Si hay un jugador del Real Madrid que manda a la cama a su técnico, Jose Mourinho, con cabreo casi permanente, ese debe ser Mesut Ozil. El alemán, no lo discute nadie, es un genio del balón. También del fútbol, pero eso solo a tiempo parcial. Dicen los que saben que se trata de un futbolista “irregular”. Más allá de que la expresión es muy socorrida, el concepto queda un poco a medias. Ozil rara vez juega mal. Quizás ni sepa qué es eso. El defecto, y este sí parece justo, es que “juega poco”. El todavía joven talento se siente capaz de todo cerca de la portería, y a veces olvida lo que podría influir lejos de ella. Con sus demoledoras virtudes y sus pequeñas carencias, ayer salvó a los suyos de una buena.
Las alineaciones fueron las esperadas, con la excepción de la entrada de Callejón por Di María, que se explica bastante fácil atendiendo al rendimiento de cada uno enEl Pucela salió mostrando una personalidad arrolladora el último mes. El Valladolid fue exactamente lo que su entrenador anunció, es decir, ellos mismos. El Pucela es un equipo ancho, anchísimo. Regala metros por dentro a cambio de la posibilidad de matarte por fuera. Debatíamos ayer si Rukavina pasaría al ataque con la presencia exterior de Cristiano Ronaldo. La duda se despejó en cuestión de segundos; tanto él como Balenziaga, arriba siempre que hubiera hueco. En los apoyos centrales, Manucho (hilarante su poderío aéreo en las dos áreas) y más atrás, Óscar. El “10” local superó con excesiva comodidad a Khedira en el tramo inicial. Iba a ser una de las peores tardes de Sami en la temporada. Sin la pelota, buscaban con agresividad la salida del Real Madrid, obligando a Alonso a meterse entre centrales. Con el inexperto Nacho y Arbeloa, el Madrid no tenía demasiado peligro en sus carriles exteriores. El Barquito de Papel, en su ímpetu y su inocente gol en contra, era reconocible.
Claro, pisan tanta raya que en el centro, Víctor Pérez y Álvaro Rubio no dan abasto. Y tampoco es que sean Makelele y Vieira precisamente. Cristiano, queCR7, viendo los espacios entre líneas, dejó la banda izquierda empieza a amar esos lugares, detectó muy pronto que ahí había chollo. Lo hizo especialmente al comprobar que Ozil, de manera extraña, no estaba sacando todo el partido a un movimiento que el germano domina como los dioses. El Bicho fijó su posición en el medio, desplazando un ratito a Mesut a la izquierda. En esas, vino el revés de la noche para el Valladolid. Los de Djukic perdían por lesión a Ebert. El conjunto blanquivioleta da la (maravillosa) impresión de estar corriendo constantemente, pero en realidad, su único jugador veloz es Patrick. Ante el Madrid de P&R, si eres lento estás muerto. Los pucelanos vieron volar su gran amenaza por la derecha, Ozil pudo centrarse más cómodamente y ahí dejó la jugada del encuentro, una joya junto a un Karim Benzema pelín ausente. 2-2 y descanso.
Pasar por la banda izquierda hizo espabilar a Ozil
Tras la reanudación, Mourinho se la jugó. No se le escapó al portugués la relevancia de la marcha de Ebert, así que pensó que, por qué no, Callejón le podía cumplir bienEntre Ozil y CR y Alonso faltaba mucha pausa de lateral zurdo. El Madrid leyó con acierto la situación, apretando de forma más intensa, colocando a Arbeloa y Callejón a alturas tan altas como arriesgadas. El otro detalle clave fue el rol definitivo de la pareja Cristiano-Ozil. El fenómeno de Madeira se despidió de la banda. Fue como si los ciento y pico metros del José Zorrilla hubieran sido encargados al mencionado Callejón. Desde luego, Mou cree en él. Este escenario confundió al Madrid, que hallaba líneas de pase con sencillez, pero verticalizaba con frenesí incontrolado. Es la pega que no corrige Mesut. Estar más cerca del juego, tocarla más, sacarle jugo a unas condiciones devastadoras. Solo una vez lo hizo, y fue memorable, pese a perder. Así, el Madrid comenzó a fallar, a no detenerse en nada. Como Khedira estaba missing en cualquier función, Mourinho sacó a Luka Modric, que era lo que gritaba el choque.
