«Estos son los partidos que ocurren aquí normalmente». Contextualizada o descontextualizada, la frase, de Fran Escribá, es esa depurada y puede que resignada descripción o reflexión sobre infinidad de partidos que el Real Madrid produce ante rivales que presentan realidades tan opuestas. El director deportivo franjiverde, Víctor Orta, afirmaba en la previa que perder con buena imagen en el Bernabéu refuerza la dinámica del grupo. Y tras un 5-1, se puede decir que ambos equipos jugaron bien -en el caso visitante, sin desentonar- y que la diferencia, fue real. Los blancos rotaron y sumaron minutos buenísimos en dos de sus centrocampistas no titulares y el Elche no hizo nada especialmente desconcertante con lo que sacar conclusiones negativas.
La salida ilicitana sorprendió a los blancos. Garry, la razón
«Aún así, ante el Madrid siempre vas a encontrar alguna fase en la que poder jugar». Complementando las ideas de Escribá en rueda de prensa para presentar los primeros compases, así sucedió para los intereses ilicitanos. Carlo Ancelotti dio entrada a Isco e Illarramendi en la línea de centrocampistas como principales novedades. Como era de esperar, los visitantes esperaban atrás. En los primeros 15 minutos, cada salida del Elche se concretó con acción de peligro: penalty, dos faltas y una aproximación en igualdad numérica. Garry Mendes sobre todo, y Jonathas con su zancada y su conducción, provocaron el vértigo en el balance blanco. Marcelo dejó correr mucho aire y la presión colectiva estaba aún por aparecer tras esta serie de sustos. La zurda de Edu Albácar adelantó casi por partida doble a los de Escribá. Y desde ahí, soliloquio merengue con varios protagonistas.
‘Isco’ Alarcón, qué exhibiciónKroos y Asier se intercambiaron de lado y el rival comenzó a defender sin opciones de contragolpear. El Elche edificó su defensa con todos sus hombres replegados, dando espacio a los centrocampistas más alejados y negándoselo a los delanteros más próximos. La ocupación de los espacios era óptima en líneas generales pero Cisma, Mosquera y Lombán gripaban en cada arrancada o asociación local. Sin incomodar la salida, el Real cimentó la remontada en Isco Acordeón, que realizó uno de los partidos más completos de su etapa madridista, derrochando de todo; Asier Illarramendi, que completó más pases que nunca en su carrera, y por supuesto Cristiano, que va aparte.
Los franjiverdes apenas pudieron contener al malagueño, uno de esos centrocampistas que cuando actúa de volante aporta un control permanentemente desequilibrante. Subrayando constantes desmarques a la espalda del lateral que fijaba Marcelo, la profundidad y el espacio generado en el arrastre eran una fuente de opciones para crear ocasiones y recuperar el esférico con comodidad en caso contrario. Fue el movimiento de sustitución ante la ausencia de la falsilla Benzema, pues permite a los de Ancelotti ser anchos y profundos en pos de que Cristiano estire la servilleta antes de trinchar el área. Hasta el minuto 26, Ronaldo no chutó a puerta. Desde ahí hasta el 3-1, dejó el área como el plato de un anuncio.
‘Illarra’ pareció reclamar el puesto. Pareció un verdadero titular
El tercer pilar fue Illarramendi, notablemente cómodo en tomar decisiones como último hombre o como primero en la anticipación y presión en campo ajeno. Se atrevió con pases verticales, aportó constante continuidad para reiniciar jugadas y una fluidez a tener en cuenta de cara a considerarlo una figura importante. En la segunda parte, Víctor Rodríguez intentó coquetear con la concentración merengue y fue quien más se ofreció para discutir el balón, provocando las pocas cosas que su equipo pudo producir ofensivamente. Ronaldo siguió rebañando el plato hasta que sonó el final del encuentro.
Viva México 24 septiembre, 2014
En 2011-2012 con 26 años y subido a la escalera real pensé que Cristiano había llegado a su techo, enorme por cierto.
En 2012-2013 con 27 años y el equipo metido en una guerra civil pensé y comprendí que bajaría de nivel. No, se cargo al equipo y brilló aún más fuerte y colocó el techo en la estratosfera.
En 2013-2014 con 28 años y con Ancelotti, antítesis de su velocidad y sin Mou el hombre de las transiciones, obviamente se comprendía que bajaría su nivel. Pero no, una vez más lo subió y me hizo dudar de la palabra techo. Pero es que eran 17 goles Pfff eso no lo puede superar.
En 2014-2015 con 29 años pensé ¡ya! Debe bajar su nivel, sin la presión de la Décima, con el balón de oro ya en casa, cerca de la treintena y no, ha empezando reventando sus cifras y creciendo aun mas su fútbol. Antes parecía imbparable, ahora parece infalible. ¿Donde está el techo de este tipo?
Tiendo a pensar que ya va a cumplir 30, que su curva no puede subir más, ay de mí que aún no aprendo que me tocó vivir en la época de las bestias que quizá sí no tengan techo. Yo es que ahora temo verlo con 34 aún plantado a él y al otro con un abismo entre ellos y el resto. Y mira que Ney o Gareth prometen pero…¿alguien se atrevería a apostar que serán mejor que estos aún con los otros dos veteranisimos? Yo no.