Alemania llegó a Polonia y Ucrania como indiscutible aspirante, aunque para ratificarlo primero tendría que superar un grupo de gran dificultad. Lo hizo con pleno de victorias, pero también con más oficio que juego.

Con todo el respeto y la admiración que merece un grupo tan limitado de recursos como Grecia, y una Inglaterra muy golpeada por las bajas en la previa del torneo y que finalmente se ha marchado invicta

Sabemos que los estrenos son complicados. El gol de Mario Gómez, de hecho, fue una valiosísima bocanada de aire en medio de un primer día no demasiado sencillo. Un timorato centro desviado que por desgracia para los portugueses

Me gustaría parecerme ahora mismo a muy poca gente. Por ejemplo, no me cambiaría por un asegurador de inversiones. Menos aún, por un agente de publicidad. Tampoco mataría por convertirme en dueño de un videoclub.

El primer pensamiento será el peor. Cuando el despertador de cualquier lujoso hotel muniqués llame a filas, John Terry se sentirá solo, inconsolable, preso de la impotencia. Recibirá la palabra de ánimo de todos

No siempre ha ganado, muchas veces ni siquiera fue el mejor, pero la hegemonía del Bayern Munich en Alemania ha sido firme e incuestionable desde que el fútbol cambió. Mientras sus vitrinas recibían la llegada de un nuevo trofeo con el formalismo

La rueda de prensa de Mourinho fue un incierto rompecabezas. Aprovechó su turno de palabra para formularnos preguntas que para nosotros no existían 24 horas atrás. Lo hizo recalcando con insistencia que su equipo no sufría una euforia excesiva,

Sin la histórica rivalidad entre Real Madrid y Bayern de Munich, la Copa de Europa sería un poco menos gloriosa, un poco menos épica y un poco menos emotiva. Abel Rojas y Antonio León conversan sobre el duelo que marcó a una generación

Sábado, ocho y media de la noche en el norte de Munich (noche, según la concepción alemana de los horarios). Los periodistas se agolpan por la única declaración que tendrán para rellenar sus crónicas: El club ha informado que ninguno de sus

Hay algo de romano en Mario Gómez. De pies pesados, mirada impertérrita y semblante desafiante, goza de la confianza del que se sabe rematador de un torrente de ocasiones que hace unos meses