El fútbol es un deporte de equipo. Incluso Lionel Messi, el futbolista que altera los patrones teóricamente más obvios e inamovibles de este deporte, puede dar buena fe de ello. El caso es que sí que hay jugadores que hacen equipo, que dan sentido y competitividad a la idea del entrenador. Jugadores que consiguen que los partidos se muevan en la dirección que más favorece a sus otros compañeros. Jugadores que, en definitiva, logran que sus equipos sean mejores, y también diferentes, cuando ellos están sobre el terreno de juego.
Uno de los ejemplos más significativos ahora mismo es Iago Aspas. El de Moaña pasa por el mejor momento de su carrera y está con un punto de inspiración impresionante, pero quizás lo más reseñable esté siendo su capacidad para arrastrar al resto del Celta. Porque con Nolito en Manchester y Orellana lesionado, es Aspas el que está ejerciendo de sistema ofensivo. Sea con Guidetti por delante o con Rossi por detrás, partiendo desde la banda o desde el centro, con Bongonda abriendo el campo o con Wass ocupando la banda. No importa. Iago Aspas está desencadenado. Siempre encuentra el espacio, siempre encuentra al compañero y siempre encuentra la grieta en la defensa contraria. Y si no la hay, se la inventa. Un caso el suyo que despierta alguna similitud con el de Sandro Ramírez, pero que en realidad es muy diferente. El jugador canario está liderando a su Málaga, pero de una forma más individual y aislada. En todo caso, la inercia del equipo de Juande Ramos ha cambiado a partir de su intensidad, agresividad y pegada. A partir de su fútbol.
Yeray Álvarez ha sido el último en sumarse a esta dinámica.
Más coral si está siendo lo de Asier Illarramendi, Steven N’Zonzi y Marcos Llorente. Sobre todo porque son ellos, los mediocentros, los encargados de marcar el ritmo y de situar el balón en la zona del campo que le interesa a sus respectivos equipos. El de la Real Sociedad lo controla todo, estando siempre cerca del balón tanto para apoyar como para presionar. El del Sevilla se está encargando de salir, continuar y crear, sin que esto parezca suponer ningún problema. Sobre todo porque, además, también está siendo la gran razón de que el conjunto hispalense tenga tanto tiempo el balón, que es lo que su entrenador desea. Y por último, de una forma diferente en la forma pero idéntica en el fondo, el del Deportivo Alavés no sólo le permite a los de Pellegrino cerrar el carril central sin balón para luego iniciar los contragolpes, sino que también le ayuda a que pueda tener momentos con balón. Es decir, sin estos tres directores, sus equipos deberían renunciar a ciertos aspectos del juego para poder mantenerse fuertes en los más importantes.
Curiosamente, lo que permite el último protagonista del texto de hoy, Yeray Álvarez, es reforzar la fase del juego sobre la que su equipo, el Athletic Club, sustenta todo lo demás. Los de Valverde son un equipo intenso, físico y agresivo. Quiere morder arriba, robar arriba y jugar arriba. Y para ello Aduriz, Raúl García, San José o Beñat asumen riesgos. La jugada rara vez les supera, porque individual y colectivamente son muy buenos, pero cuando esto sucedía el Athletic lo pasaba muy mal. Sin Gurpegi, con Etxeita lejos del área y Laporte dejando demasiadas dudas sobre su presente, no había duda: si la presión vizcaína fallaba, el rival terminaba en el área. Pero entonces llegó Yeray. El canterano del Athletic Club está siendo el mejor analgésico para el peor dolor de cabeza que tenía Valverde. Siguiendo la misma línea de los de arriba, es decir, siendo muy agresivo y yendo a anticipar muy lejos, Yeray está haciendo sostenible la propuesta general y la titularidad de su compañero de zaga. Sin él, como sin Aspas, Sandro, Illarra, Llorente y N’Zonzi, las cosas serían peores, y pero también diferentes, para sus técnicos.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Andrés 1 diciembre, 2016
Yo me quedo sin dudarlo con Iago Aspas.Sobre todo porque el Celta tiene posibilidades de pelear por Europa, teniendo plantillas inferiores a Sevilla,Athletic y Real Sociedad, porque tiene a Iago.
Es que Iago para mi está teniendo actuaciones que son de crack, no ya de crack de la Liga, sino de un crack de la Copa de Europa.El Celta tiene en él un discurso competitivo.