Hay plantillas que, por incompletas, dificultan a su entrenador la tarea de lograr el equilibrio. La del Celta es un buen ejemplo; pues no dispone ni de un solo central contrastado en Primera División. Tras quedarse a un pasito de descender el año pasado pese a la diferencia que hacía Aspas, los únicos defensas que han llegado a Balaídos son Fontàs, tras no rendir bien en Mallorca, y Aurtenetxe, un lateral de escasa proyección a quien se está usando de central. Como ninguna combinación a su alcance garantiza una firmeza 100% sólida, Luis Enrique está buscando y probando soluciones menos frecuentes.
Los cierres de 5 son complejosLa defensa de tres centrales ha sido un recurso utilizado en algunos segundos tiempos desde la pretemporada, pero tiene la contraprestación de crear una inferioridad numérica en el centro del campo celeste que a un equipo que necesita la pelota le hace daño. Es decir, más allá de su utilidad práctica -que según lo hasta ahora visto es bastante baja-, sólo es un remedio lógico con resultado a favor y con el ánimo de protegerse ante una avalancha de centros laterales, que es la acción que descubre la cara menos competitiva del Celta. De inicio no tiene sentido porque en cierta manera atenta contra el plan básico del propositivo Luis Enrique.
Fontàs es un jugador muy valiente que intenta ofrecer remedios.
L. Enrique tocó contra BrunoA partir de Fontàs, el técnico asturiano trató de construir un atajo hacia el equilibrio hace dos días, contra el Villarreal. Andreu es importante para él. De hecho, es mucho más importante para él de lo que sería para cualquier otro entrenador de la Liga BBVA. Por encima de su técnica, que no es para tanto, y de su comprensión del juego, que tampoco, Fontàs tiene el don de creerse capaz de hacer cosas especiales, algo poco común y muy útil que la cantera del Barcelona imprime en casi todos sus centrales. El tipo se atreve y convive estupendamente con la responsabilidad. Esta vez se le pidió ser tercer central sin balón, dar el primer pase de salida metiéndose entre centrales y sumarse rápido al centro del campo para crear superioridad. Se quedó en mitad de todo.
La importancia del pase atrás es total en un equipo de posesión.
Lo defensivo es bastante sencillo: Costas, él y Aurtenetxe no parecen del todo preparados. Son muy jóvenes, eso sí; por ahí Balaídos puede tener la esperanza del progreso. Aunque quizás mezclarles líneas de 4 y de 5 en el mismo fragmento del partido no les ayude lo suficiente a asentarse y crecer. En cualquier caso, el meollo en este caso anduvo en lo creativo. Pese a que incrustar al mediocentro entre centrales ha dado frutos ofensivos a algunos equipos, hacerlo cuando el propio mediocentro es el director de la orquesta sólo le ha funcionado al de Xabi Alonso, y sólo en uno de los dos cursos en los que lo intentó. Es muy difícil aunar la seguridad técnica, el rango de pase, el temple, la visión y la calidad física requerida para el rol. Lo último es crucial. La idea, en general, se basa en la creación de superioridades, pero no puede obviarse que tan o más -seguramente más- importante que tenerla atrás es tenerla en el medio, y de nada sirve tener una claridad relativa en el primer pase si cuando reciben los interiores -Álex López y Rafinha- no tienen casi instantáneamente la opción de pase atrás a su pivote. Trigueros mordía al gallego, Bruno al hijo de Mazinho y el Celta o la perdía o la retrasaba hasta el principio.
Si un equipo no tiene la opción de dar un pase atrás que sea fijo, fácil y obvio, lo normal es que el sistema nunca vaya hacia delante; que solo vayan hacia el frente jugadores sueltos con muchas posibilidades de perder el balón.
Quien sí es muy posible que vaya hacia delante pese a las limitaciones de su plantel es el propio Luis Enrique, pues no se resigna ante nada. No para de buscar. Aunque no haya tecla perfecta, puede que termine encontrando aquélla que mejor suene.
@migquintana 24 septiembre, 2013
Creo que era Arroyo quien decía ayer que, aún con todo esto, el Celta tiene buena pinta. Y a mí también me lo parece, incluso más que en el inicio liguero del año pasado con Iago Aspas dando un nivel increíble. Me gustan sus fichajes, me gusta Luis Enrique y me gusta la propuesta que están llevando en estas jornadas. Mucha intensidad y mucho ritmo, intentando rasear el juego pero sin olvidando lo poderoso que puede ser su contragolpe con Rafinha, Charles o Nolito. Vamos, puro Luis Enrique.
Lo único, claro, es que entiendo que ande buscando soluciones. El centro de la defensa sigue siendo bastante flojito, en el lateral izquierdo han perdido a Lago y Toni, que es un jugador muy divertido de ver, no tiene conceptos de lateral. Lucho querrá tener una variante que le de solidez ante equipos de nivel como el Villarreal, pero este rol de Fontás me da que no tiene mucho recorrido.