La venta de Augusto Fernández al Atlético de Madrid ha cambiado al RC Celta en varios aspectos. Entre ellos, el táctico: el 4-3-3 de origen ha dado paso a un 4-2-3-1 cuyo sello principal estriba en la posición de Fabián Orellana como mediapunta. «El Poeta» está respondiendo, si bien el equipo, como equipo, no juega ni al mismo nivel ni con la misma regularidad de antes. Para darle remedio, ha reclutado a Marcelo Díaz.
En Basilea hizo hasta de «10»Marcelo Díaz tuvo un inicio parecido al de su predecesor: sus primeros pasos como profesional fueron pegados a la línea de banda. En su caso, en lugar de como extremo, como carrilero. Pero de eso ha pasado mucho tiempo. Su fútbol explotó cuando se le desplazó a la medular, desde donde desplegó un repertorio como director de orquesta que pocos hubieran vaticinado. Y así llegaron sus ecos a Europa: Díaz era, ante todo, el jefe ideal para una posesión de balón. Y así brilló en el amable Basilea.
Como organizador, el Celta lleva muchos años sin uno de su talla.
En todo lo relacionado con el pase, tanto el que ordena como el que desequilibra, Díaz abrirá horizontes nuevos en Vigo. Problemas como el de la salida de balón, realmente acuciante desde la salida de Augusto, y demoledor para un equipo que basa su plan defensivo en la presión alta (¿cómo presionar arriba si la pelota no llega arriba?), deberían quedar resueltos con la ayuda del recién llegado. Ni siquiera Krohn-Dehli tenía los dotes organizativos del pequeño capataz chileno.
Su técnica para robar es depurada, pero habrá que ver su físico.
Las dudas surgen alrededor de su papel defensivo. Sus comienzos como carrilero informan de un físico capacitado para el ida y vuelta, y a fe que en su carrera hay partidos con esfuerzos casi comparables a los de Medel, Iturra o el Gato Silva, pero su papel en el último torneo que disputó a gran nivel, la Copa América que ganó en su país, ya no fue tan expeditivo. En vez de morder como un pitbull más, se quedaba guardando las espaldas de sus compañeros, hasta el punto de que en la Final contra Argentina pareció más un líbero de la Italia ochentera que un centrocampista de un equipo de Sampaoli. Considerando ese precedente, que en Alemania este año no ha tenido continuidad y que el rol defensivo de Augusto consistía, básicamente, en secundar la presión de cada uno de sus compañeros con esfuerzos larguísimos, cabría opinar que este cambio de pivote implicará también cambios relevantes en el modelo de juego del Celta. Aunque tratándose de un hombre de 29 años, no es imposible que recupere parte de su energía.
@JYong96 20 enero, 2016
Este señor es el verdadero crack de Chile. Entre tanto futbolista precipitado y aveces erráticos como Sanche o Vidal, Diaz es realmente un capitán silencioso que transmite tranquilidad y una lectura táctica buenisima.