La Italia de Roberto Mancini, en su afán por demostrar que además de nombres hay buenas intenciones, puso de manifiesto a las otras 31 selecciones que viajarán a Rusia todo lo que no se debe hacer, bajo ningún concepto, ante la Francia de Antoine Griezmann, Kylian Mbappé y Ousmane Dembélé. El cuadro de Didier Deschamps, en una virtuosa exhibición de su aptitud contragolpeadora, encadenó ante Italia su segunda victoria previa a la Copa del Mundo. Pero en esta ocasión, a diferencia del duelo ante Irlanda –a quien superó hace pocos días con un estilo algo más pausado y dominador (en cuanto al territorio)-, la selección gala aprovechó la coyuntura para lucir piernas a tan solo quince días de su debut oficial ante Australia.
Tolisso, en el arranque, fue el encargado del primer pase francés
Deschamps, que ante Irlanda se decantó por un 4-3-2-1, retomó para este encuentro su clásico 4-3-3 de las grandes noches. Y en este sentido, el esquema encerró una primera particularidad que, lejos de la casualidad, podría arrojar ciertas pistas (para según qué partidos). Durante los primeros compases, en un mediocampo formado por Kanté, Tolisso y Pogba, fue sugerente la soltura con la que el del Chelsea (pivote) y el del Bayern (interior derecho) permutaron varias veces su posición en función del esférico. Así, se pudo constatar que este movimiento, fruto del laboratorio, lleva a Francia a adoptar distintas posturas cuando (no) tiene la posesión. De esta forma, en fase de repliegue, fue algo habitual ver a Kanté situarse –como de costumbre- por delante de los dos centrales; sin embargo, en fase de salida, éste intercambiaba su plaza con Tolisso, cayendo hacia el perfil derecho, para que fuese el ex del Olympique el encargado de materializar el primer envío. Algo que, si bien solo se extendió durante un puñado de minutos, otorgó a Francia una mayor fluidez para limar una de sus principales debilidades tácticas.
Griezmann recibió muchísimas veces de espaldas (y entre líneas)
Si ante Irlanda, como decíamos, Francia dibujó un sistema garantista con la movilidad de Fekir y Mbappé por detrás de Giroud, la apuesta ante Italia se centró en asegurar el tráfico de sus piezas (Dembélé y Mbappé) por detrás del delantero (Griezmann), y no a la inversa. De hecho, el futbolista del Atlético de Madrid se encuentra cada vez más relacionado con el juego galo, hasta el punto que su presencia como ‘9’ esbozó varias veces un plan que, a jurar por la altura –y la forma- en la que controlaba el balón, parecía más cerca de un rombo (con el pivote y los interiores) que de las dos líneas (de tres) propias del sistema (4-3-3) expuesto anteriormente. Ahora bien, Griezmann no solo se empleó de mediocampo hacia arriba; sino que su actuación dejó, además, otra de las claves de por qué Italia no estuvo nunca en condiciones, como acabó reflejando el resultado, de poner en cuestión la victoria francesa en este encuentro. El rojiblanco, desde su papel más centrado dentro del tridente, estuvo siempre muy pendiente de Jorginho. Y eso, para una Italia falta aún de automatismos, troceó en distintos sectores a un bloque que, por más que quiso avanzar por bajo-al pie, picó varias veces el anzuelo.
Dembélé dominó el escenario durante toda la segunda mitad
La convocatoria de Deschamps incluye alternativas como para que Francia, en función del rival y del contexto, sea capaz de aclimatarse a los distintos escenarios que le aguardarán (con total seguridad) en la próxima Copa del Mundo. Si ante Irlanda debió dominar más arriba, siendo mucho más proactivo con el esférico que su contrario, anoche demostró ante Italia que está preparada para afrontar entornos en los que su vocación, ya sea por la condición técnico-táctica de su contrario o por sus propias limitaciones creativas, deba ser mucho más consecuente con el uso y acomodo de los espacios. Con Griezmann recibiendo (de su mediocampo), girando y lanzando en muy pocas décimas de segundo, a Francia se le abre un abanico de posibilidades muy distinto a cuando debe atacar veinte o treinta metros más arriba. En esas, la velocidad de Mbappé y Dembélé –como demostraron ante Italia- es demoledora. Pero esto, visto lo visto, también aleja a Antoine del área. Un peaje a tener en cuenta.
AdrianBlanco_ 2 junio, 2018
Aprovecho para comentar la actuación súper positiva de Lucas Hernández por el costado izquierdo. El sistema de Deschamps requiere laterales muy profundos, que lleguen hasta muy arriba y ensanchen el bloque en campo rival, y el del Atlético respondió bien. Muy bien. Puede ser una pieza importante en Rusia, ¿no?