El FC Barcelona sigue con el piloto automático activado. Hace ya unas cuantas semanas que el cuadro blaugrana ha dejado de progresar a nivel táctico. Y su corta victoria ante el Real Valladolid no sirvió para apagar las alarmas antes de regresar a la Champions, sino que el efecto fue más bien todo lo contrario. El equipo de Ernesto Valverde no atraviesa por su mejor momento, como así lo han probado los últimos resultados, pero es que además las sensaciones generales distan de volver a retomar un rumbo que hace ya tiempo se alejó de ser el más competitivo a través del balón.
La versión del FC Barcelona fue bastante pobre durante el 1ºT
Los primeros 45’ del Barça volvieron a ser muy preocupantes. Ante la ya conocida ausencia de Arthur, y con Rakitic, Coutinho y Luis Suárez en el banquillo desde el inicio, el mediocampo del FC Barcelona se comportó de una manera muy particular, aunque coherente -sin entrar a valorar aún si mejor o peor- en función de las piezas escogidas. Con Busquets por delante de la defensa, aunque después iría retrasando su posición para alejarse de la vigilancia de Verde, y con Aleñá -izquierda- y Vidal -derecha- como interiores, la (presumible) intención del Barça fue progresar a partir del escalonamiento de estos dos últimos futbolistas. Con el chileno compartiendo sector con Messi, completando así los movimientos del argentino dentro y fuera, y con Aleñá desde el perfil opuesto, a caballo entre Dembélé -que también iba hacia dentro para limpiar el carril-, Alba y el propio Busquets, el Barça pretendió establecer distintas alturas a una posesión que, consecuencia del dibujo, en ningún momento de la primera parte fue dinámica, ni eficaz ni fluida.
El planteamiento defensivo del Valladolid puso algunas facilidades
Más preocupante, si cabe, fue su incapacidad para castigar el frágil posicionamiento defensivo de su rival. Sergio González decidió romper con el 4-4-2 para formar un 5-2-1-2 en el que Verde, como decíamos, permanecía muy pendiente de Busquets, al tiempo que Ünal y Sergi Guardiola, los dos puntas, abrían o cerraban su posición en función de los movimientos de Piqué-Vermalen. De esta forma, con sus tres piezas más adelantadas fuera de combate a las primeras de cambio, el propio dibujo del Real Valladolid comprometió en muchos momentos su protección del carril central, con Míchel y Anuar en paralelo y aislados entre la posterior línea de cinco y los puntas. Una vulnerabilidad táctica que, en cualquier caso, pasó inadvertida durante bastantes minutos; aunque por más demérito rival que mérito colectivo. No obstante, como la primer mitad fue un bucle de errores tácticos e imprecisiones técnicas, la propia disposición de Vidal y Aleñá fue, en verdad, el gancho que hizo que la línea de tres centrales luciera en el corte durante los primeros 45′.
Debido a que el Barcelona no conseguía juntarse a través del balón, su presión tras pérdida fue muy deficitaria. Con el equipo claramente segmentado en dos partes, con Busquets, Vermaelen y Piqué por un lado, y los otros siete futbolistas -demasiado distanciados entre sí- por el otro, la debilidad en la transición defensiva volvió a ser muy palpable. Una flaqueza que el Valladolid, por su parte, tampoco logró azotar, a pesar de correr en numerosas ocasiones con clara ventaja.
Leo Messi fue muy de menos a más a lo largo del encuentro
A pocos días de visitar al Olympique de Lyon, y cada vez más cerca del doble Clásico ante el Real Madrid, el FC Barcelona sigue muy lejos de presentar un discurso realmente convincente desde lo táctico. Tan solo Ter Stegen, Messi, que fue muy de menos a más durante la noche, Dembélé, que aceleró unas cuantas veces desde fuera hacia dentro, y Piqué, que continúa creciendo desde el corazón de la defensa, son las principales -y seguramente las únicas- certezas competitivas de este FC Barcelona, que ha perdido el norte dentro de la pizarra, y más desde que no dispone de Arthur.
Kairós 17 febrero, 2019
La única diferencia que yo vi fue la ineficacia de Messi, pero el resto( ritmo, presión, circulación de balón, profundidad y juego colectivo) sigue siendo igual. En algunos partidos Arthur maquilló esa realidad con actuaciones individuales, sin embargo, el Barça actual no se rige por los cánones de Cruyff o Rinus Michels.
El problema de este equipo no es la acumulación de partidos, el cansancio o la "mala suerte". No se puede conducir un Seat como si fuera un Ferrari, si llevas 3 años consecutivos cayendo en cuartos de final significa que tu nivel es ese, pura justicia futbolística.
Sería un éxito increíble si el Barça gana algún título esta temporada, aunque lo mejor que le puede pasar es no ganar nada porque parece que sólo de esta manera se puede producir un cambio.
Valverde apuesta por jugadores de 30 años y experimentados, puedo entender su postura de "voy a molestar lo menos posible"… lo que pasa es que el Barça tiene que ganar títulos en el futuro. Soy culé y disfruto más con el City o con el Ajax que con este equipo que solamente viste de blaugrana. Y City/ Ajax no tiene a Xavi,Iniesta,Busquets, Pique,Alves…. , es más, el Ajax con Messi le hubiera ganado al Madrid muy cómodo.
Ahora toca decir que el Barça "debe" adaptarse, evolucionar, olvidar nuestro estilo y copiar "el modelo" de otros. Busquets jugaba en segunda división antes de Guardiola… Iniesta y Xavi no hubieran ganado ni la mitad sin esa forma de entender el fútbol.
En fin, la única cosa que se puede hacer es esperar a que acabe esta temporada y tener la esperanza de que algún dia el Barça vuelva a ser el Barça.