El Valladolid ya hacía rato que salía, y sin el achique de Sergio Ramos (reubicado como “2”) y Pepe, con Alonso de central y Callejón en misión imposible, transitar estaba al alcance de la mano. Regresaban las superioridades en bandas que tan fabulosamente realiza este grupo, ahora favorecidas por las necesidades visitantes. El Madrid compraba boletos para marcar pero ni mucho menos cerraba su puerta al adversario. Entonces surgió Mesut, para tirar una falta con la pierna de Maradona y estilo de Zico. En apenas una horita, Ozil dibujó el cuadro de su fútbol: aún corto para ser lo que puede; frío para lo que ofrece; tan bello y determinante cuando emerge.
@SharkGutierrez 9 diciembre, 2012
El Valladolid podrá ser habitualmente un equipo ancho, pero lo que es ayer en el partido, le valió con defender interiormente al Madrid. De hecho, veo la conexión con que el Madrid dejara de serlo (ante todo por sus laterales de inicio). Al Valladolid, le valió cerrar la puerta, juntar y permitir a Rubio como a Pérez en las ayudas interiores a los centrales. Ahí evidenció una falta de amplitud, de anchuras que no tenía. Callejón intervino poco o nada. Özil no fue profundo ni recepcionadaba a las espaldas de los laterales o cayendo a costados.
Luego, lo de Rukavina y Balenziaga, pues con Arbeloa y Nacho en laterales, no es que fueran tan profundos; subían líneas sí, pero no generaban superioridades, la generaba Manucho y a partir de ahí, el equipo se creció
Khedira jugó más de apoyo posicional que realmente roturas interiores, que es el papel que debía de seguir en un principio. Eso explicaría como vimos a un Khedira menos incisivo e influyente que de costumbre. Óscar si que aprovechó la superioridad aérea de Manucho y que el angoleño descargase a costados o de cara donde tenía a Óscar, a Omar o a Ebert (hasta que se lesionó). Se lesionó el extremo germano y el Valladolid con la entrada de Bueno comenzó a ser mucho más previsible y volcaban en Manucho, Omar y Óscar incidir más por la derecha. Cuando no tenían la pelota, Manucho ensució bastante su salida, al igual que Omar. La salida del Madrid no era limpia y definida, todo lo contrario. Muchísimo más dificultosa que de costumbre, obligaba a Pepe y sobre todo Ramos a jugar más directo.
Luego, la lectura de Mourinho me pareció más que correcta, pero no tuvo el efecto que él quería. El Madrid quería ser más ancho y crecer con Callejón y Di María; sin embargo, para mí el gran defecto del encuentro al hacer el cambio de Di María por Nacho, es no haber colocado a los dos por el mismo lado y sobrecargar el lado de Rukavina. Ahí pudo tener gran control del encuentro y sin embargo, luego introdujo a Modric por Arbeloa (llegando minutos en que Di María se situaba a la derecha, donde solo tiene una salida).
Varane salió después para arreglar el desaguisado y el Madrid se volvió a ordenar. A todas estas, Özil caía a derecha, Benzema dejaba el sitio a un Cristiano más centrado que fijara marcas y así aprovechar el costado izquierdo. Tuvo suerte Özil cuando se la puso casi a la escuadra de Dani Hernández. El Madrid sufrió más de lo esperado en un partido, en el que su propio portero metió al Valladolid en la faena, pero su "10" volvió a meterle en la misma.
En definitiva, buena lectura, soluciones que lo complicó con el cambio de Modric (por cierto, gran media hora del croata), que pudo haber simplificado Mou de una manera más simple y con un mejor efecto a mi modo de ver.