El Arsenal de Wenger representa la producción. La escuela del fútbol-chapa por antonomasia -dos toques máximos por jugador y una querencia por el pase raso definitivamente cultural, casi hiperbólico-, intenta producir superioridades en cada sector para definir la historia de sus últimos 16 años. La escuela gunner ofrece al poseedor del balón dos posibilidades de manera sistemática, una por dentro y otra exterior a espaldas de su par. Aposentarse cada minuto de juego a espaldas de la línea defensiva es uno de los poderosos valores del cuadro inglés. Ocupa el campo rival con numerosos jugadores para acompañar al balón a cada segundo y a diferentes alturas. El Chelsea de Di Matteo representa la productividad. Si quieren, la efectividad. En los primeros 45 minutos efectúa un comportamiento simétrico, ordenado y prosaico. Por detrás del balón, cada pieza defiende un cuadrante de poco espacio y se asegura frenar la transición rival creando una trinchera frontal sobre el ancho del campo. Con el paso de los minutos, introduce en la ecuación el «marcador» y el «cansancio» y busca los carriles más largos para profundizar.
El Arsenal representa la producción, el Chelsea la productividad.
Defendiendo ambos con distinto estilo e igual condición de invicto, la lesión de Diaby supuso un peaje añadido a una sobreexcitada actitud local durante el partido. Wenger ordenó templar la presión de sus jugadoresEl Arsenal no presionaba al rival, esperaba la pérdida, esperando la pérdida o achicando al receptor ante la lentitud del doble pivote blue. Tras robo, el Arsenal se precipitó durante grandes fases del encuentro. Encontró con asiduidad posiciones en los picos del área, con las caídas de Gervinho o las permanentes incorporaciones de sus laterales. Sin embargo, el Chelsea encontró un panorama que le beneficia. Ha interiorizado el sufrimiento en área propia con un repliegue estrecho, se ha especializado en el despeje y cuenta con Petr Cech, un guardameta que facilitó media Copa de Europa y que pretende hacer lo mismo con la Premier League. Al Arsenal le faltó Robin Van Persie, el traductor del equipo. Centro al área, en vanpersiense, es gol.
Como el Chelsea es efectividad, el Arsenal pagó las pérdidas y las imprecisiones. Lateral largo y pérdida es un problema si Diaby no está para echar un cable y Arteta tiene que cerrar la posición tan abierta de los poseedores (Mata, Hazard, Óscar en apoyo). Y al mismo tiempo, como el Chelsea no acompaña con ningún tipo de desdoblamiento exterior resulta casi inexistente ningún tipo de superioridad numérica en campo rival. Sólo la labor de Torres compensando la banda derecha dio resultados. Traducción: los blues no tiran a puerta en los primeros 45 minutos, pero el balón parado justifica la propuesta. Las áreas, cuestión de Mannone y Cech.
El balón parado condenó al Arsenal y a Koscielny.
La segunda parte tiene el mismo principio: un error de Koscielny en un balón parado. Y gol. Las áreas. Koscielny que debió sentirse afligido por la actuación de Joleon Lescott días atrás y decidió solidarizarse, el ansia que diría Tony Scott. Con 1-2 abajo, Wenger da entrada a Giroud buscando un traductor. Di Matteo domina las áreas, el marcador y el cansancio (las prisas emocionales). Palos, paradas, córners. Moses intenta agitarlo todo y Bertrand ayudar a Cole. El Arsenal sigue produciendo hasta el pítido final y el Chelsea termina produciendo tres puntos, con dos goles y no más tiros. Al fin y al cabo es la historia de Londres, cada barrio va por su lado.
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@migquintana 30 septiembre, 2012
Ciertamente, ayer hubo tramos en los que me gustó bastante el Chelsea y el Arsenal. No es que hicieran un gran partido, pero sí aprecié cierta mejoría en ambos equipos. ¿El resultado? Es que después de que Arroyo lo defina a la perfección (»el Arsenal representa la producción, el Chelsea la productividad») vinculándolo al ser de cada conjunto… da palo hablar de él. El contraste en las áreas fue un hecho, nada nuevo bajo el sol vaya.
Me gustó mucho la medida de Wenger de no buscar al Chelsea arriba, de no tratar de monopolizar la posesión desde muy pronto y esperar a que el defectuoso circuito asociativo blue hiciera el resto… pero efectivamente, no fue el día del robar&salir para los de Wenger. Y es que resulta complicado si tienes a Gervinho como referencia, movimiento que sigo sin entender y que comparto frustración con Axel Torres por verlo ahí. Giroud lleva tantos goles fallados que podría ser pichichi de la Premier, pero es un delantero con un catálogo de movimientos y aptitudes más que interesantes. Para mí, pese a eso, debe ser titular.
Por cierto, pese al gol+asistencia y llevarse las portadas… Mata es otro que lleva varios meses sin ser ese jugador que le valió ser el blue más valorado de la pasada temporada por los aficionados del Chelsea. Es pronto, pero parece que ya estaba acostumbrado a partir de banda izquierda y le va a costar.