Miralem Pjanic levantó la cabeza en el momento justo, ante el desmarque de ruptura de su punta y cuando mejor se encontraba el Milan, para inventarse una asistencia de los de escuadra y cartabón. Midiendo muy bien el espacio, mandando el envío desde la frontal entre el repliegue en balde del central y la salida en falso del portero, el bosnio leyó a la perfección el movimiento de Cristiano Ronaldo antes de rematar la pelota. Fue la demostración más palpable de que esta Juventus tiene auténticos especialistas en (prácticamente) todas sus líneas, en un encuentro en el que no ocurrieron demasiadas cosas. El 1-0 fue la enésima evidencia de que esta Juve se comporta como los grandes: ‘no necesita jugar bien para vencer‘.
La Juventus no remató ni una sola vez a puerta durante el 1ºT
Y sobre todo, como fue el caso, para ser mejor que su rival. Porque una cosa no quita la otra: la Juventus fue superior al Milan en todos los aspectos, aunque esto no quiere decir que el cuadro de Massimiliano Allegri jugase su mejor partido. Con Pjanic como pivote dentro del 4-3-3, y con Matuidi -izquierda- y Bentancur -derecha-, la Juventus pretendió instalar su dominio en torno al área de Donnarumma. Saliendo desde atrás con suma facilidad, debido a que solo Cutrone -que estuvo muy pendiente de Bonucci todo el tiempo- presionaba los primeros pases de la Juventus, la intención del equipo bianconero fue atraer por dentro para desequilibrar desde los costados. Sin embargo, con Cristiano y Dybala por dentro, tratando de encontrar un hueco en el repliegue bajo del Milan, y con Douglas Costa, Cancelo y Alex Sandro por fuera, el ataque posicional de la Juventus no fue capaz de crear situaciones “limpias” de remate en los primeros 45 minutos. Algo que tiene su explicación.
Un escenario del que la Juventus pudo extraer dos impresiones. Una positiva y otra negativa. La primera tiene que ver con el entendimiento entre Cancelo y Douglas Costa por el sector derecho. Portugués y brasileño volvieron a demostrar que hablan el mismo idioma en la fase ofensiva de la Juventus. Mientras que el lateral se sitúa en una posición muy abierta cuando ataca el equipo, dando profundidad y permaneciendo muy pendiente de la transición defensiva si ocurriese una pérdida, su labor -sin la pelota- está muy orientada a ir compensando la movilidad del extremo. De esta forma, cuando el brasileño va hacia dentro y se perfila -como de costumbre- en torno al pico del área, el luso se encarga de dotar de amplitud y recorrido al sistema con y sin el esférico. Algo que, valorando lo negativo, volvió a dejar a Dybala en un vacío posicional que no le está favoreciendo. Arrancando por delante y no desde la banda, el argentino no está teniendo una adaptación muy placentera al hecho de que Cristiano, desde la banda izquierda, vaya también por dentro.
Las particularidades de este escenario potenciaron, por otro lado, que el futbolista más vertical de la Juventus fuese Matuidi, que partía como interior izquierdo y atacaba la frontal rossonera. Un paisaje en el que la Juventus, incapaz de instalar una posesión de calidad en campo contrario, de hilar una superioridad manifiesta en su circulación, quedó a merced de repetidos centros desde los costados. Una situación que, poco a poco, fue aprovechando el Milan para desplegarse con regularidad sobre el campo rival. Algo que Gattuso consiguió mediante los envíos sobre Paquetá-Castillejo.
Lucas Paquetá fue uno de los grandes nombres propios de la final
Lucas Paquetá se lució en su primera gran noche con el Milan. Partiendo desde el interior zurdo, en un centro del campo formado por Bakayoko (pivote) y Kessié (interior derecho), y en el que Calhanoglu y Castillejo se situaban en paralelo a la hora de conformar la fase defensiva (5-4-1), el brasileño estuvo muy participativo durante los 71 minutos que estuvo sobre el campo. Comprometido con el repliegue, llegando a defender varias veces en línea de fondo, lo mejor que dejó el jugador brasileño fue su repertorio técnico a la hora de sacar al equipo de su propio campo. Queriendo intervenir muy abajo, acercándose continuamente a recibir el primer pase, el ex del Flamengo dejó varias pildoritas de su potencial a través de sus toques, sus envíos, sus conducciones y su manera de esconder la pelota. Esas ganas de Paquetá por avalar su fichaje fueron, además del arrojo que volvió a servir Castillejo por derecha -sin Suso-, la mejor noticia de un Milan que si algo en claro puede sacar en lo global es que sabe competir desde la inferioridad.
AdrianBlanco_ 17 enero, 2019
A pesar de la victoria no me convenció el partido de la Juventus. Ciertas costuras dentro del ataque posicional no le permitieron atacar con solvencia durante la primera parte y aunque en la segunda, después del 1-0 y con superioridad numérica decide preservar su ventaja con la pelota y no replegando atrás, hubo varias fases en las que me pareció un equipo un poco plano.
Muy impresionado, por cierto, con la actuación de Paquetá. Este chico tiene una pintaza tremenda y lo mejor para este Milan es que, al igual que Suso o Castillejo, no parece necesitar que el sistema le potencie para dejar muchísimas cosas. Por supuesto que si encontrase el rol o el esquema que sacara lo mejor de él ya sería la bomba, claro. 😀