Conseguir tres títulos consecutivos en un Mundial de Clubes debería, por sí solo, dar la condición de gesta al triunfador. Sin embargo la extraña temporada que está viviendo el Real Madrid ha suavizado tal sensación, pero explica de forma sencilla una realidad indiscutible: el equipo merengue ha conseguido juntar una generación de futbolistas única y legendaria.
Poniendo por delante esta realidad, el torneo no ha terminado de dar la sensación de que el equipo blanco haya conseguido solucionar los problemas de juego que han acompañado a Solari desde que se sentó en el banquillo blanco, si bien es cierto que en la final ante el Al-Ain el campeón de Europa, más allá de la goleada, dejó algún pequeño síntoma de mejoría.
Gareth Bale y Lucas Vázquez tocaron más veces la pelota en el carril central de lo que había venido siendo habitual, aunque fuera para agilizar la circulación
La idea de base volvió a ser idéntica: un 4-3-3 con Lucas Vázquez y Gareth Bale en ambos extremos y a pie natural, y habrá que ver si fue una cuestión de que el equipo emiratí fue muy transparente en su defensa del juego interior, o una cuestión que puede tener recorrido, ya que vimos a ambos pisar zonas interiores y tocar la pelota entre líneas de forma bastante más regular a lo que había venido siendo habitual.
Es cierto que esos toques llegaban en el carril interior que correspondía a ambos, es decir, a Bale en el izquierdo y Lucas en el derecho, por lo que sus toques no hacían más que darle continuidad a la circulación y no derivaba en una jugada individual diferente a la que se ha visto repetirse hasta el momento, pero es cierto que vimos a ambos tocar más la pelota por dentro, con ese importante matiz de que el Al-Ain fue realmente concesivo entre sus líneas.
En cualquier caso, un día más fue Karim Benzema el hombre que juntó piezas y que provocó que lo que aún es un contexto poco estable con balón, deje fases de circulación relativamente fluidas. El galo apareció nuevamente por todo el frente de ataque y permitió que se juntasen varios pases antes de dar el profundo sobre laterales y extremos, generalmente los que más se movían en vertical y ofrecían profundidad, aunque de nuevo vimos a Modric y a Kroos, de forma puntual, repetir ese movimiento.
Karim Benzema volvió a ser el jugador más importante para que el Real Madrid juntase jugadores alrededor del balón
A partir de su nueve y de ese poco filtro rival, el Real Madrid encontró situaciones de remate con facilidad, teniendo en Marcos Llorente la pieza que, desde lo individual, cosió brechas. El canterano blanco está encajando bien en la propuesta de Solari por varios motivos, pero su capacidad de sacrificio y su precisión para robar el balón son las dos cualidades que el contexto está haciendo realmente valiosas.
Sin encontrar el equipo blanco fases realmente constantes de control a través del balón que permitan que esa sea la estrategia para recuperar la pelota, juntando al equipo sobre la pérdida, Llorente ofrece soluciones constantes. Llega lejos a tapar en ambas bandas, acompaña desmarques verticales del rival si uno de los centrales ha salido a tapar a banda, y lo más importante, su porcentaje de acierto al meter el pie para robar el cuero es muy alto. Llorente es, seguramente, la gran noticia que puede subir el equipo blanco al avión de vuelta antes de un parón navideño que será un buen momento de asueto para valorar si eso es suficiente.
Fernandojb 23 diciembre, 2018
Parece que el madrid ha llegado hasta aqui, que es la estacion.final de una epoca dificil de olvidar.
Por momentos se vio un madrid reconocible, carvajal , centrales y marcelo.
Y por supuesto modric , kroos y benzema ,.
Pero como un.mensaje divino, el mejor jugador del partido un jugador de la cantera, voluntarioso, no un jugador con una tecnica y tactica excepcional pero.que representa lo que ha sido este madrid, en europa sobre todo, un equipo , un juagdor orgulloso.
Este final de trayecto recordar aquella cronica del madrid.bayer., los.dos equipos mas orgullosos, siempre el.recuerdo de aquella cronica .