Aunque todo germinó cuando Quique Setién confió en Roque Mesa, Tana y Jonathan Viera para formar su medular, lo cierto es que el mejor momento de Las Palmas en 2016 pareció una consecuencia de un hecho muy diferente: la presencia de David Garcia e Ignacio Garrido en los laterales. De carácter más defensivo que ofensivo, hasta el punto de que uno de ellos era/es un central reconvertido, ambos consolidaron el juego de La Unión a partir de una mayor solidez y un mayor equilibrio en campo propio, hecho que propició que los canarios parecieras tan competitivo sin balón que con él.
Sin embargo, esta temporada Quique Setién ha dado un giro de 180 grados a dicha posición. En busca de alternativas en salida, poder compensar los movimientos interiores de los extremos y una mayor profundidad por fuera, el técnico cántabro ha situado en los flancos a Dani Castellano y a Michel Macedo, dos futbolistas con más facilidad para desbordar que para tratar de evitar desbordados. Esto, como decíamos, tiene sus puntos positivos. Castellano es una variante de mucho valor en salida a partir de su regate interior, amen de que al ocupar toda la banda permite a Kevin Prince-Boateng atacar el área. A su vez, la presencia de Michel Macedo en la banda derecha facilita el hecho de que Tana pueda ocupar posiciones interiores para ayudar en la circulación. El caso es que, pese a esto, su presencia también tiene lecturas negativas. Y desde que el flanco izquierdo no lo ocupa Castellano, sino Hélder Lopes, otro lateral muy ofensivo, éstas están constando cada vez más.
Fragilidad en el 1vs1, espacios a la espalda, problemas a la hora de tirar el fuera de juego, errores por no cerrar bien el segundo palo… Hélder y Michel son ahora una brecha que está afectando al estado de La Unión sin que el poder del grupo pueda lograr compensarlo, como vimos recientemente ante el Leganés, el Celta o el Athletic.
Esta debilidad puede ser un atajo para el Cholo.
Y hoy se enfrenta al Atlético de Madrid. El conjunto de Simeone tiene que lidiar con una serie de dudas, algunas útiles, otras no tanto, que sin la calma de las victorias no se están pudiendo resolver. Los colchoneros ahora mismo necesitan atajos. Caminos simples, tranquilos y amables que les ayuden a ganar tiempo y ánimo para recuperar la presencia que han perdido en los últimos 50 días. El problema es que ni el orden defensivo ni el balón parado, sus atajos preferidos hace no tanto, constan ya en su manual de recursos competitivos, y que ni la inspiración de Antoine Griezmann ni su novedosa fluidez con balón parecen a su alcance ahora.
De ahí que, quizás, éste sea un buen momento para olvidarse de lo macro y centrarse en lo micro. O lo que es lo mismo, dejar a un lado sus problemas de identidad y focalizar sus esfuerzos en lo que tiene delante, que no es otra cosa que una UD que ha perdido frescura con balón y a la que le está constando ser sólida en campo propio por los problemas que tiene en las bandas. Y ante esto, sin lugar a dudas, el Atlético sí tiene soluciones. Y tiene a Yannick Carrasco.
Foto: CESAR MANSO/AFP/Getty Images
Andrés 17 diciembre, 2016
Pues si Yannick tiene el día sumado a la fragilidad por banda de la UD, me parece que el camino a la victoria se le haría más corto al Atleti.
Ahora si Simeone vuelve a renunciar de inicio a Yannick, pese a lo comentado, parecería una firme vuelta al 4-4-2 ya de por sí.