España necesitó casi una hora de reloj para probar a Irán entre los tres palos. El cuadro de Fernando Hierro acabó celebrando la victoria, por la mínima, tras sufrir más de lo (in)imaginable ante una selección que, tras el tanto encajado, se vio obligada a cambiar radicalmente su estrategia. Y a punto, con algo más de tino, estuvo de asestar a España una puñalada que, de haberse producido, hubiese puesto contra las curdas al conjunto ibérico. España, a decir verdad, acabó superando el trámite. Pero su fútbol, en torno al esférico (primero) y los espacios (más tarde), volvió a levantar ciertas dudas. En cifras, aglutinó el 68% de la posesión, remató 17 veces (3 a puerta) y completó 697 pases (560 más que su rival), pero fue incapaz de sentenciar un encuentro que, después del cero a uno, sus propias imprecisiones dejaron entreabierto hasta el final.
“La ventaja de Irán contra Marruecos, España y Portugal es una: nosotros tenemos dos resultados. España, Portugal y Marruecos tienen tres: pueden ganar, empatar y perder. Irán solo puede ganar o aprender”. Carlos Queiroz, en una entrevista al diario El País.
El planteamiento de Queiroz no engañó a nadie. Irán, desde el arranque, adoptó una disposición táctica que le llevó, por momentos, a defender con un 5-5-0, 5-4-1 o 6-3-0 en función de la cota a la que rodase el esférico. Con Taremi (derecha) y Ansarifard (izquierda), Irán consiguió hacer muy ancho su repliegue a pocos metros de su propia área. Una defensa por acumulación que, a decir verdad, fue muy coherente en cuanto al tiempo y al espacio; pues la orquestación de todas sus piezas llevaba a un constante juego de coberturas en el que si Iniesta, por poner un ejemplo, conseguía superar a su par más cercano, el bloque era lo suficientemente compacto para, hecho el desajuste, bascular lo suficiente para que la manta no destapase el otro lado. Un constante tira y afloja para Irán, un quiero y no puedo para España, que se tradujo en un dato tan curioso como significativo: España, a pesar de su dominio posicional, enfiló el túnel de vestuarios sin un solo remate a portería.
Isco Alarcón volvió a ser el mejor de España con la pelota
Ya no hay dudas en torno a su figura. Isco Alarcón es el líder de esta nueva España. Y ayer, como en la segunda mitad ante Portugal, volvió a demostrarlo. Partiendo del costado izquierdo, en un sistema que dio entrada a Lucas Vázquez –resituando, para ello, a Silva como interior derecho-, el de Arroyo de la Miel se volvió a lucir en cuanto al dinamismo y la movilidad de sus acciones. Con Iniesta fijando por izquierda, formando así un triángulo con Alba y el propio Isco, España trató de arañar a Irán desde los picos del área. De esta forma, por el sector contrario, Lucas (abierto), Carvajal (amenazando con la diagonal hacia dentro) y Silva (el único, dicho sea de paso, que supo entender el ritmo y la dirección que pedía el encuentro), el cuadro de Hierro intentó constreñir lo máximo posible a la defensa iraní. Sin embargo, la sensación, a pesar del dominio apabullante, no era de peligro sino más bien de atasco en un juego que, de un lado al otro, y así continuamente, a ratos parecía más propio de un partido de balonmano; con la excepción, eso sí, de que aquí no había sanción reglamentaria si la defensa se metía dentro del área.
Koke, que entró desde el banquillo, volvió a ser clave
Con Costa bien rodeado, constantemente vigilado por Ezatolahi (pivote) y Hosseini y Pouraliganji (centrales), Irán logró desmembrar a España de su bien más preciado. Porque, sin superioridad por dentro, los Lucas, Carvajal, Alba e Iniesta sufrirían –como así sucedió- tremendas dificultades para imponerse por fuera. Algo que aprovechó España, al poco después del chutazo de Busquets desde fuera del área, en la primera conexión vertical que Iniesta –partiendo desde una posición más centrada- logró conectar con Costa –que, eso sí, se vio obligado a recibir de espaldas-. Un cero a uno muy sufrido y con el cual, por extrañas circunstancias, España perdió por completo el timón del encuentro. Un caos en el que Hierro, que antes había preferido no innovar con la baza de los tres centrales, acertó con los cambios: Koke, para ganar solidez al lado de Busquets, y Asensio, a pie cambiado, con el que intentó castigar los espacios que fue dejando Irán; a medida que esta se fue volcando.
Especialmente importante fue la entrada del rojiblanco. Cuando Irán, tras encajar el gol, decidió dar un paso al frente y acompañar con muchos más hombres las salidas ofensivas de Azmoun, el problema (para España) volvió a ser el de otras veces: los costados de Sergio Busquets. Así, y hasta la entrada de Koke, el futbolista del FC Barcelona volvió a dar señas (lógicas) de poquedad para cubrir una zona crítica para la transición ataque-defensa de España. No obstante, el ingreso de Koke solventó el problema a medidas. Con el cambio, de hecho, no se puede decir que España pasase a estar mucho más cómoda, dado que las imprecisiones (con balón y sin él) se repitieron hasta casi el final del encuentro, pero sí algo más arropada ante la energía (Taremi y Amiri) que Irán guardaba en el depósito. Rozó la machada. E incluso dependerá de sí misma ante Portugal. Pero la clave, como dice el propio Queiroz, es que de todo se aprende. E Irán se graduó ayer ante la España de Isco Alarcón.
kapo_tillo 21 junio, 2018
Buenos días a todos, qué sufrimiento!
Entiendo perfectamente la decisión de Hierro de poner en el once a Lucas Vázquez por Koke. Sabía de antemano que Irán iba a meterse debajo de su portería y sacrificó control para ganar desborde y llegada al área. Creo que no se puede hablar de que estuviera mal tirada o de que no se comprenda el movimiento. Dicho esto, me parece que Koke debería ser importantísimo en lo que viene, ya que es un futolista con un conocimiento táctico y un repliegue defensivo superior al de sus "competidores" por un puesto. Y España ahí está mostrando un déficit, el equipo se parte con demasiada facilidad. Además, que con balón tampoco es cojo y no desentona en el juego de asociación. Tampoco hay que desdeñar, en una competición tan corta, su balón parado y su conexión con Costa, heredada del Atleti.
Y hablando de Costa… Igual es un poco impopular, pero para partidos como el de ayer ¿no hubierais visto mucha mejor opción a Rodrigo, que es un tipo técnicamente mucho más fino y que se desenvuelve mejor en espacios cortos y cerrados? Sé que Costa acabó haciendo el gol y será importantisimo en lo que viene, pero para el partido de ayer creo que Rodrigo era el hombre.