Para el Athletic Club de Ernesto Valverde, lo importante estaba empezando demasiado pronto. En la temporada 2014/15, su primer compromiso oficial dató del 19 de agosto y fue la ida de la previa de la Champions contra el poderoso SSC Nápoles. O lo eliminaba a doble partido, o no disputaría esa máxima competición que tanto le había costado alcanzar. Y un año después, sería el FC Barcelona quien le aguardaría un 14 del mismo octavo mes para disputar la ida de la Supercopa de España, un torneo que ilusionaba muchísimo a la parroquia bilbaína y que acabó convirtiéndose en el primero celebrado desde 1984. Estos precedentes llevaron al técnico león a condicionar la preparación física del equipo para llegar al arranque mejor de lo normal, proveyéndole de una superioridad en este ámbito que le vendría de fábula para aplicar su modelo de juego.
Por primera vez en tres años, el Athletic ha comenzado a competir al mismo tiempo que la mayoría, y aunque a largo plazo se atisba como una ventaja,Beñat e Itu, los que más sufren hoy por hoy le está penalizando. El estilo vertical basado en el tridente ofensivo formado por Williams, Raúl García y Aduriz carece de la exuberancia óptima tanto en la pelea de los balones directos, como en la conservación de los mismos como en el acompañamiento de la segunda línea, lo que hace que el fútbol rojiblanco pierda bastante sentido; con el añadido pertubador de que, encima, el rendimiento defensivo de los centrocampistas está resultando perjudicial. Hombres como Iturraspe o Beñat, de firme perfil técnico, precisan de un fuelle físico que todavía no poseen en pos de sobrevivir en un sistema que siempre exigirá esfuerzos tanto para adelante como para atrás. El Athletic, así, se está partiendo.
Las recuperaciones de San José y Rico pueden ser de ayuda.
La solución más natural y, al unísono, efectiva, a Valverde se la dará el tiempo, pero mientras tanto habrá de hacer algo para evitar que se sigan escapando los puntos (van dos derrotas en dos jornadas). Un camino para conseguirlo sería optar por un modelo menos presionante sin balón y más pausado con él, si bien se antojaría una transformación tan radical para tan recortado tramo del calendario que no parece lo más recomendable. Quizá opte sencillamente por dar más peso de mediocampo para arriba a sus hombres más dotados en lo físico, como San José y Mikel Rico cuando se pongan a punto de sus lesiones o el siempre preparado Óscar De Marcos. Próxima parada: Riazor.
Foto: David Ramos/Getty Images
Asier 7 septiembre, 2016
En la primera jornada contra el Sporting, me daba la sensación de que el Athletic casi prefería dividir los pases que asegurarlos, en pos de que hubiera otra disputa más en la que imponerse por fuerza o potencia. Que si no pasaban cosas continuamente el equipo no estaba en su salsa. El partido contra el Barcelona en San Mamés fue algo más particular, con una propuesta muy radical por parte de Valverde que ya fue analizada por aquí acertadamente, bajo mi criterio. A ver qué nos reserva Txingurri para la tercera fecha, no sé si seguirá fiándolo todo al potencial físico de sus jugadores y buscando disputas, choques y carrera. Delante estarán Garitano, Albentosa y Sidnei, que algo saben de esto.