Insaciable, con un ánimo colectivo de salud intacta, el Barça debutó en Liga dando una imagen de equipo en constante reciclaje, como si su batería no tuviera fin. En parte porque su creador en el campo siempre quiere. El ’10’ orquestó otra de esas tardes inspiradoras que en esta ocasión no tuvo enfrente una adaptación mínima a sus automatismos más primarios. El Betis de Poyet, con defensa de cinco hombres y muy pocos ajustes al ya de por sí inabarcable repertorio del argentino, no encontró la forma de enfocar su defensa hacia una dirección concreta. La más básica, la defensa del área con tres centrales, careció de valor cuando Leo comenzó a pisar la media luna. Las más importantes, las que intentan interpretar a un Messi que comienza en derecha, no se vieron sobre el campo. Messi hizo brotar todo.
Poyet alineó en el Camp Nou una configuración defensiva siempre singular, con una defensa de cinco hombres que buscó hacer más ancha la defensa del campo en la última línea, con la intención de controlar la profundidad exterior y mantener superioridad numérica en el áreaMessi volvió a serlo todo. Para ello y poder contragolpear por fuera tras recuperación, Cejudo y Durmisi, carrileros, se encargarían de acompañar lo que Sanabria de espaldas y Castro en la continuación pudieran obrar para cruzar la divisoria. Para explicar su escasa aplicación, bastó un balón de Messi hacia la incorporación de Alba en el arranque, que dejó a Cejudo desactivado, y a Jordi en franca ventaja para dar el pase atrás, donde los dos Suárez y Arda cargaban para igualar en número las opciones béticas.
El Betis no ajustó su defensa en busca de alguna misión concreta
Para complementar esa falta de adaptación, siempre dio la sensación de que los jugadores del Betis no quedaban bien orientados cuando Leo era el lado fuerte del ataque culé -casi siempre- y que además necesitaba ajustes de posición de algún zaguero para sumar igualdad en mediocampo. Al no hacerlo, en cada jugada uno o dos jugadores béticos no defendían ni balón, ni zona ni jugador, lo que favorecía que cada paso de Messi ofreciese ventajas constantes a su equipo. Arda arrastraba junto a Denis para limpiar a Alba su llegada y así obrar el primer gol del encuentro. Por su parte, para intentar darle salida a cada recuperación, Sanabria buscó siempre el costado de Messi, siempre en constante libertad. Su duelo de apoyos con Piqué no fue ganador pero era la única vía de posibles para los verdiblancos. De cara a futuro, aún queda tiempo para ver lo complementario que será con Castro pero Sanabria es bueno. Potencial a seguir.
El update táctico del encuentro, cómo no, volvió a mirar al rosarino, que comenzó a centrarse y entregarle la banda a Roberto. Con Rakitic cerrando como interior fijo y permanente, como nudo de seguridad, Leo se acercó al espacio corto, fue cayendo más a la izquierda, girando todo el partido hacia la finalización. En el enésimo ejemplo de cómo se suceden los encuentros en Can Barça, Messi recuperó el marcador, el volumen ofensivo y los carriles al contragolpe en la segunda mitad, con el rival buscando un porqué mientras trata de acortar las distancias. El Barça sumó una nueva goleada y parece dispuesto a generar buenas noticias en otros nuevos secundarios, siempre con Leo deshaciendo cada acertijo.
Foto: Alex Caparros/Getty Images
Andrés 21 agosto, 2016
De Messi no hablare,porque honestamente ya no se que mas decir.
Con Arda debo admitir aun tengo muchas dudas,porque no se si en verdad tiene este nivel o es que Messi lo esta activamdo muy bien.
Lo otro es que a dia de hoy,no veo a Sergi Roberto fuera del 11,porque aunque no me parece el mejor, sí cumple y encima de eso, se entiende muy bien con Messi