La Real Sociedad es hoy un equipo lleno de problemas. David Moyes aterrizó el pasado mes de noviembre en San Sebastián con el objetivo de sanar a un conjunto enfermo, y en cierto modo lo consiguió. El escocés echó mano de un sistema táctico de extrema simpleza, buscando un equilibrio que permitiera a su Real encajar pocos goles y competir con regularidad. Los donostiarras aburrieron a su afición pero lograron la salvación sin apuros.
Tras aquello llegó la nueva campaña, los fichajes y la pretemporada. Pese a las contrataciones de Jonathas o Bruma, la Real seguía en el mismo punto, incapaz de generar ocasiones con una frecuencia aceptable. El club, preocupado por lo que veía, hizo todo lo posible por repatriar a Asier Illarramendi, pieza más que clave de la Real Sociedad de Champions de 2013. Lograda su vuelta, la Real se encomendaba a Asier para que le arreglase todos sus males. Para que, literalmente, le construyese un equipo él solo. Y claro, no puede ser.
Illarra juega sin compañía, casi con la obligación de hacerlo todo
A continuación, desgranaremos la función de Illarra en cada fase del juego y los problemas con los que convive Asier en estos momentos.
1-Salida de balón. Pese a disponer de un central talentoso en este apartado como Íñigo Martínez, la salida desde atrás de la Real se ha mostrado muy poco elaborada durante la etapa Moyes. La intención principal era avanzar por las bandas para que, en caso de pérdida, ésta se diese en zonas de menor peligro. Ni Granero ni Pardo fueron capaces de liderar automatismos relevantes. La Real parece pedirle a Illarramendi que tire del colectivo en estos instantes. Por pura calidad de pase y constancia, Asier se deja ver, pero su impacto no es demasiado grande. El motivo lo explicamos en el siguiente apartado.
2-Juego entre líneas. El gran déficit de la Real Sociedad. Cuesta encontrar un equipo en Primera División que ocupe menos (o peor) los espacios entre líneas. Con Vela perdido y los extremos abiertos y sin poder recibir, la Real no ofrece a sus mediocentros un receptor al que mandársela. Illarra detecta esto y busca crear fútbol avanzando su posición como en la etapa Montanier. Asier intenta crear puentes para que la Real avance. Resultado: tiene que estar arriba y abajo.
3-Esquizofrenia defensiva. La (buena) colocación ha sido siempre el fuerte de Illarramendi, sobre todo en los aspectos sin balón. Hoy, sin embargo, a causa de la citada necesidad de estar arriba y abajo, Illarra se ve expuesto con frecuencia. Sin Markel y con Pardo, recae en él la obligación de detener la contra del adversario. De este modo, Illarramendi coquetea con las tarjetas en cada encuentro. Su rol ofensivo no es claro y eso repercute en su posicionamiento defensivo.
Illarra anda a la espera de que le aclaren su rol en este equipo
A 19 de septiembre de 2015, la Real Sociedad parece no tener plan. La identidad de su fútbol es invisible y la calidad de su plantilla no encuentra el modo de aflorar, ni siquiera en máquinas individuales como Carlos Vela. Para Illarra, centro neurálgico de todo, la Real es un rompecabezas sin solución. Al menos hasta que Moyes defina de una vez qué quiere que sea su Real Sociedad. Ya tarda demasiado.
javimgol 19 septiembre, 2015
Qué con 3 tipos con talentos para la posesión de la bola como Illarra, Granero y Pardo la Real sea incapaz de dominar la posesión sin apuros es asombroso. Que lo fié todo a lo que inventen arriba los cracks (Vela, Jonathas y Bruma en ese orden) con la eventual ayuda de Canales resulta triste.