El cowboy llegó al pueblo y mató a los malos. Enamoró a la mujer del bueno. Marcó al niño sin referentes. Hizo que el pueblo coreara su nombre en el saloon. Se alejó cuando todos empezaron a preguntarse si se quedaría. Si estaría para siempre. Si siempre ocuparía su lugar. Él, una silueta alargada que mastica tabaco, se fue haciendo más pequeño en el horizonte mientras el atardecer dibujaba el principio de otra historia. Tristemente no es el único que marcha ya que el veterano e incorruptible sheriff se dirige a Inglaterra a por más aventuras y el pistolero jovencito y talentoso está llegando a la capital para convertirse en lo que ya parece ser: una leyenda. El pueblo de La Rosaleda tardará en olvidarlos porque todo recuerda a ellos. La tierra, la hierba, la cal y la madera. Las bandas y los bosques espinosos del medio círculo del área. Los conejos y las bestias. Los que comparten y los que rematan. Los que pudieron hacer que la historia cambiase pero todo cambió cuando ya se había pasado la fecha. Quizá porque los indios iban de amarillo y ya sabemos que los cowboys andaluces suelen ser supersticiosos.
Se fue Joaquín de Málaga con la satisfacción del trabajo bien hecho, de la fama recuperada y de las últimas oportunidades que aún debe poder aprovechar. Italia y la Fiorentina le esperanLa Fiorentina espera al genio gaditano con una propuesta muy atractiva, un feudo complicado donde incluso Socrates fracasó, un equipo que necesita ir a la Champions y recuperar sus sensaciones de humilde grandeza después de su última gran temporada. Montella, que fue un pequeño artista en el terreno de juego y el año pasado nos sorprendió como un emergente estratega desde la banda, puede que encuentre en el talento del portuense reminiscencia de su no tan lejano pasado, puede que le sepa utilizar tan bien como Pellegrini, que sepa que tiene dos bandas y lo que queda en medio para que su fútbol vertical conquiste el Artemio Franchi. Tal vez por eso estén empeñado en facilitarle las cosas poniéndole por delante un futbolista que hable su idioma y que también proceda del barrio. Por eso quieren a David Villa y todo lo que su fútbol representaba hasta hace poco. Montella quiere buscar su Batistuta de 2000-2001.
Joaquín ha cambiado mucho desde su début.
Ese año Joaquín debutaba en el Betis con un equipo magnífico que subió a Primera División. Tenía solo 19 años y bajo las ordenes de Fernando Vázquez formaba parte de una horda de jóvenes canteranos que como Varela, Rivas, Capi o Arzu le dieron sangre fresca y calidad extrema a una plantilla veterana donde destacaba la espina dorsal formada por Toni Prats-Belenguer-Denilson y Gabi Amato. El locutor del Villamarín en tiempos del loperismo le bautizó como Joaquín “la finta y el sprint” y su ascensión fue meteórica entre quiebros y carreras. Luego vendrían las ofertas, ese centro que no traspasó la línea para nadie pero para Al-Gandhul sí, su extraño periplo en Albacete, su prometedor comienzo con el Valencia, su apatía, su actitud flamenca, las polémicas del año de Koeman, Pablito Hernández, la última oportunidad en Málaga. Todos los cowboys tienen un pasado y Joaquín, más fino que un filipino fino, más rápido que el caballo del bueno, congenió con una ciudad y un equipo con una filosofía muy cercana a la gaditana. Una filosofía a la medida del hombre, del artista, de la persona, del genio, del niño que debutaba años atrás siendo ya una estrella. Una filosofía con un filósofo que además es ingeniero. Pellegrini tuvo mucho que ver en la sonrisa que el cowboy había perdido demasiado al este de España y de su edén. Ahora en Málaga no volverán a ver a nadie como él. Esperemos que Florencia experimenten lo contrario.
pouco_barulho 25 junio, 2013
Miedo me da lo que le pueda pasar en el Calcio