Colombia disputará en Rusia su sexto Mundial en toda la historia. Será, después de la de Brasil en 2014, su segunda participación consecutiva en una Copa del Mundo; algo que el combinado cafetero no conseguía desde hace más de dos décadas, cuando encadenó los torneos de 1990, 1994 y 1998. En la última gran cita, Colombia se destapó ante el planeta como una de las selecciones más estimulantes del continente americano, tras completar una fase de grupos perfecta –haciendo pleno ante Grecia, Costa de Marfil y Japón- y deshacerse de Uruguay en octavos con un gol que para siempre permanecerá ligado a la historia de los Mundiales, por cómo, dónde y en qué momento se produjo. Algo que esta nueva Colombia de José Pékerman, que esta vez sí podrá contar con la presencia de Falcao arriba, tratará, al menos, de volver a alcanzar.
El doble pivote colombiano: un problema, una solución
Del sistema 4-4-2 con el que se presentó en 2014, Colombia ha evolucionado hasta un 4-2-3-1 en el que mantiene, como denominador común, la esencia guerrillera del doble pivote. La pareja entre Jefferson Lerma y ‘La Roca’ Sánchez es sinónimo de muchas cosas, pero también análoga de otras tantas. Y entre las primeras, está el hecho de ahorrarle cuantos esfuerzos (defensivos) sean posibles a James, Cuadrado, Falcao y Uribe. Aunque esto, a decir verdad, conviene ser realmente matizado. Tan cierto es su indiscutible despliegue a lo largo y ancho del mediocampo, como que, para una Colombia que acostumbra a vivir para y por contextos de un ritmo muy alto, tanto el del Levante como el del Espanyol no son, en realidad, dos futbolistas que destaquen por sus dotes creativas. Algo que, por otro lado, exige a James –que debe bajar para recibir de Sánchez y/o Lerma o de Mina, directamente- un esfuerzo extra para entrar en contacto con el esférico lejos del área.
James debe abarcar muchos metros para que todo fluya
Así las cosas, James Rodríguez cuenta con una libertad total para moverse entre líneas. De esta forma, en fase de salida, es algo muy común que, cuando Yerry Mina (central derecho) conduce con su balón pegado al pie, Lerma y Sánchez se posicionen de forma que, con Arias bien abierto y Cuadrado por dentro o por fuera, James reciba en una (teórica) posición de interior diestro. Ahora bien, esta es una estrategia que, de tanto y tantas veces repetirla, le obligará a Pékerman ir realizando ciertos ajustes sobre la marcha; con tal de que James compense, de alguna u otra forma, sus intentos por hacer que Colombia sea agresiva desde el esférico, y no de los espacios. Pues aquí está el verdadero quid de la cuestión: a pesar del gran derroche al que se verá sometido James, Colombia tiene que encontrar la manera de arrimar al del Bayern de Múnich a su hábitat. Y en esas, tanto Cuadrado como Falcao son absolutamente claves.
El ‘pivoteo’ de Falcao será importante para acercarse al gol
Una gran parte de las opciones cafeteras –como no es de extrañar- pasarán por la cabeza y las piernas de Radamel Falcao. El de Santa Marta, que ya se perdió la de Brasil en 2014 por una grave lesión de rodilla, participará, a sus 32 años, en su primera Copa del Mundo. Y el contexto, más allá de su abrumadora capacidad rematadora dentro del área, exigirá muchas cosas al actual delantero centro del AS Mónaco. Para empezar, de su capacidad asociativa en la frontal del rival dependerá, como anteriormente señalábamos, que James encuentre un contexto realmente favorable para su pie izquierdo. Ya no solo para que el ‘10’ chute a portería, sino para toda la selección colombiana adopte –con los laterales arriba, Cuadrado por banda y Uribe rompiendo por dentro para cargar el área- una armonía que le permita atacar, aprovechando el pivoteo de su ‘9’, de una forma tan eficaz como eficiente. Por dicha sintonía pasa el destino colombiano.
Ahora bien, al margen de la relación entre James y Falcao, Pékerman guarda bajo la manga otra dupla que, algo más práctica que la del mediapunta y su atacante, también puede aproximar a Colombia al gol. De derecha a izquierda; a expensas de que el argentino ya ha probado a darle la vuelta al calcetín, sin que los resultados hayan sido parecidos. El de la Juventus es un extremo de pura cepa; de correr, regatear y poner el centro al área. Pero si algo le distingue realmente del resto es que su pie derecho, por mucho y muy rápido que lo mueva, no necesita llegar hasta línea de fondo para explorar el segundo palo. Y eso, para un futbolista tan dinámico, explosivo y poderoso como Uribe, que acostumbra a trazar movimientos muy verticales, es oro en paño. Una fórmula que Pékerman, además de James & Falcao, y las variantes de los Quintero, Izquierdo, Bacca o Muriel, deberá saber explotar. Porque Colombia, si bien atrás transmite ciertas dudas, vuelve a tener con qué ilusionarse. Pelear. Y, de paso, quitarle el sueño a más de uno.
AdrianBlanco_ 14 junio, 2018
¿Repetirá Colombia la hazaña de 2014? Llega con un bloque muy atractivo de futbolistas. Entre los que ya estuvieron en Brasil, mucho más experimentados en la materia (James y Falcao), como los que han llegado y pueden aportar muchísimas cosas.
Es verdad que, colectivamente, Pékerman deberá ajustar ciertos detalles para que todo fluya. Porque ahí, creo, está la clave de la selección cafetera. Está diseñada para (y por) escenarios de mucho ritmo. Y sus dos estrellas (una para conectar todas las partes y la otra, en cambio, para hacerlo unos cuantos metros más arriba) deben ser determinantes en este proceso.