
La temporada ha arrancado a un ritmo mucho más medio que alto para Fútbol Club Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid. Los tres están bastante lejos aún del primer cambio de ritmo, en fútbol y puntuación, y así se demostró en la jornada de ayer, tanto en el Camp Nou como en el Santiago Bernabéu. En el primer enfrentamiento entre dos de ellos, el derbi madrileño llegó muy pronto, con verdades a medias y todo por mejorar, en una noche en la que no se tomaron demasiados riesgos aún constando dificultades en ambos conjuntos de las que abren puertas, con reparto de oportunidades y poco brillo colectivo. Fue un derbi dormido, con tendencia a la horizontalidad, sin demasiados relieves.
Lo que no cambió, desde el plano táctico, fue la correlación de fuerzas imperante en el derbi de la capital desde que Simeone se sienta en el banquillo rojiblanco. Por si había alguna duda, y dado el momento de temporada en el que se ha sucedido, el Cholo saltó al césped con la intención de responder a índices de posesión muy altos en su rival, reducir espacios a Asensio y Bale, formando dos líneas de cuatro con continuidad para adormecer el ritmo del partido y exponer las debilidades de base que el Madrid puede estar encontrando en este renovado proyecto. Sabidas las bajas de Marcelo e Isco en banda izquierda, los colchoneros pudieron centrarse en el carril central, pues las bandas, el lugar en el que más están sufriendo para contener el rival, no fue un lugar de desequilibrio desde las filas merengues.
El Atlético se mostró cómodo defendiendo el carril central y el área
Los de Julen Lopetegui tenían la misión de seguir encontrando un equilibrio en su línea ofensiva. Con el partido ante el Sevilla como ejemplo más reciente, el conjunto blanco intentó recuperar el control del partido tomando una decisión que condicionó y determinó la primera parte. Y no fue otra que la ubicación, y sus correspondientes movimientos, de Gareth Bale. El galés gozó de libertad total en campo rival, partiendo desde la punta de ataque y recibiendo a varias alturas. Se le vio al de Cardiff arrancar desde la punta, ocupando zonas intermedias y siendo el tercer hombre en el que apoyarse. Benzema atraviesa un momento mucho más intermitente, Casemiro delega en los interiores un protagonismo con balón, Carvajal es el encargado de recibir el cambio de orientación, mientras Nacho no puede ofrecer un cambio de ritmo en la velocidad de balón. Así, Bale hizo de punta y mediapunta.
Esta resolución táctica le dio la iniciativa del choque al Atlético. Sin que Bale mezclara la punta con la banda, sino con la mediapunta, los rojiblancos encontraban la posibilidad de cerrar en el área la mayoría de las jugadas. Con Koke y Lemar sumándose en los costados para reforzar a Filipe y Juanfran, y en situaciones en las que no recibían jugadores blancos con uno contra uno y amenaza en el desborde, la defensa posicional del Atlético no necesitaba un nivel excesivamente alto para defender el ancho. A los de Lopetegui les fallaba el gran valor de la amplitud, es decir, que abrir el campo significara espacio por dentro con amenaza exterior. Que el Atlético sintiera que una recepción en banda de su rival iba a comprometerle. Pero Nacho, Carvajal y Asensio fueron bien controlados por los del Cholo.
En esa fase de circulación, esa incapacidad para poder cambiar el sino de las jugadas una vez se abría la jugada por fuera, impidió al Madrid poder escalonar su mediocampo o poder profundizar desde los interiores. Al no encontrar hombres fuertes y desequilibrantes en los costados, la jugada no ganaba altura, lo que llevaba a los medios, Kroos y Modric, a centrar su posición para ganar control posicional para no quedar demasiado expuesto el equipo en el balance. Pero ese escenario le indica al conjunto blanco que no puede dominar. Sin profundidad sobre la última línea colchonera, la altura de Kroos-Modric y Varane-Ramos es mucho menor, el equipo queda largo y la creación de ocasiones disminuye por completo. Sin amplitud amenazante se halla menos espacio por dentro y pocas líneas de pase diagonales; muchas más horizontales y poca profundidad.
