Un intento de asalto, una bella promesa, un final inesperado, una ciudad en armas, una batalla de extremos, un posible alirón y un objetivo a mantener. El primer miércoles de mayo puede coronar un nuevo campeón.

Una virtual consagración, una lucha por alargar, una batalla por los sueños, un choque feliz y una indescifrable y peculiar confrontación. Maravillosa jornada de domingo. A escena la lucha por la Liga y el resto de puestos europeos.

Era muy complicado. Soñar en las horas previas es más correspondencia y responsabilidad del aficionado. El jugador intenta mitigar el contagio, procurando centrarse en una realidad: marcar el primero. Objetivo cuyo verbo compartían ambos

Aún con el recuerdo presente de la eliminatoria de 2010, Valencia y Atlético de Madrid se encuentran a un partido de la ansiada final de Bucarest. Dos equipos regularmente irregulares, con dos delanteros centros condicionantes y

Un intento de despegue, una huida definitiva, el último cartucho de la temporada, un posible regreso de la ilusión y unos imprevisibles acontecimientos. Se decide todo. No te lo pierdas.

El Atlético de Madrid es distinto cuando juega por Europa. O quizás es distinto cuando juega en nuestra liga, no es algo que esté aclarado del todo. El caso es que si los partidos no arrancan en horas en punto y el árbitro no tiene acento español,

Siempre ha sido así. Chutaba a portería, generalmente el balón traspasaba la línea de meta y la cara se le iluminaba automáticamente. Mostraba una felicidad tan pura y mundana que por ello era contagiosa.

Un tren con destino a Europa, un paso decisivo hacia el cielo, un final de temporada dedicado al disfrute, una última oportunidad de creer, una auténtica final, una apuesta por correr y un derbi de sorprendente igualdad. Siete partidos