Italia sacó de quicio | Ecos del Balón

Italia sacó de quicio


La nueva ola de talento italiano ya se deja sentir, sobre todo porque parece venir preparada para los tiempos que corren. En uno de los duelos estrella del europeo sub-21 que precisamente alberga la ‘azzurra’, el conjunto de Di Biagio dejó atrás a la selección española después de una media hora francamente ilusionante para los de Luis de la Fuente. El combinado español saltó al césped dispuesto a asumir un papel protagonista y no necesitó demasiadas tomas para dar por buena su interpretación del encuentro, pero lo que ocurrió tras el 0-1 fue mucho más llamativo, más por el cómo que por el qué. España se quedó paralizada aunque entraba dentro lo del plan lo que decidió hacer. Fue en lo psicológico donde perdió todas las referencias.

España salió muy bien al encuentro, dominante con balón

De la Fuente habilitó un once inicial con una predisposición que a España le sale natural. Si no le ceden metros para construir, España trata de ganarlos desde atrás, con su tipo de centrocampista y su superioridad alrededor de la pelota. Con los laterales abriendo a la vez la defensa de Italia, la línea de mediapuntas formada por Soler, Oyarzabal y Ceballos se puso mandona y comenzó a participar y a tocar la pelota con soltura y diligencia. España hallaba el camino para crear un escenario productivo para el resto de sus jugadores, coronado con un soberbio zapatazo del sevillano que puso a España en una senda cómoda.

No obstante, De la Fuente decidió prepararse para la reacción y bajó el bloque de su defensa hasta muy abajo, pasando muchos, seguramente demasiados, minutos sin la pelota. Italia, que no entiende el ataque como una sucesión de pases, exteriorizó mucho su juego a través del poderoso Federico Chiesa, que le dio la tarde a todo español y, sobre todo, la principal clave de la victoria, activó una presión agresiva y efectiva que fue minando a España en lo moral. El cuadro español relacionó defensa posicional con ausencia de contragolpe, lo que terminó asfixiando su plan de juego. La clave radicó en que el primer contacto tras robo nunca era limpio. Italia mordía con sus tres centrocampistas y además lo hacía con una presión basculante, acumulando más hombres donde a priori no se esperaban, en la misma zona del balón.

Italia superó en lo mental a España desde la presión y el choquq

Así, España nunca recuperaba el aliento. De la Fuente entendió que la ventaja en el marcador le daba la posibilidad de ahogar espacio a Moise Kean, demoledor con espacios, y que en esa decisión, dejaría a Italia necesitada de mucha más creatividad. Pero el conjunto italiano no respondió con un pase más, sino con un ritmo muy alto, físico, con interrupciones y mucha verticalidad, obligando a los españoles a tomar decisiones que no suele tomar, ni en sus clubes ni por esencia. El duelo fue mucho más mental que futbolístico y ahí Italia, que dio muestras de que le iba la vida en el encuentro, pescó una victoria que obliga a España a hacer borrón y vencer para seguir viva.


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