Mateo Kovacic sabe hacer dos cosas donde ningún otro jugador del Real Madrid le iguala. Durante el ataque, está dotado para coger el balón en la frontal de su propio área y, mediante su conducción, eliminar líneas del rival hasta cruzarse el campo casi entero. Aparte, en fase defensiva, destaca por poder llevar a cabo persecuciones contra centrocampistas desequilibrantes que ni Casemiro, por falta de cintura, ni el resto, por falta de tren inferior, podrían emular. A causa de este par de motivos, el joven croata es desde ya una pieza muy interesante en los dibujos de Zidane; si bien hay que andarse con tiento porque adolece de trabas que no deben ignorarse: del mismo modo que posee facultades únicas, es el único medio del Madrid que carece de lo que sí atesoran todos los demás en cuanto a comprensión del juego táctica y asociativamente hablando. Es decir, a menudo, cuando su técnico apuesta por alinear a Kovacic, asume que los otros 10 pueden ver mermado su rendimiento. Por tanto, para compensar, aquello que sólo ofrece Mateo debe marcar la diferencia a lo bestia y sin matices en ese partido en cuestión.
La influencia de Kovacic no explicó, pero sí constó, en el colectivo.
Evidentemente, la pobre actuación del Real contra el combinado del Al-Jazira no se explicó en exclusiva en base a la infuencia de su número 23, ni siquiera se trató del jugador más desafortunado de la alineación (Varane, Isco), pero al mostrarse los emiratíes como un conjunto tan, tan frágil, el impacto negativo de su participación en la circulación de pelota del campeón de Europa se hizo sentir con destacada nitidez. La principal consecuencia radicó en el adelgazamiento de la cantidad de cambios de orientación que sufrió el ataque posicional merengue, derivando ello en que los encargados de crear las ocasiones nunca lo intentaran con espacios sino contra rivales que esperaban (dentro de su desorganización) sin que se les hubiera movido. Por un lado, ello redujo el daño infligido por el Madrid, y por otro y en especial, les ayudó a lanzar transiciones en ventaja porque, en el momento de la recuperación, todos sus futbolistas estaban en la localización ideal para trazarlas.
Kovacic no es una promesa corriente, sino que alberga potencial para transformarse en un centrocampista dominante incluso en la Champions. Sin embargo, hasta que pula sus trabas y entienda, tanto en defensa como en ataque, el juego como un deporte más colectivo y que implica mucho más que sus sobrenaturales virtudes, su concurso en el Real Madrid también significará que parte de su juego perderá calidad.
Foto: PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP/Getty Images
Umas21 14 diciembre, 2017
Veo difícil desligar cualquier análisis del encuentro de ayer de esto: "36 remates, 14 a puerta, 4 postes y 19 córners" estadística de MARCA, no sé como de precisa es, pero ahora mismo al real madrid debe ser al equipo que más le cuesta meter un gol por ratio Ocasiones/Goles del mundo entero. Lo de benzema cara puerta fallando dos 1 vs 1 contra el portero rival, es algo cada vez más insostenible.
En cuanto a kovacic ayer solo se dejó notar para mal en lo que bien comentas de los cambios de orientación, especialmente hacia el lado derecho, ahcraf recibia el balon sin estar en ventaja porque tardaban demasiado en darsela desde el lado débil, pero es que ni siquiera casemiro lució demasiado su pase largo, y desde luego ayer no fue porque no tuviera tiempo a ejecutar por la presión rival…
El chico tiene unas condiciones sobrenaturales, pero no creo que llegue nunca a ser un organizador, y contra equipos que se encierran en su área… le queda mucho especialmente en su rango de pases