El Arsenal FC de Unai Emery es un equipo pensado de atrás hacia delante. Después de probar con hasta nueve sistemas diferentes -entre la línea de cuatro y cinco defensas-, prueba de la ofuscada adaptación del vasco a un ritmo y un juego tan particulares como los de la Premier, el cuadro londinense ha venido experimentando, en cambio, ciertas dificultades para llegar al ataque en según qué contextos y ante ciertos rivales. Algo que en su día, como pudo ser la visita del Newcastle al Emirates, sirvió para encumbrar la figura de un futbolista que hace las veces de centrocampista y de atacante, como es Aaaron Ramsey, pero que en verdad no es sino la constatación de una carencia manifiesta en lo táctico: este Arsenal aún no atesora patrones especialmente definidos en el último tercio.
El Arsenal ya ha probado hasta 9 esquemas esta temporada
Pero no hace falta marcharse hasta tan lejos para identificarle los ojos y la boca a esta realidad. En la visita del Arsenal al King Power Stadium, Emery apostó por un repliegue bajo en un 4-4-2, con todo el bloque por detrás de la línea del balón, y el desarrollo del encuentro dejó dos instantáneas para la crónica: una situación de ataque constante por parte del Leicester, con Maddison -extremo izquierdo- atacando directamente el doble pivote de los ‘gunners’, y con Albrighton -extremo derecho- fijando la zona de Kolasinac cerca de la cal; y una incapacidad muy palpable por parte del Arsenal para atacar desde un posicionamiento defensivo en el que Mkhitaryan e Ibowi, cada uno en una banda, fueron más ‘doble lateral’ que ‘extremos’. Una situación, muy diferente a la del anterior fin de semana ante el Wolverhampton, pero que, en ambos casos, revela una carencia que tiene que ver con el paso previo -y el anterior, seguramente- antes de llegar al gol. O a la zona de disparo.
Esto mismo ayuda a entender por qué ante los de Benítez, que optaron por no llevar la iniciativa a través del esférico, el fútbol de Ramsey fue poco menos que un oasis en el desierto. Situado a la misma altura que Guendouzi, en un 3-4-2-1 en el que Özil e Iwobi atacaban por detrás de Lacazette, la actuación del galés -daba el primer pase, conducía, atraía, dividía, activaba al compañero libre y atacaba desde la segunda línea- sirvió para volver a confirmar este déficit dentro del plan colectivo: al Arsenal le están faltando vías que lo acerquen con el esférico a situaciones ventajosas para el remate.
Está echando en falta un último «nexo» que aclare todo el ataque
Con Iwobi -siendo diestro- jugando a pie cambiado desde la izquierda, yendo hacia dentro para aclararle la banda a Kolasinac, muy profundo en su recorrido y con capacidad para levantar la cabeza en línea de fondo y poner la pelota en el punto de penalti, el Arsenal ha construido así en su perfil izquierdo un recurso práctico -desde lo táctico- para atacar con cierta continuidad. Y que por el momento, hasta que Unai Emery consiga repetir un proceso parecido -por el fin, no por el medio en sí- dentro del carril central -con Özil, Lacazette y el propio Ramsey-, será el camino más eficiente de un Arsenal que, dadas las circunstancias, ha acabado entendiendo que entre Aubameyeng y Lacazette, y entre ellos dos y el resto del equipo, le faltan cosas. Sobre todo dentro de la pizarra.
LordDeb 2 mayo, 2019
El Liverpool fue una decepcion<img src="https://s04.flagcounter.com/mini/rzN/bg_FFFFFF/txt_dddddd/border_ffffff/flags_0/" width="1"/>