulalan estuvo incluso por encima. Su trabajo sobre Moutinho fue de lágrima. Guardaba posición vigilante hasta que, por el movimiento natural del Porto (separación), Lucho -interior derecho- ya no era una opción de pase para Joao -interior izquierdo-, entonces sí que iba a por el crack y robaba. En la segunda mitad, con el Porto encerrado, demostró que tan bien se le da corregir en su campo como robar arriba. Fue la pared del malaguismo.
Los dos genios del Málaga aparecieron y condicionaron.
Una vez los boxeadores sin puños confundieron a un Porto de pegada inútil, los dos genios de Pellegrini comparecieron a su manera. Ayudó Manuel, que a los 30 minutos liberó a Isco de la fría banda izquierda y lo puso en el medio. Moutinho y Fernando, de repente, pasaron a tener una preocupación en ese carril central, y Joaquín en la derecha tuvo el segundo que necesitaba para sacar al Málaga del pozo. Era imposible asociarse en zona rival ante tan perfecta presión, pero el regate de Joaquín sí permitió al resto del equipo cruzar la línea. Si todos juntos no podían, allí estaba el del Puerto. El impacto futbolístico del ajuste se consagró con el gol anulado a Saviola, que espoleó a La Rosaleda. A los 3 minutos, Isco metía el primero de los 10 goles inolvidables que su carrera le tiene reservados. Su partido había estado cerca de lo infame hasta esa hora, pero marcó ese tanto que en el Madrid sólo puede marcar Ronaldo y en el Barça sólo puede marcar Messi. Un segundo, un detalle, una jugada para el libro… había noqueado al gran FC Porto.
La lesión de Moutinho y la expulsión de Defour mataron al Porto.
El minuto 46 traía la nueva del abandono de Moutinho, el gran cacique del doble choque. Poco después, una maravilla de Joaquín hizo picar al belga Defour, que se fue a la caseta. Entonces se desataron dos fenómenos: el huracán Isco y el Málaga del tercer hombre. Isco hoy es dos cosas, el toque mortal y una racha de fútbol de un cuarto de hora que desnuda al más vestido. En un acto de inmadurez, comienza a bajar hasta donde haga falta para recibir el balón, y empieza a tirar regates que le salen casi siempre. Tanto desequilibrio crea ventajas constantes y enormes que suelen significar una victoria, pero no hay cuerpo que resista esa traca, y el aliento se le agota tras un tercio de mitad. Por fortuna para el Málaga, ya entonces había recuperado su mejor cara: la de la triple banda. Ese automatismo que sitúa a tres de ellos en el costado de ataque, al lateral, al interior y a un extra, que se asocian, giran al rival y crean espacios en el centro. Normalmente fueron Gámez, Isco y Joaquín en la derecha, si bien Saviola, preciso lector, echó una mano impagable. Vitor Pereira, en su único error de la eliminatoria, sacó a Varela, que estaba mal pero era el rápido, y dejó al FC Porto sin posibilidad de salida. Firmó un monólogo en el área de 35 minutos contra un conjunto sobrado de creatividad en esas líneas. Mal.
Luego sí que salió Atsu para ilusionar al dragón, y Roque para, roto el Porto, romperlo más aún. Aunque iban 1-0 en esos instantes, la suerte estaba echada. Demichelis, Weligton, Antunes, Toulalan e Iturra lucían cien hematomas, pero Willy jamás los vio KO. Joaquín se sacaba el traje de Málaga y volvía a ser él solo. Isco reía, tras cambiar la vida de un pueblo y dar a la Liga española la supremacía continental que por nivel merece. Pellegrini se había salido con la suya. El Málaga es uno de los 8 mejores equipos de Europa. Resistieron. ¿Resistirán?
javimgol 14 marzo, 2013
No daba un duro por el Málaga ayer. Aún con todo, presiento que junto con el Galata van a ser los 2 mirlitos del sorteo. Pero con un buen cruce (los turcos, PSG sin Ibra el primer día, quizás la Juve) , las semis no son una utopía.
Me parece interesante como Pellegrini juega con Saviola y Roque, súper diferentes. A la gente le gusta más el Conejo, pero ayer Roque mete el gol más importante de la historia del Málaga, ojo. ¿Qué os pareció Baptista?