Ceballos dinamizó el ataque pero el Madrid mostró poca presencia en el área
El Atlético hizo grande a Godín en esos primeros 45 minutos y pudo salir con más continuidad de lo que lo terminaría haciendo en la segunda mitad. El Cholo ubicó a Saúl junto a Rodri, pero esta vez con más presencia en el mediocentro. El ilicitano se posicionó por delante de la defensa, mientras Rodri salía un poco más. Por delante, Lemar y Griezmann representaban un escalón intermedio antes de lanzar a un Diego Costa muy vivo en lo físico pero realmente escaso en lo técnico. Su partido subrayó su falta de confianza y esa primera mitad elevó a Courtois como hombre firme en el uno contra uno. Las ocasiones de Griezmann fueron un perfecto ejemplo del incompleto ataque posicional blanco, con las piezas separadas y la circulación horizontal. La segunda mitad vino de la mano de un cambio, el de Gareth Bale por Daniel Ceballos.
El cambio tuvo muchas interpretaciones. El Madrid perdía una cuota de gol y remate evidente, mientras ganaba control y por consiguiente, dado la influencia y la tipología de mando que ofrece un perfil como el del andaluz, los blancos se juntaron más arriba y obligaron al Atlético a defender muy abajo y con más hombres. El Madrid rozó el ritmo que caracteriza una versión notable y amagó con meterse en el área hasta conquistarla, pero le siguió faltando mucha amenaza. No transmitió la sensación de que el gol caería por gravedad. Ceballos agilizó la zona de tres cuartos, imantó marcas, giró sobre sí mismo para crear espacios a los lados, Modric subió muchos metros y el Atlético se quedó sin contragolpe. Una lectura que habla de la capacidad de Ceballos para generar fútbol, pero que no modifica la pegada blanca. Entre medias, el Cholo vio cómo influía Dani en el choque, metiendo a Thomas por Costa para meter un apoyo más en la retaguardia y un pasador que dividiera los tiempos de posesión. Tuvo sentido y un pequeño efecto temporal. Pero el derbi estaba asumido como ejemplo de horizontalidad. Y así se dio por finalizado.
José Luis 30 septiembre, 2018
Voy a explicar el partido de ayer en tres fases; antes de, durante, y después de.
Antes de. Como os dije el otro día este año me ha dado por las apuestas, y el empate no se pagaba mal, pero el empate a 0 estaba bien. Y viendo que al Madrid le faltaba Marcelo e Isco, y que el ATM de Simeone cuando llega al Bernabéu se conforma con el empate… Simeone gana solo si el Madrid entra al campo relajado, cosa impensable después del baño sevillista. Luego el 0-0 tenía un porcentaje muy alto de producirse.
Durante. La primera parte me gustó el ATM, mucho. Y creí incluso que mi creencia en el 0-0 no se sostendría. Más cuando vi que del túnel de vestuarios no salía el "11" blanco. No estaba haciendo un gran partido, pero el temor que le infunde el galés al Cholo viene de lejos. Le quitó la primera champions y le terminó de atemorizar en aquellos 20 minutos iniciales mágicos de Milan. La baja de Bale provocaba que el ATM pudiera presionar más arriba aún, ya que solo tendría que controlar a un solo jugador si falla en algún pase o comete un error. Pero resulta que nada de esto ocurrió. Fue Ceballos el que provocó que el Madrid fuese fuerte por el carril izquierdo. Daba salida de balón y la podía asentar bien arriba. Eso antes no ocurría. El Madrid solo podía (porque tampoco lo era) ser fuerte en dos carriles. Cuando vi la entrada de Thomas, apreté los puños. Sabía que la cosa quedaría 0-0.
Post partido. Creo que desde el lado rojiblanco se está vendiendo como éxito no perder por 6º año cosecutivo en el Bernabéu. Gran dato. Enorme. Si no fuese porque si ayer gana a un Madrid sin Marcelo, sin Isco y con la mitad de Bale, el Atlético se coloca líder. Y desaprovechó esa circunstancia. Es muy del Cholo eso. Celebrar cosas menores (como el empate in extremis ante el Eibar) porque la suma de esos aspectos menores suponen algo grande. Pero creo que está en un equipo para celebrar cosas grandes. Para mí, el Madrid (aunque no lo leais en ningún sitio) es el único que sale reforzado del partido de ayer. Después de la debacle sevillana, lo de ayer fue un puntazo.
Pd.: Salió poco tiempo. Pero habrá que seguir a Vinicius. Puede que la obligación de ponerlo del entrenador haga que rinda el chaval porque sí. No tiene presión de sustituir a nadie que estuviese haciendo un campeonato excelso. Sustituye porque no hay otro. Habrá que esperar….