No es lo mismo ver un partido de fútbol por la televisión que en el propio estadio. No se perciben las mismas cosas. No se interpreta igual su evolución. Y, además, también se ven cosas diferentes. La actuación, por ejemplo, de Fabián Orellana en el Calderón fascinó a todos, pero no por igual. Los que estaban frente al televisor no escuchaban el rún-rún que el chileno fue provocando en una afición colchonera que, admirada, maldecía cada vez que éste salía de una presión y encontraba con deliciosa precisión a un compañero.
Orellana entre líneas mató a los atléticosEl asombro del aficionado, en parte, era consecuencia de otro aspecto que sólo se puede terminar de comprender desde un anfiteatro: el orden defensivo del Atlético de Madrid. En el fútbol moderno nadie quiere regalar ningún espacio, pero este objetivo resulta quimérico para todos salvo para Diego Pablo Simeone. La organización de todas sus líneas, la sincronización de su presión, la precisión en el sistema de ayudas… Es impactante. De ahí que si un futbolista conseguía hacerse un mínimo espacio para recibir entre líneas y, a partir de ahí, comenzaba a sortear rivales hasta lograr ponerse de cara, la acción se entendiera como una hazaña. Y si lo hacía con regularidad, como una exhibición. Es decir, lo que fue.
Sin embargo, la actuación de Orellana no fue la mejor noticia que recibió Eduardo Berizzo aquel día. Que incluso jugando en banda izquierda el ‘Poeta’ es uno de esos futbolistas que pueden cambiar el guión de un partido por sí mismo era ya una evidencia. Pero que Guidetti, hasta hace nada suplente, se haya demostrado clave en la variante más conservadora del Celta sí que resultaba inesperado.
Guidetti fue fundamental para el partidazo de Orellana.
En la Copa, el Atlético nunca contragolpeóFuera por la entidad del rival, por la marcha de Augusto Fernández o por la lesión de Nolito, lo cierto es que en la eliminatoria frente al Atlético de Madrid, el «Toto» ha demostrado todo lo que le separa de Marcelo Bielsa, su maestro. Porque en vez de jugar como siempre, Berizzo se adaptó. O más que adaptarse, se matizó hacia una versión menos extremista, la cual ya había sido derrotada por el propio Atleti unos días antes. En resumidas cuentas, lo que hizo fue dejar de proyectar a tanto futbolista al ataque, clave en la presión que suele realizar el Celta, a cambio de asumir menos riesgos tras pérdida. Al atacar con menos efectivos, fijando incluso a volantes de ida y vuelta como Daniel Wass, el Celta tenía a más hombres por detrás del balón, con lo que tanto Vietto como Griezmann lo tendrían más complicado para llegar a Rubén.
Esto podía rentar en el plano defensivo, como así fue, pero también le podía costar caro al Celta, pues se iba a desnaturalizar de la forma más áspera posible: atacando con menos efectivos, con menos frecuencia y con menos calidad. Pero entonces, en este contexto, apareció John Guidetti. El sueco es un delantero que se mueve con mucho sentido, como demostró en la Eurocopa Sub-21, donde se encargaba de ensanchar y estirar a un equipo que solía esperar bastante atrás. Sin ser demasiado rápido, sabe hacerse su espacio. Sus desmarques son buenos, variados y dañinos. Desde un sentido indirecto, porque rara vez son hacia portería, pero a su manera son perfectos para descolocar al rival y, de paso, poner de cara en el último tercio del campo a Orellana y a Iago Aspas, que encajan a la perfección en la dinámica de movimientos del sueco. Los tres, muy separado y a la vez muy bien revueltos, consiguen ocultar el hecho de que, entre comillas, el Celta de Berizzo haya pasado de atacar con ocho futbolista a hacerlo con cuatro o cinco.
Ante el Sevilla, esta fórmula vuelve a tener sentido.
Más allá del vuelo que puede tener esta variante una vez regrese Nolito, el hecho de contar con ella le permite al Celta de Berizzo ser un equipo mucho más competitivo y apto para torneos como la Copa del Rey. El tener dos ritmos, el tener dos trajes, le va a ayudar a interpretar los momentos de partidos que duran 180 minutos.
Mismamente, si esta noche el «Toto» entiende que Kevin Gameiro al contragolpe es un riesgo que prefiere no asumir, puede activar esta versión más conservadora en la que el Celta siempre tiene superioridad numérica frente a los delanteros. Una opción que, además, no sólo casa con el aspecto defensivo, sino también ofensivo. John Guidetti es experto ocultándose a la espalda de los laterales, y el Sevilla suele proyectarlos hasta la línea de fondo. Esta circunstancia, que no podrá compensar Krychowiak, lesionado, es de las que Emery no suele permitir. Pero si así fuese, Rami ya sabe de primera mano, porque lo comprobó fijándose en Giménez, que ni se pronuncia ‘Guideti’ ni tampoco ‘Güideti’, sino Súper Guidetti.
SuperGuidetti 4 febrero, 2016
SuperGuidetti, muy crack. Aparte de su nivel futbolístico tiene una personalidad de esas que empujan equipos y ganan aficionados.
Lo ven con nivel para consagrarse como titular indiscutible en el Celta y quizá salir hacia un club más grande en un par de años? @migquintana @ecosdelbalon