Hace unas cuantas semanas, en una entrevista en El Mundo, Fran Escribá confesó que durante el curso liguero se pasa muchas noches en vela. «Muchísimas», decía literalmente el técnico valenciano. Uno de los motivos de que la pasada campaña no pudiera conciliar el sueño fue, con casi toda seguridad, la falta de gol de la que adolecía su equipo. Durante toda la temporada, el Elche fue un conjunto ordenado, pragmático, equilibrado, regular y muy bien disciplinado. Así había ascendido a la Liga BBVA, y así pretendía permanecer en ella una temporada más. Sin embargo, ser el séptimo equipo menos goleado (50) de la categoría estuvo apunto de no ser suficiente. Un punto le sobró, no más. Y todos conocían el problema.
El máximo goleador del equipo fue Boakye con 6 tantos.
Faltaba gol. Mucho gol. Pero no sólo como detalle, como gesto final, sino también como concepto. El Elche 13/14 carecía de amenaza, de desborde y de velocidad.Faltaba mucho gol, desborde y también chispa No lograba dar sensación de peligro. No intimidaba. A principio de temporada el desparpajo de Carles Gil y la puntualidad de Richmond Boakye habían suavizado este defecto, pero con el paso de los partidos su participación se disipó. Ni Fidel, ni Manu del Moral, ni Coro ni Cristian Herrera, pese a demostrar sus buenas maneras, lograron ser el colmillo que Escribá necesitaba. Así, el Elche acabó como el equipo menos realizador de la Liga BBVA con sólo 30 goles en 38 partidos. Y jamás logró marcar más de dos tantos.
Esta temporada, en cambio, únicamente ha tardado tres jornadas en anotar tres goles. Y a domicilio. «El Elche ha llegado tres veces y nos ha marcado las tres»,En Vallecas el Elche sí creó mucho peligro comentó Paco Jémez en rueda de prensa. El dato real es que los ilicitanos habían rematado 12 veces, pero la sensación era la que comentaba Paco. Mejor plantado sobre el campo, logrando desconectar el juego de los mediapuntas rayistas a base de orden e intensidad, siempre que el Elche atravesaba la línea del centro del campo transmitía una sensación de peligro desconocida en la etapa Escribá. Y es que, esta vez, sus atacantes sí que tienen desborde, chispa, velocidad y gol. No sólo estaba la calidad de Coro en banda izquierda, el buen pié de Víctor Rodríguez en la mediapunta y las endiabladas piernas de Garry Mendes Rodrigues en la derecha, sino que, además, delante de todos ellos, como punta de lanza, se encontraba Jonathas de Jesús. Un delantero para curar el insomnio.
El máximo goleador del equipo fue Boakye con 6 tantos.
En verano, el flamante nuevo director deportivo del club, Víctor Orta, había transmitido que las dos grandes apuestas eran Enzo Roco y el propio Jonathas. Aún es pronto para valorar a ambos jugadores, pero la primera impresión no puede estar siendo mejor. Si el central chileno ya dejó caer ante el Granada que tiene tanta clase como planta, el delantero brasileño demostró frente al Rayo ser todo lo que necesitaba su entrenador. Es veloz, es vertical, se mueve bien y tiene buen disparo. Amenaza, inquieta y asusta. Con él sobre el campo el Elche no sólo atacará más y mejor, sino que también podrá defender con más garantías. Los rivales del conjunto alicantino ya no podrán tomar tantos riesgos, ni podrán ser tan ofensivos. Y si lo hacen, los nombres de Jonathas de Jesús y de Garry Mendes Rodrigues dejarán de sonar tan extraños para el público español. En Vallecas ya los conocen.
vi23 19 septiembre, 2014
No entiendo lo de Roco y el Mundial. Con la falta de altura que tenía la selección chilena, le hubiera venido de perlas!
Jonathas tiene buena pinta. Lo de Vallecas sonó un poco Ronaldo Nazariesco. Además, parece que la cabeza está bien amueblada.
Con el gran entrenador que tienen, buena pinta este Elche. Quizás la duda es la pareja de mediocentros, no? Adrián-Mosquera parece blandito si lo comparamos con Roca-Pérez. ¿Conseguirán mantener la eficacia defensiva?
PD: Que zurda linda tiene Edu