Uno de los jugadores más determinantes de la Copa del Mundo está siendo Juan Guillermo Cuadrado, el atacante de la sugerente selección colombiana que hoy tratará de dejar a la nación del fútbol sin identidad. Un jugador definido por su falta de equilibrio, en la virtud y en el vicio, en la que su regate y movilidad tanto en esfuerzos cortos como en espacios amplios no está teniendo respuesta en sus oponentes hasta ahora. Más allá de la vigilancia de Uruguay y la posible incapacidad de base de Japón, Costa de Marfil y Grecia para reducir su impacto, Cuadrado está ganando. Su dinámica en este Mundial requiere adaptación; al menos ajustes.
En sus ausencias se valora a los importantes. Luiz Gustavo, vital
Brasil, que parece haberse preparado para sentir más que para jugar, tiene en su retaguardia al triángulo corrector de todo el certamen: Silva, Luiz y Gustavo. Por las razones que puedan ser, los tres han visto aumentadas sus competencias en estos cuatro primeros partidos. Gomas que de tanto borrar se han desgastado, caso del mediocentro del Wolfsburgo, hoy sancionado por corregir los continuos desajustes de una selección a flor de piel. Los tres están siendo exigidos por la particular salud colectiva a la hora de atacar y también por la esencia ofensiva y estado de forma actual de sus dos laterales: Dani Alves y Marcelo Vieira.
Antes de emparejar a Cuadrado en cada una de las bandas, impera una cuestión fundamental que es la del ritmo, donde Brasil supera a Colombia y casi la obliga a protegerse numéricamente -4-2-3-1- ySegún Scolari, Colombia no es muy de ‘guerra’ en las decisiones que tome con la pelota en campo rival. Scolari ha definido a Colombia como una selección de gen alegre, despojando a los cafeteros del concepto guerra que Felipao concede a selecciones como Chile, Uruguay o Argentina. Pekerman sale perdiendo si busca la trinchera, así que la decisión de conceder la iniciativa e ir mezclando el contragolpe con pequeñas fases de ataque por banda, parece muy posible. Y es que Cuadrado atesora la autonomía adecuada para desbordar a su par sin necesidad de acumular jugadores en zonas intermedias que desnuden a Yepes, Zapata, Sánchez y Aguilar.
En cualquier término, la baja de Luiz Gustavo es importantísima. Cuando Brasil ataca 11 vs 11, sobre todo Marcelo goza de una libertad que incluso le libera del retorno. La capacidad de Gustavo para sumarse a la presión pasando la divisoria, interrumpiendo la salida rival con faltas puntuales y sus extraordinarias coberturas laterales, dotan a la verdeamarela de un cinturón de seguridad + airbag que Scolari agradece sobremanera. A su vez, es con David Luiz cayendo a banda y Thiago Silva imponiéndose en el área, el movimiento que trata de compensar la quietud de Marcelo o a la inversa cuando las desatenciones de Alves conceden desborde.
Cuadrado puede jugar por ambas bandas. Mejor por la derecha
Teniendo Brasil más problemas defensivos en la orilla derecha de su defensa, la de Alves, Cuadrado se ha mostrado más natural por la derecha, «atacando a Marcelo». Su uno contra uno es pura electricidad, y ha dejado combinaciones más que interesantes, acompañando por dentro las incorporaciones de Zuñiga. Si optan por el 4-2-2-2 y logran juntarse con James Rodríguez, Colombia va a exigir lo suyo a la zaga brasileña. Esa enorme calidad defensiva de Luiz Gustavo, intentará igualarla Fernandinho, más una alternativa que un verdadero especialista. Volverá a ser clave Neymar, esta vez frente a otro cuadrado, el defensivo, que puede conceder recepciones al genio que no impliquen pérdidas de peligro con Marcelo arriba y Fernandinho sin esa diferencial calidad en el freno. Historias alrededor de Cuadrado.
Sebas 4 julio, 2014
Alguien sabe que fue de Gio Moreno? Iba sobrado en Racing…