Durante la temporada pasada, Andrea Stramaccioni no repitió once ni una sola vez de manera consecutiva. Es indiscutible que la brutal plaga de lesiones en la segunda mitad de curso fueron un escollo para haberlo hecho, pero en el tramo inicial tampoco sucedió aún estando la enfermería más vacía. Walter Mazzarri, en la jornada cinco, ya lo ha hecho tres veces en los últimos tres partidos. El Internazionale necesitaba justo eso desde el momento en el que Jose Mourinho se marchó rumbo a Madrid: estabilidad. El propio técnico toscano dejó claro antes del choque frente a la Fiorentina que no era el momento de hacer rotaciones, si no de que los que estaban jugando asimilasen conceptos.
Los interistas ya pueden recitar su once inicial.
Era evidente que la propuesta de Mazzarri iba a ser reservada -algo que no sorprende en absoluto viendo lo que ha hecho a lo largo de su carrera-, y si hemos vistoEl Inter regaló el esférico esto como tónica general en este inicio de Serie A, no iba a ser menos frente a una Fiore que pretende tener la pelota en campo rival sea cual sea el equipo contrario. Es decir, un caramelo para el sistema reactivo de Walter Mazzarri, que desde un primer momento dejó claro que casi la totalidad de sus futbolistas se iban a agrupar en campo propio para tratar de dañar con transiciones fugaces una vez recuperada la pelota. La línea predominante durante todo el partido fue la siguiente: la Fiorentina dominaba la pelota, y el Inter el espacio.
A partir de ahí los pupilos de Mazzarri estuvieron más cerca del gol durante toda la primera parte a pesar de jugar siempre más lejos del arco rival. Un nombre fundamental en las transiciones elevaba la posibilidad de peligro, y es que Ricky Álvarez pasa, sin dejar lugar a la duda, su mejor época con la camiseta interista. Ya no sólo por el hecho de que ahora mismo sea capaz de desbordar en ataque posicional, si no porque transmite un momento de forma dulce sea cual sea el lugar de su recepción. Su elegante zancada no se queda en agua de borrajas, y ahora sus conducciones generan ventaja de forma continua siempre que consigue entrar en contacto con el cuero.
Si el Inter no se marchó al descanso con más ocasiones de gol fue porque enfrente estaba Ambrosini. Su talento para achicar, cruzar, anticipar o ir alSin Ambrosini, la «Fiore» hubiera sufrido aún más suelo eliminaba las opciones de contragolpe interistas. No cabe ninguna duda de que su llegada a un club que, a causa de su propuesta, recibe contragolpes de manera ingente, llena un vacío fundamental a la hora de competir. Empezando por Ambrosini, la mejor noticia para Montella fue que todos los futbolistas se sintieron capaces de ganar en un campo tan difícil históricamente como lo es el Giuseppe Meazza. Las sensaciones de la Fiorentina fueron buenas, y solo quedaron manchadas por la falta de calidad defensiva en las jugadas de los goles, algo que, viendo la dirección que tomó el mercado veraniego -prácticamente en su totalidad a reforzar la vanguardia- podía esperarse en situaciones de máxima exigencia, como la vivida ayer con marcador a favor.
La Fiorentina pecó de falta de calidad defensiva.
Si hablábamos de continuidad por parte de Mazzarri en los onces, podemos hablar de prácticamente lo mismo en los cambios, con las entradas de Kovacic o Icardi. El equipo está entrando en una línea de regularidad, y eso siempre es positivo, aunque aún lo es más la actitud y la superioridad en los balones divididos y choques. Una de las primeras cosas que dijo Mazzarri en su rueda de prensa de presentación es que se iba a centrar en mejorar la preparación física. Lo repitió sin descanso. Es difícil medir esto, si un equipo llega con más aire que otro a determinado tramo de un partido, pero la jugada del 2-1 es definitoria. La consecución de actos fue descontrolada, carente de continuidad o lógica, pero todos los choques fueron interistas, hasta que Jonathan se encontró con un caramelo botando dentro del área. El valor de meter la pierna, de cuanto estás dispuesto a jugártela. Y los de azul y negro se la jugaron. La propuesta de la Fiore es bonita pero endeble en ciertos momentos, y quizá la del Inter se sitúa en un polo opuesto. Los de Mazzari llevan 13 de 15 y, por lo menos, saben a qué juegan.
javimgol 27 septiembre, 2013
Yo preferiría ver a Kovacic (absoluta debilidad mía, me vuelve loco el chaval) titular en lugar de Taider o el Cuchu. Pero bueno, a Mazzarri difícil cuestionarle nada con estos resultados