El que los vio juntos y de cerca fue Javier Aguirre. Por circunstancias del fútbol en uno y por la juventud en el otro, ambos estaban aún por romper a lo que un día serían. El mexicano eligió la carta del equilibrio y decidió que como pareja sobre el césped, fuese la excepción. Con el tiempo, para más de uno y en algún momento, fueron “el mejor delantero del mundo”. Primero uno y después el otro. Por medio año, un mes o una semana, pero Fernando Torres y Sergio Agüero generaron el debate. El primero por realidad, sostenida y convincente; el segundo por potencial, reventando la tabla por momentos. Lejos de compartir equipo, sí que eligieron mismo destino liguero, y su reciente actualidad los lleva de nuevo a intentar cumplir las expectativas que su fútbol actual les permitiría convertir en hechos.
Fernando debe ser un activo. Algo alejado de su 2008
El rendimiento de Fernando Torres viene determinado actualmente por dos cuestiones: su evidente discontinuidad y su convocatoria con la selección nacional. Ineludiblemente opacado por la colosal figura de Didier Drogba,Fernando ya no es constante ni muy regular el madrileño cambió el banquillo que ocupó durante 2012 por la solitaria titularidad en el arranque de esta temporada cercana a finalizar. Contratado como figura ajena a la necesidad real del Chelsea, en un mercado invernal y bajo expreso deseo de Roman Abramovich, Torres se ha ido apagando como una bombilla cercana a fundirse, que parpadea cada cierto tiempo pero que queda lejos de aquella deslumbrante potencia con sede en Anfield Road. El club decidió no invertir en su posición, pero su propio bajón y las características de su entorno, primero asociativas y no tanto verticales de la línea de mediapuntas, y después de carencia de lanzadores en la línea de medios, no han acompañado. Perdido en el nivel técnico exigido por las figuras y la extraña velocidad media en que quedó la idea de Di Matteo, Fernando se nubló hasta perder su razón de ser.
La confianza. La mínima para ofrecer desmarques hacia el portero, fruto del miedo a errar fue lo que causó un patente y continuado rechazo en el espectador. Con la llegada de Benítez no ha abandonado esa irregularidad, aunque sus tardes más inspiradas sí que han sido más destacables: aquel partido ante el Aston Villa, finalizando el 2012, o recientemente en un contexto futbolístico más consecuente: con competencia en el puesto y protagonista en planteamientos tácticos mejor adaptados. Esta última circunstancia, por la manera que tiene Rafa de jugar el espacio, entregando la pelota en muchos tramos de los partidos y habilitando al Torres más sensible, intentando así, convertir al madrileño en un activo real y hacer dudar a Del Bosque de cara al verano.
Agüero da motivos para todo. Un genio que no convence a todos
A Sabella, Agüero le hizo dudar menos. Sin ser indiscutible, el mejor Sergio de esta campaña fue bajo las órdenes del Pachorra. En el momento de mayor comunión del país con su seleccionado,Kun decepcionó este año con el Man.City Kun no fue menos y chocó esos cinco con Messi. Al argentino le sentó de fábula pisar tierra más firme, como si en las islas no respondiera a estímulos. Con una importante lesión al iniciarse el campeonato, no imaginábamos que su segundo año de celeste fuese tan decepcionante. De lo particular a lo general, Agüero ha sido uno de los ejemplos, a escala individual, de la temporada del City, fuera de competición en la fase de grupos de la Copa de Europa (en todos los sentidos; el equipo jamás compitió) y descartado de la lucha por la Premier antes de llegar la primavera.
Una cosa está clara: Agüero es un tocado. No es el propio Torres, ni Dzeko, Balotelli o Carlos Tévez. El Kun debería ocupar permanentemente el podio de la posición que ocupa. Su condición física es muy notable, la técnica es superior y su comprensión del juego no se discute. Pero también está clara otra cosa: el gol no le salvó los muebles, y de ahí surge su apatía. El gol inherente es felicidad cuando en todo el partido ni la tocaste y eso Sergio no lo tiene. Más complicado es establecer si su pasión por el juego la posee o le aparece, que es bien distinto. ¿Kun Agüero goza de raza? Creo que hay más argumentos para pensar que va en sus genes, pero cierta indolencia también le acompaña. Esperemos que nos saque de dudas. Siempre hay que esperar al talento.
fagarcia 16 abril, 2013
El bajón de Aguero no tendrá también que ver con el hecho de que ahora juega mas de 9? Antes jugaba en el lado izquierdo o derecho y la punta la ocupaba Balotelli, Tevez o Dzeko. Sería algo parecido a Cristiano: tiene las condiciones para jugar de 9, pero su verdadero potencial es encarando de frente con campo por delante.