Manu Trigueros no pasa por su mejor momento y sin embargo está resultando clave en estas primeras jornadas en las que el Villarreal CF de Marcelino García Toral se ha destacado como líder de la Liga española. No va y viene con tanto poderío, sus pases no baten líneas adversarias con la fluidez de otras fases y tampoco está generando la cantidad de peligro más gruesa de su carrera. Pero es que no importa.
Trigueros tiene un ritmo altoManu Trigueros está por encima de su estado de forma porque lo que pondera reside en la naturaleza de su juego. Ser él, sin más aditivos, ya suma. Hablamos de un centrocampista de carácter vertical con recursos técnicos suficientes para fundirse en un fútbol de ritmo muy alto sin perder precisión, y con una lectura del juego que le permite hacer lo propio sin perder coherencia, y con un rango de intensidad alto que le habilita para sumar sin balón pese a que, a nivel táctico, no sea una referencia posicional.
Su entendimiento con Bruno esconde aquello que pueda faltarle.
Y es que que no sea una referencia posicional no implica que su colocación no sea casi óptima para este Villarreal CF. Es cierto que en algunas situaciones de defensa organizada acude a presiones que no le competen, pero la consolidación de Bailly como central derecho del sistema le protege la espalda mejor que otros años, al ser el costamarfileño uno de los defensas más exuberantes del campeonato. Y en lo demás, sencillamente debe jugar en función de Bruno Soriano, y eso lo hace como nadie. Está hecho al mediocentro internacional. Aunque Trigueros sea un mediapunta de nacimiento readaptado al rol de segundo pivote, asume con rigor que Bruno debe subir a menudo y él quedarse atrás cerrando el centro del campo. Estos detalles, sin duda, habla muy bien sobre él. Pero hablan todavía mejor del Villarreal. El tiempo de cocción de su proyecto, y la continuidad del mismo, van puliendo asperezas que, en el caso de que Trigueros fuera un fichaje nuevo, supondrían una inestabilidad táctica que restaría consistencia.
Antonio Durán 7 octubre, 2015
"está por encima de su estado de forma porque lo que pondera reside en la naturaleza de su juego."
Creo que acercarse a esos cánones de lo correcto es lo que le sobrepone a Tomás Pina, que es otro jugadorazo, pero que es un poquillo más 'rara avis'. Marcelino sabe que Trigueros lo adecua (casi) todo al lado de Bruno. Quizás sin súper intervenciones, pero también sin romper una sóla cadena de pases o sin relajar una buena presión conjunta.