A pesar de estar inmerso en un proceso muy similar, Alemania se ha tomado esta Copa Confederaciones de una forma completamente opuesta a la que lo hizo España en 2013. Tras el adiós de varias de sus piezas clave (Lahm, Bastian o Klose) y antes del posible último Mundial de otros nombres propios no menos importantes (Khedira, Ozil, Hummels o Muller), Joachim Löw ha entendido este verano como una oportunidad más que perfecta para probarlo todo en busca de esa bisagra generacional que primero logre optimizar su llegada a Rusia 2018 y después facilite su posterior camino a Qatar.
Los primeros 60′ de Alemania fueron bastante buenos.
En su debut ante Australia esta premisa quedó muy clara porque Alemania no presentó un simple cambio de nombres, sino también probó un giro de tuerca extra a ese sistema de tres centrales y dos carrileros que Löw ya empleó frente a Italia en la Eurocopa 2016. Conste que al igual que en aquella ocasión el rival que tenía delante jugaba también con tres centrales, pero aunque este dibujo fuera condicionado por el equipo contrario lo cierto es que la simple idea resulta interesante. Sobre todo porque mientras frente a los italianos el sistema fue bastante ortodoxo, ante Australia vimos una asimetría muy marcada con comportamientos tácticos especiales.
En la izquierda Jonas Hector ejercía de carrilero tradicional, pero Julian Draxler abandonaba muy rápido el costado para recibir rápidamente por dentro e incluso ocupar posiciones de interior al «estilo De Bruyne». Y en la derecha, prácticamente todo lo contrario. Joshua Kimmich se abría como lateral, pero normalmente fijaba su posición bastante por atrás del profundo Julian Brandt. Este reparto de roles, además, influía de forma directa en los dos interiores que presentaba Alemania en el día de ayer. Tanto Leon Goretzka como Lars Stindl son grandes llegadores con más vocación vertical que horizontal. Y esto, en vez de ser un problema para un equipo que suele irse al 60% de posesión, fue una solución constante para conseguir traducir cada jugada en peligro. Con Draxler cerca de la base y Kimmich muy cerca del balón al recaer casi todo el peso en el lado derecho, Alemania se aseguraba mover con mucha fluidez el balón sin necesidad de exigir de más a sus interiores para que así estos pudieron volar, pisar el área y cambiar dos veces el marcador.
Esto en cuanto a la asimetría y el juego de Alemania con balón se refiere, porque sin él la cosa era diferente. Löw quiso cerrar con cinco al bajar a Brandt y cerrar a Kimmich de una forma muy particular, pues en vez de ejercer de tercer central contaba con una libertad absoluta para corregir situaciones en el centro del campo. Y aunque defensivamente Alemania funcionó bastante bien, sobre todo mientras se impuso su presión, lo cierto es que este rol tan difuso pareció confundir en ocasiones al jugador del Bayern. ¿Lateral, central o centrocampista? Con balón tienes tiempo para pensar y rutinas que seguir, pero sin balón todo es interpretación. Y a pesar de que Kimmich precisamente destaca en esto, la prueba no pareció saldarse con tanto éxito como en la otra mitad.
Leon Goretzka completó un partido propio de Ballack.
Joachim Löw se adaptó, Joachim Löw probó y Joachim Löw saldó con victoria una prueba de la que ha podido extraer incluso algo más. Porque el partido de Leon Goretzka da para apartado extra. Ciertamente limitado por varias lesiones, al del Schalke 04 se le lleva esperando un tiempo por tener el potencial de poder realizar partidos como el que ayer realizó en Sochi. Complementario en salida, omnipresente en campo rival, titánico en la presión alta, imparable llegando desde atrás. A Goretzka se le puso cuerpo, cara y alma de Michael Ballack cada vez que Alemania cruzaba la medular. Es del 95, el Bayern le sigue y tras esta Confederaciones estará un poco más cerca de poder recoger el testigo de Bastian, Khedira u Ozil, que es a fin de cuentas lo que pretende Löw.
Foto: PATRIK STOLLARZ/AFP/Getty Images
Pedro Lampert 20 junio, 2017
"Complementario en salida, omnipresente en campo rival, titánico en la presión alta, imparable llegando desde atrás."
Tremendo el partido de Goretzka. Aunque estos puntos siempre estuvieron en su juego (recuerdo una exhibición en este sentido contra el Bayern en la primera o segunda jornada de la Bundesliga la temporada pasada). Me quedo con la finura que demostró con el balón. Dejó toques buenísimos. Si logra sumar este acierto técnico (sin ir más lejos, es el gran debe de Khedira) a lo que ya tiene… ojo. Porque llegando y presionando es una bomba.