La Catedral cambió su guion habitual y prescindió de la emoción en su sesión de anoche. No hubo ni altibajos ni remontadas en el Athletic Club 4 Granada CF 0, los leones se exhibieron desde el inicio hasta el final para mayor gloria de Aduriz, que completó su segundo hat-trick como jugador de Primera División y el primero como «9» de San Mamés. No obstante, si bien no hubo historia literaria que contar, sí se dio un detalle de míster que merece la pena exponer.
El Granada de Alcaraz suele adelantar su línea de cuatro defensores para que nadie le encierre en su área y suele pasar al ataque una vez recupera de dos modos distintos. El primero, que es su favorito, es por medio de una circulación de balón dirigida por Fran Rico, el interior derecho del sistema, pero ayer era baja y en el banquillo no tiene repuesto, así que esa opción se anulaba. La segunda vía de escape, mucho más individual, es la conducción de Brahimi, que es el rey del regate. El francés suele actuar de extremo izquierdo en el 4-3-3 nazarí.
El Arabi, la boya del Granada, fue aislado por Valverde e Iraola.
Iraola se ponía muy, muy arribaComo los andaluces no tenían técnica para salir de una presión que, en San Mamés, no superaron ni Alonso, ni Modric, ni Xavi ni Iniesta, el Athletic Club presionó a toda cancha, propiciando balones largos del Granada que le devolvían la posesión siempre. La clave de ese «siempre» era el aislamiento de El Arabi, pues aunque él podía ganar algún pase largo, luego no encontraba a quién dárselo y la perdía. Y esto ocurría porque Brahimi, que es su socio y el que tira del equipo, estaba jugando casi de doble lateral. La posición de Iraola, totalmente desvinculado de la salida del balón y lanzadísimo como extremo derecho desde el inicio de las jugadas, dejaba a Brahimi a 60 metros de la boya y, al Granada, sin contra. Una medida táctica adoptada en el ataque vasco dejaba sin nada a Lucas Alcaraz. Asumir un riesgo teórico aseguró todo el juego.
Con Brahimi de interior, el Granada pasó a tener una esperanza.
La película estaba tan clara que, en el minuto 25, Alcaraz retiró del campo a Fatau (interior derecho) y metió a Foulquier (lateral que jugó de extremo derecho). Pereira (extremo derecho) se cambió de banda y Brahimi pasó a jugar de interior. De este modo, Pereira y Foulquier serían los sometidos por la tiza de Valverde y Brahimi podría conectar con El Arabi alguna vez. El Granada perdió de todas formas, pues el Athletic Club posee mejores jugadores y ayer jugó a un nivel altísimo, pero por lo menos intentó que no fuese así. No se resignó. Exigió a su rival que mantuviese la tensión. Embelleció el partido. Con su cambio, Alcaraz inyectó competición en lo que estaba siendo una vil masacre.
@migquintana 1 marzo, 2014
Leía el otro día que el Athletic Club era el mejor cuarto de la historia a estas alturas de la temporada y, ciertamente, no me sorprende nada. Su temporada es increíble. Comenzaron adaptándose a Valverde, puntuaron por encima de su juego, mejoraron su fútbol, siguieron puntuando bien y, pese a tener dos baches, no han bajado el ritmo. Debe ser el equipo, junto a los tres de arriba, que no ha atravesado ninguna crisis de verdad. Es verdad que, como digo, ha tenido dos rachitas con problemas (de gol, juego o resultados), pero eso es del todo lógico. Enorme trabajo de Valverde. No era fácil la transición post Bielsa.