Son ya catorce las veces que Unai Emery ve el azulgrana catalán y cena sin postre. En su trayectoria como técnico enfrentando al Barça, aunque los resultados vistan de traje y corbata presidiendo todo el estatus reinante, son las sensaciones las que otorgan al vasco elogios merecidos a sus planteamientos. Técnico flexible y escurridizo, maneja la estrategia a balón parado, la versatilidad táctica y funcional de sus piezas y suele disponer de un orden colectivo a medio camino entre la optimización y la agresividad. Cierto es que maneja siempre un potencial inferior a cualquier versión culé, pero ayer salió claramente perdedor. Esta vez el resultado volvió a ser adverso, pero las sensaciones no fueron las mejores.
Mal día de Emery. Dio tiempo al pasador y espacio al receptor.
Vilanova, con la baja de Alexis y la ausencia de Villa, situó a Iniesta de extremo izquierdo (con movimientos de extremo) y a Cesc de centrocampista. Si algo caracterizaEl mediocampo del Spartak de Moscú invitaba a filtrar pases a la pizarra de Unai es enfocar una zona del campo donde robar y adoptar una actitud consecuente al robo. Cuesta entender qué pretendió con el comportamiento de su equipo. Cierto que tanto Villa como Alexis son profundos y verticales pero la inferioridad y actitud en zonas centrales convirtió en temeraria el listón tan alto de la defensa rusa. Las tres líneas rusas pecaron de tibieza. En los primeros 45 minutos, cedió la iniciativa a los centrales, tiró la línea defensiva a la altura del primer tercio del campo y entendemos que buscó un robo adelantado, para transitar con Jurado en corto, Emenike en largo, y Ary y Dimitry Kombarov por izquierda. El mediocampo adoptó una actitud no demasiado expeditiva, tímida y flotante, invitando a filtrar pases al espacio. Y la zaga, en ocasiones, dibujaba un mix de achique y repliegue muy desconcertante. Una contraproducente invitación al mano a mano.
El Barça la guardaba con Xavi y Messi, mirándose el uno al otro, Fábregas apareciendo como tercer hombre (notable), y Busquets, siempre indetectable, sumándose deMascherano y Piqué tuvieron menos trabajo de lo habitual cara para prolongar combinaciones sobre el eje horizontal. Limpiaban marca y cada pocos minutos, aparecía el segundo de tiempo suficiente para jugar en largo y ganar profundidad. Esta facilidad en la elaboración permitió que Alves y Alba no se sumaran por fuera (como exige un planteamiento más retrasado), sino como apoyo exterior a la altura de centrocampistas, ejerciendo una presión frontal sobre segunda jugada, con lo que, ante la pérdida, Piqué y Mascherano (muy alejados de nuevo de Busquets) afrontaban menores amenazas de lo habitual; en el balance se observaba una superioridad palpable. En la reanudación, el Spartak decidió dar entrada a Welliton, presionar la salida culé, y dar vuelo a Makeev y a Kirill Kombarov por banda derecha. El balón repartió su presencia entre ambos campos y Valdés tuvo algo más de trabajo.
El Barcelona se fue imbatido. Veremos si tiene continuidad.
Lo cierto es que en el plano técnico, dista un mundo entre ambos conjuntos. El Barça volvió a adoptar sus características a las condiciones del césped y los rusos le regalaron un enorme maizal entre zagueros y Dikan, para que Messi y Pedro recolectaran ocasiones de gol. La pesadez de Kallstrom y el inofensivo desgaste de Rafael, desconectaron a Jurado. Si además Tito adiestró a sus hombres para presionar con más agresividad de la mostrada esta temporada, el dominio está garantizado. Quizá fue el choque más plácido que ha afrontado el Barça en tierras rusas. Aunque Messi haga parecer todo un trámite, seguramente lo fuese.
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AMPLIACIÓN. Comportamiento de Kallstrom y Carioca ante Xavi.
Obsérvese el lenguaje corporal y la posición del doble pivote del Spartak durante el control de Xavi. Flotándole, con la espalda encorvada y brazos relajados. Fue una constante y lo pagaron.
Abel Rojas 21 noviembre, 2012
A mí me parece que Emery quiso plantear su típico partido intenso y de presión contra el Barça aprovechando las condiciones del césped y las posibles dudas que pueda tener por el tema de los goles encajados y tal y que no encontró respuesta en sus jugadores. ¿Que no eran perfectos para ellos? Está claro, pero uno siempre espera un plus de intensidad cuando se enfrentan al Barça, lo tienen casi todos, y al Spartak le faltó.
Dicho lo cual, con balón a mí en el primer tiempo me gustaron mucho. De hecho merecieron goles.
Por cierto, me extrañó la posición de Iniesta dado el planteamiento. ¿Ayer Villa no se hubiese hinchado?