Cuando aún no había disputado ni veinte partidos en la Liga BBVA, la rodilla derecha de Fran Rico le dijo basta. Era abril de 2012, el portonovés tenía 24 años y su prometedora carrera sufría un duro parón. Era tan inesperada e injusta como lo son todas las lesiones, pero en su caso no era la primera vez que a causa de una veía frenada su progresión en el momento menos indicado. En 2008, nada más llegar al Castilla procedente del carismático Pontevedra de Javi Gracia, el cual había ganado su grupo de Segunda B con Yuri y Charles como pareja de arietes el año anterior, Fran se rompió el cruzado anterior y el menisco externo de la rodilla que articulaba su talentosa pierna diestra. En el minuto siete de la tercera jornada, su primera temporada en el filial blanco se había acabado.
Al volver, no tardó en hacerse con la capitanía del filial.
Después de una complicada recuperación de más de doce meses, el gallego se fue haciendo cada vez más importante en los planes de Alejandro Menéndez hasta que, en la siguiente temporada, se convirtióEl Castilla de A.Toril pivotaba sobre Fran Rico en el ancla del ilusionante proyecto de Alberto Toril. En aquel curso 2010-2011, ya con 23 primaveras, Fran Rico hizo gala de su indudable jerarquía y de su valiosa calidad como mediocentro organizador. Todas las posesiones empezaban en él. A pocos toques se apoyaba en Álex Fernández, filtraba para Sarabia o abría a Juanfran o Juan Carlos. La Segunda División B se le quedaba pequeña. Realmente pequeña. Por eso nadie se extrañó cuando el Granada de Quique Pina llamó a su puerta para afrontar la temporada de regreso a la élite. Su fútbol estaba a la altura. Parecía su momento.
Sin embargo, aún no lo era. Fran no tardó demasiado en hacerse con el puesto de titular en el doble pivote y, además, encontró en Mikel Rico a un futbolista que, con sus diferencias, le complementaba tan bien como lo había hecho Álex, pero su rodilla derecha no le iba a dar tregua. Con continuas molestias y el físico mermado, la decisión de operar parecía inevitable. La artroscopia fue bien, pero estuvo lejos de ser un éxito. Fran Rico no sólo se perdería el final de su primera temporada en la Liga BBVA, sino que, tras someterse a una nueva operación en 2013, no pudo disputar ni un minuto de la siguiente.
Al Granada siempre le había faltado un jugador como él.
Durante su particular calvario, el Granada tampoco lo estaba pasando demasiado bien. Tenía buenos futbolistas, cierta capacidad económica y el calor de una afición ilusionada, pero era un equipo indefinido. Parecía que no tenía una idea de juego clara. Una apuesta. Una bandera. Y eso, en la Liga más exigente de Europa en estas cuestiones, se paga caro. No con el descenso -gracias a un extraño héroe-, pero sí con una apatía general. El Granada era demasiado gris.
Habría que preguntar a Lucas Alcaraz cuánta culpa tiene Fran Rico en que se decidiera a dar un paso adelante, pero lo cierto es que su Granada ya tiene una idea clara: el 4-3-3 que busca al rival arriba y se encuentra cómodo con balón. Más allá de los matices, lo curioso de este esquema es que Iturra es el mediocentro y Fran Rico el interior. «Al principio cogí este cambio de puesto con un poco de escepticismo, pero estoy sorprendido por cómo estoy jugando en esta posición porque me encuentro muy cómodo», decía en una entrevista. Y es así. Fran Rico promedia 53 pases por partido -y subiendo- con un 85% de acierto. Son sólo números, pero sugieren la importancia capital que está teniendo en la evolución de su equipo. El equipo la roba arriba y aguanta el balón hasta que, por fin, Fran Rico encuentra hueco para verticalizar por fuera. Su bota junta y conecta a todo el equipo, como ya hizo en Valdebebas o en Pasarón. Brahimi y Piti lo agradecen. Los Cármenes y el fútbol español, también. Está recuperando el tiempo perdido y, si su rodilla le deja, aún puede hacer más que eso.
@DavidLeonRon 31 enero, 2014
Siempre me ha dado curiosidad el tema de la altura y la posición del "jugón" y el "trotón" sobre el campo. Pirlo jugaba detrás de Gattuso. Xavi iba delante de Touré o Busi (que no son trotones como tal pero se entiende). Xabi Alonso siempre detrás.
El caso de Rico como digo es curioso ya que Iturra en lo que destacaba era en morder arriba y presionar, pero para que la toque sin mucho riesgo hay que retrasarle. De ahí su ubicación, creo.