Roberto Mancini es un hombre de frases extrañas. La última, recogida en una entrevista concedida a Sky Sports, fue que necesitaba «tres, cuatro o cinco fichajes». Internet, prevenido por su habitual victimismo y su boca de fraile, entró en cólera y clamó contra el entrenador del Manchester City. Lógico, aunque quizá esta vez no fuese una mancinada al uso. En la Premier League su dominio fue mayor de lo que reflejó la tabla, y pagada la novatada con un susto que pudo ser peor, lo normal es que gane en madurez y compita como debe. Ahí no hay problema. Ahora bien, al City, por inversión y demás, se le va a pedir la Champions, y ése es otro asunto. Pese a gozar de la plantilla más extensa que el fútbol haya conocido, Mancini tiene más carencias y menos calidad a su servicio que José Mourinho o Tito Vilanova.
Sólo existe un Messi, y sólo hay un futbolista capaz de competirle, con matices, de tú a tú. Ninguno de los dos va a jugar en Manchester el año que viene, y eso ya es partir en desventaja. De hecho, a pesar de su simpleza, es la desventaja más importante que encontrarán los skyblues en Europa. No la única. El eje de la defensa, por ejemplo, es discreto. Kompany, fijo, infalible no es. Su compañero, Lescott, no llega. Y luego está el problema de la base: el City no tiene juego por detrás del balón. De Jong es pelea, Barry es apoyo y Touré, quizá el mejor centrocampista de Europa el año pasado, es otra cosa. Al final, Mancini termina viéndose obligado a tirar de Nasri, más mediapunta pero con la calidad para ejercer de base de una posesión, algo crucial para un conjunto obligado a abrir muchos cerrojos. Por desgracia, tirar de Nasri no es precisamente una garantía.
Y es que no es lo mismo extenso que completo, aunque lo parezca. Luego uno mira la nómina de delanteros y se cae de la silla, porque no queda otra. De hecho, Mancini tendrá sentados o cedidos a puntas muy superiores a los que rivalizarán contra su equipo en la mayoría de las jornadas de la Premier. Asumiendo que Agüero será el titular y que Tévez, perdonado, le acompañará arriba; nos quedan Dzeko, Adam Johnson, Balotelli, Adebayor, Santacruz y el recién nacido John Guidetti, Superguidetti para los fans, autor de 20 goles y 8 asistencias en 23 partidos de Eredivisie. Mancini, quiera o no quiera, hará muy feliz al menos a tres colegas de profesión. Mientras, deberá trabajar en el último de sus déficits: la falta de jerarquía. Hart, Silva y Kun aún no son nadie en la Champions, teniendo calidad para serlo. Es en parte responsabilidad del entrenador que tomen el lugar que les espera.
Leo 11 agosto, 2012
Un creador del juego, el equipo se parte a mediocampo, creo que la defensa del City no ha caído en errores graves. Para mi gusto la falta de creatividad del equipo se mostró palpable cuando jugaron contra el Arsenal y perdieron, jugando al pelotazo y con carreras exageradas de los extremos, en ese momento la Premier estaba casi sentenciada. Hay algo de confianza en la plantilla tan diversa, han sacado una gran cantidad de partidos a base de corazón, sin embargo no recuerdo un partido donde el resultado se obtuviera por un control a sangre fría.