El FC Barcelona sumó su quinto triunfo consecutivo en Liga ante la SD Eibar de José Luis Mendilibar. El equipo vasco, fiel al libreto de su técnico, ignoró el planteamiento con el que Pepe Bordalás había superado en el juego a los culés el pasado fin de semana y apostó por una presión adelantada que no le llevó a lo mismo, pero con la que desde luego tampoco fue superado hasta que en dos acciones a balón parado se puso abajo 2-0. De hecho, pese a la rotunda goleada (6-1), el Eibar fue el equipo que más veces chutó tal y como lo fue el Getafe en el citado precedente. Pero más allá de datos, la noticia reside en que la sensación de que, con Ernesto Valverde, se estaba volviendo a recrear un contexto donde los centrocampistas retomasen peso se ha ido diluyendo. Quizá, por ello, brilló Paulinho.
Paulinho fue, con Semedo, el co-protagonista del show de Messi.
El partido de Paulinho tuvo tres vertientes a considerar. Empezando por el detalle, cabe reseñar que se situó como pivote en muchas acciones en las que se presumía que el Eibar iba a salir en largo. Se entiende por tanto que Valverde lo concibe como una solución al problema que representa el flojo juego aéreo de Busquets, que le cuesta al Barça bastantes metros defensivos cuando se mide a delanteros o mediapuntas que sí dominan ese arte. En este aspecto, la comparativa con Keita -un jugador, por lo general, muy diferente a Paulinho- sí viene a buena cuenta.
Más que hacer doble pivote con Busquets, Paulinho presionaba.
Por supuesto, en cuando la SD Eibar salía en corto o asentaba su ofensiva, Busquets y Paulinho re-invertían sus demarcaciones y el brasileño volvía al interior derecho. Desde allí, lo más destacable consistió en que ni siquiera fue el interior más cercano a Busquets en fase de defensa. En lugar de desempeñar tareas de contención, fue el centrocampista más liberado y acudió a presiones y labores más de choque mientras era Iniesta quien conservaba el espacio. Como medida es interesante, y sobre todo en caso de que coincida alguna vez con Rakitic, puede dar pie a contextos defensivos muy competentes para Valverde. Nuevos, pero potencialmente eficaces.
En ataque, Paulinho se desentendió por completo de la gestión.
Por último, su comportamiento en ataque tuvo mucho que ver con lo que se esperaba desde el principio. Paulinho abandonó la zona propia del interior derecho para que la ocupara Messi bajando, y aprovechó el hueco dejado arriba por Leo para irrumpir en el área vasca, a menudo, como el hombre más adelantado del líder. Y no llegando por llegar, sino con la calidad y talento que le caracterizan en esas lides. Con el añadido de que se le advierte una incipiente química con el «10» de las que dan victorias. Y si el anhelo de Paulinho es superar las trabas y triunfar en el Camp Nou, ya se sabe que nada más óptimo que caer en gracia a la estrella menos fugaz. Messi se pasa la vida haciendo realidad los sueños de su gente.
Foto: David Ramos/Getty Images
vlc10 20 septiembre, 2017
Con Paulinho en lugar de Rakitic en el interior derecho, ¿es más alto el techo del Barça?
Es que en términos de impacto, de trascendencia, el primer partido como titular del brasileño me pareció más potente, al menos visualmente, que muchos de los mejores que ha tenido el croata en el equipo. Le facilita muchas cosas a Messi. Sus movimientos sin balón son impresionantes (véase el desmarque en el 6-1 de ayer).