El Shakhtar fue la gran sensación durante la primera fase, y el Chelsea era el vigente campeón de la competición. Sin embargo, la Juventus de Turín acabó liderando un grupo que, sirvan las dos primeras líneas de este texto como ejemplo, era durísimo. El equipo más laureado de Italia si hablamos en clave local, también es un clásico absoluto de la Copa de Europa, y ese idilio con la competición salió a relucir en momentos clave de la primera fase. La Juve ha vivido, en los últimos tiempos, una situación delicada. El descenso a Serie B, la costosa readaptación al primer nivel, y la reciente sanción del hombre que cambió la dinámica, Antonio Conte. Sin embargo, la Juve, vigente campeón del Scudetto y máximo candidato a reeditarlo, se ha ganado el respeto de sus rivales de bombo en la Champions League. Real Madrid y Valencia, los posibles rivales españoles de la Vecchia Signora, se toparán con una dura piedra en el camino en caso de que el sorteo sea caprichoso.
En primer lugar, merece la pena destacar la sensación que produce en el entorno Juve un partido de la Copa de Europa. El equipo turinés no disputaba la competición desde el curso 2009/2010, donde quedaron apeados en la fase de grupos, acabando por detrás de Girondins de Burdeos y Bayern Munich. El año anterior, el Chelsea les eliminó en octavos. Estas fueron las dos últimas participaciones del equipo después del destierro a la Serie B. Así, de un plumazo, es fácil entender que la Juventus realmente competitiva en la Champions queda lejana en el tiempo. Nos tenemos que remontar a la época del mejor Del Piero, de Trezeguet o de Nedved, cuando la tanda de penaltis les arrebató el título en 2003 frente al AC Milan, tercera final que iban a perder en apenas 7 años. El resultado es lo primordial, el ganador queda en los libros, pero es indiscutible que un equipo que alcanza cuatro finales de la Copa de Europa en menos de diez años, está en el grupo de los elegidos. Así que, aún sin concretar con títulos, por la sangre juventina corre la Copa de Europa. Por ello era importante matizar la relación del escudo con la competición, antes de empezar a hablar de aspectos de su juego.
Tras superar a Shakhtar y Chelsea, la Juventus vuelve a los octavos de final cuatro años más tarde.
Un juego que hace que, por obligación, haya que respetar al equipo de Conte. El técnico pullés llegó a la Juve después de haber ascendido al Siena desde la Serie B. Su esquema, el 4-4-2 (o el 4-2-4 que tanto gustaba decir en Italia), parecía que iba a ser la elección. Las pocas veces que lo cambió en la toscana hizo pensar que iba a ser de esos entrenadores que confían en unos números y van adaptando piezas. Sin embargo, Conte, que sí empezó a jugar así, demostró ser inteligente, primero adaptando a los futbolistas a un 4-3-3 que cuadraba más con los mejores hombres de la plantilla, y terminando por adaptarse al contexto de la Serie con un 3-5-2 que hoy es la gran seña de identidad de su equipo. La evolución ha sido paulatina y la sensación es que la cara final de esta Juventus consigue que a través del colectivo, la mayoría de sus futbolistas se vean beneficiados, prácticamente, pieza por pieza.
La defensa de tres la forman Barzagli, Chiellini y Bonucci. Los dos primeros flanquean en los costados al tercero, que es el más capacitado para conducir y ofrecer una salida limpia cuando el rival busca emparejar a un hombre con Andrea Pirlo. Barzagli ha encontrado una segunda juventud, dando un gran nivel en su vuelta al CalcioEl Valencia se puede adaptar mejor que el Real Madrid al sistema defensivo de la Juve, y Chiellini es uno de los grandes defensas del fútbol italiano. Ahora mismo resulta imposible imaginarse una Juve en plenitud sin ellos tres. La pérdida se encuentra con los tres centrales dando amplitud lateral, y la transición defensiva del equipo es sólida gracias a su compenetración. El nuevo Valencia de Valverde busca ocupar los carriles exteriores, y en este aspecto la Juve puede sufrir por la agresividad de sus laterales (de hecho, frente al Torino en el derbi, un equipo que deja a sus extremos a mucha altura, Conte cambió a defensa de cuatro y sujetó más a los laterales). En clave Real Madrid, evidentemente el equipo blanco tiene más potencial, pero quizá su estilo se adapte peor, ya que la defensa de transiciones rápidas la Juve las controla bien a la hora de defenderse (si Pirlo está fino), y en posicional monta una línea de 5 complicada de superar, algo que requeriría de Benzema y Özil en su mejor pico de rendimiento, sumado a la estructura ganadora del Madrid en campo rival (Marcelo). Por su estructura defensiva, la Juve es un rival complicado para el Madrid.
Otra gran seña de identidad de esta Juventus son sus laterales. Para el costado derecho cuenta con dos alternativas de nivel: Lichtsteiner e Isla. Ahora mismo, el titular es el suizo, pero en caso de problema el recambio es de gran garantía. Lichtsteiner tiene un tacto fabuloso para incorporarse, probablemente su mejor virtudLa amplitud que le otorgan sus carrileros es una de sus grandes características, y es que muchas veces esta característica es más valiosa que alguien con mejores recursos técnicos. Aparece en el momento y en el lugar adecuado, y además se apoya en un físico privilegiado. En el otro lado, la llegada de Asamoah ha sorprendido a todos. El ghanés jugaba en Udinese como interior, y Guidolin (que ahí tiene a Armero), no le tuvo en cuenta como futbolista exterior. Pues bien, el acierto de la Juve con su incorporación es mayúsculo. Recorrido, buen pie para centrar, es capaz de aguantarla a buena altura y además es disciplinado en defensa. Las características de los hombres exteriores de la Juve tienen dos lecturas. La primera, como hándicap, que la espalda queda despejada para que hombres que viven en la cal (Feghouli), puedan sorprender con recepciones exteriores. La segunda, que es positiva, es que el ataque posicional de la Juve es muy ancho por estar ambos siempre proyectados. En este aspecto, la pareja Ramos-Pepe está más capacitada para defender centros laterales y en definitiva, esa producción exterior con posterior (y brutal) carga al área juventina. Veo un empate técnico ante esta carcaterística de la Juve. Un Valencia capaz de dañar por fuera y un Madrid mejor preparado para defenderse del Lichtsteiner-Asamoah.
