La aparición de Guardiola en el fútbol de élite fue la ruptura del paradigma convencional. Ha habido muchos entrenadores transgresores a lo largo de la historia, pero pocos como el catalán para formular preguntas al espectador, para obligarle a cuestionarse cada una de sus ideas preconcebidas y generarle dudas acerca de lo que sabe o no. Los jugadores de Pep no siempre hacen lo que se supone que hacen los especialistas que ocupan sus respectivas posiciones, y si eso lo planteara otro técnico, se le calificaría de loco y ya está, pero como este suele conseguir que sus equipos superen al otro por fútbol y por goles, se le presta una merecida, necesaria y enriquecedora atención extra.
En los últimos días ha firmado para su Manchester City a John Stones, un central que hace dos años fascinó a la Premier League y que durante la última campaña rebajó bastante su hype debido a que, defensivamente, ofreció muchísimas dudas. Sobre todo, en lo relativo a la contundencia, que es una de las facetas más relevantes para un chico de su demarcación en el campeonato inglés. Donde no se mostró dubitativo, a pesar del empobrecimiento del ataque posicional de su Everton, fue sacando el balón desde atrás; en dicha faceta contrastó una capacidad prácticamente latina, muy por encima del promedio británico. Con certeza, el potencial como zaguero que mostró en la 2014/15 ha sido clave para que se culmine el fichaje, pero a nadie se le escapa que el factor diferencial para empezar y terminar de seducir a Guardiola fue su vínculo con el esférico.
Guardiola adquiere sus ventajas defensivas a partir del balón.
A partir de aquí, surge un debate cuya resolución parecería clara de no ser por la circunstancia que se desvelará en la última frase del texto.VV restó valor a salir jugando La trama subyace en el interrogante de si a Guardiola le renta más un central que sobresalga con balón o uno que sobresalga sin él. Hace unos veranos, en plena discusión sobre el futuro de la portería del Barça, Víctor Valdés dijo que lo más importante era que el nuevo parase lo que le tirasen, que lo demás era un complemento menor. Del mismo modo, la frase fetiche de los analistas en relación a los defensas ha sido que lo primero que tenían que hacer era defender, y luego, los añadidos. ¿Pero hasta qué punto es esto cierto? El método defensivo de Guardiola se cimienta sobre la base de que, a partir de su ataque posicional, debilita a su adversario táctica, física y emocionalmente para que, cuando asuma la posesión, sus prestaciones sean inferiores a las habituales. De igual manera, al acaparar tanta cuota de balón, reduce mucho, desde un punto de vista matemático, el número de veces en las que el contrario puede ofenderle. ¿Es sacrificar calidad defensiva aspirar a diseñar un ataque posicional que persiga que el oponente no pueda atacar nunca? ¿Se está más seguro con Ferdinand y Vidic a tope soportando un aluvión que con dos enclenques que apenas son amenazados?
Por supuesto, lograr que el otro nunca ataque supone una utopía, pero el fútbol de Guardiola no deja de consistir en perseguirlas y, a menudo, alcanzarlas. Por eso, en condiciones normales, cabría aventurarse a asegurar que para este entrenador sí es más importante que el central sepa construir que que sepa defender. Y si no puede categorizarse sobre ello es por una única razón: sigue fichando centrales; no ficha mediocentros para bajarles unos metros.
Foto: Michael Steele/Getty Images
Fmesa 16 agosto, 2016
Otamendi o Kompany al lado de Sfones?
Y quién veis más como pivote? Fernandinho? Y Gundogan-Silva como interiores?
Tengo muchïísima intriga por quién va a acabar jugando en los laterales y que va a pasar con de Bruyne