La siguiente parada es su línea de centrocampistas. Probablemente una de las mejores de Europa. Lo primero que hay que decir es que Andrea Pirlo no está jugando al nivel del año pasado. Pirlo, no sólo para iniciar jugada y para dar apoyo de cara en campo rival, era fundamental, si no que su seguridad, tanto en el pase como en la protecciónEl desgaste de Vidal y Marchisio son claves para equilibrar a Pirlo del balón en la base de la jugada, servían para evitar pérdidas y por lo tanto, exponer menos a los centrales. Es muy relevante esto, porque tanto Madrid como Valencia (Cristiano o Soldado), se pueden aprovechar de robos en media cancha y transiciones rápidas. Cuando se dice que Pirlo es fundamental, se dice con argumentos. Los interiores, Vidal y Marchisio, son sencillamente vitales a la hora de equilibrar. Defensivamente, el chileno ocupa con determinación 80 metros del carril interior derecho. Es un crack. Porque tiene tacto posicional, y técnica defensiva. Marchisio es menos poderoso en cuanto a recorrido y recursos defensivos, pero tiene técnica para dar continuidad al apoyo lateral a Andrea Pirlo. Al equilibrio posicional que ofrecen ambos, hay que sumar su gran virtud ofensiva: la llegada al área rival. Se habla mucho de que la Juve necesita un 9, pero precisamente el hecho de jugar sin referencia fija les ofrece una perspectiva distinta a ambos, que se aprovechan de la movilidad de los puntas para engordar sus cifras goleadoras. En este aspecto, también dejan más dudas las capacidades de los Rami, Costa o Víctor Ruiz, que la solvencia de la pareja Pepe-Ramos.
Y hablando de la movilidad de los puntas, se rumorea con fuerza una posible incorporación de un 9 referencia en el mercado invernal, lo que podría modificar el análisis colectivo del equipo. Para mi gusto, la mejor versión de la Juve la estamos viendo con Giovinco – Vucinic en punta (y eso que Quagliarella ha tenido un factor decisivo en la Champions). Sin embargo, el hecho de que ambos estén, a la vez, sobre el césped, abre el abanico. Se puede considerar que Giovinco es el segundo punta y Vucinic el nueve, pero esto no es así, o al menos no lo es durante muchos tramos de los partidos. Giovinco es más rápido en las rupturas, y además es muy veloz en las conducciones, por lo que la inercia del juego le deja muchas veces en posición de finalización o incluso como foco de transiciones rápidas. Esto, por supuesto, sin olvidar que su explosión en el Parma llegó como trequartista puro, así que en el ataque posicional no le cuesta salir al apoyo o buscar recepciones laterales. Sin embargo, el jugador contextual en el ataque posicional es Vucinic, y lo es gracias a su gran cantidad de recursos técnicos. Es capaz de jugar de espaldas, descargar con facilidad y filtrar balones decisivos, además de tener un buen disparo desde la frontal. De hecho, el montenegrino tiene más y mejores recursos para jugar fuera del área que dentro de ella. De ahí que esa línea de carga (Marchisio-Vidal, sumados a Asamoah-Lichtsteiner), sume goles y oportunidades. Los delanteros abren el camino.
La Juventus es un equipo perfectamente equilibrado, pero quizás faltan alternativas al plan inicial.
En definitiva, estamos hablando de un equipo muy bien estructurado, al que por ponerle alguna pega, sí que le falte recursos de garantías por si el plan inicial no funciona (quizá al margen de Isla y Pogba, los suplentes cumplen, pero no igualan el nivel de los titulares, y en el caso de Pogba son palabras mayores porque suple a Vidal y Marchisio). La ventaja para equilibrar esto es que Conte es bastante inteligente y aunque quizá, Quagliarella no esté al nivel de Vucinic, el técnico sabe cómo y donde utilizarle, y esto es un gran activo. De cara a Real Madrid y Valencia, personalmente considero que tras Bayern Munich, es el rival más complicado, por todo lo expuesto. El nuevo Valencia de Valverde puede aprovecharse, con un mecanismo ofensivo más sencillo, de una carencia que la Juve ha tenido en los últimos tiempos, mientras que el Madrid necesitaría, creo yo, de su complejidad ofensiva al más alto nivel. Si sumamos que la Juve es un equipo sólido en defensa y con argumentos ofensivos que pueden hacer daño a cualquiera (quizá más a Valencia que a Real) nos sale un rival durísimo, equilibrado, bien mezclado, y con un escudo que sabe lo que es competir en la Champions League.
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eldayan 18 diciembre, 2012
Como está jugando el Madrid, carente de pegada, con Casillas off, hasta el mismísimo Pepe con algunas distraccione, Di María de vacaciones, Ozil intermitente, Modric infrautilizado, Mou haciendo preparativos de salida….. Sinceramente, el Madrid es un equipo que sobre el papel puede ganarle a cualquiera, pero tengo mis dudas que en estos momentos sea así. Actualmente si queda este emparejamiento, cambia y nos vemos en la siguiente Champions…