La parte alta de la tabla en la Premier, de nuevo, se ha apretado, y el fin de semana depararía nuevo líder. Una condición que finalmente fue a parar a Anfield pero que durante varias horas tuvo sus ojos puestos en Londres. En el derbi, en la batalla entre Arsenal y Tottenham, en un duelo en la cumbre del que no resultó un vencedor, y en el que como guiño a sus respectivos presentes, la gran novedad táctica corrió del lado de los Spurs: dispusieron durante los noventa minutos un cierre de tres centrales formado de derecha a izquierda por Dier, Wimmer y Vertonghen, secundado en los flancos por los habituales laterales esta vez convertidos en carrileros.
La defensa de cinco Spur marcó tácticamente el encuentro.
El ajuste les sonrió primero, principalmente en el apartado defensivo durante los compases iniciales, haciendo valer su hombre extra en la última línea de contención para cortocircuitar la ofensiva local y tomar la primera de las iniciativas de la tarde. Seguros atrás, los de Pochettino, además, hallaron en las recepciones, conducciones y toques de Son Heung-Min en tres cuartos una constante para dar salida a su transición defensa-ataque. Ladeado cuando la espalda de los laterales del Arsenal concedía el espacio o por dentro cuando el doble pivote gunner no cerraba todo lo bien que cabría esperar, el coreano fue el principal encargado de llevar arriba a un cuadro visitante que una vez ahí, a lo largo de esta primera fase de superioridad, no dio con la tecla que le permitiera batir a Cech.
Las tornas empezaron a cambiar a través de Alexis Sánchez, de nuevo referencia por el centro, y que tras unos primeros minutos de reconocimiento empezó a descubrir flaquezas en la propuesta defensiva spur que el arranque no había mostrado. A partir de la constante actividad y de movimientos pronunciados tanto en el apoyo como en la apertura, el chileno comenzó a lanzar retos sobre la zaga rival y a interpretar cada una de las respuestas con las que ésta replicaba. Si no lo seguían, quedaba libre para buscar un socio -a menudo Özil-, crear una superioridad y abrir la puerta a la ventaja, y si alguno de los defensores iba tras él, activaba la llegada de uno de los hombres de la segunda línea para darle profundidad al juego tanto por banda como por el centro y para mandar en la frontal sobre las segundas jugadas. En este caso, el primer tramo favorable al Arsenal sí tuvo traducción en el marcador.
El Tottenham igualó en las bandas la ventaja que Alexis Sánchez le daba al Arsenal por el carril central.
Con la desventaja a cuestas y el poso en forma de aprendizaje que dejaron los compases iniciales en el juego del Tottenham, de cara al segundo tiempo los de Pochettino dieron un paso al frente en pos de la igualada, en un impulso que convirtió a Walker y Danny Rose, por banda y ahora más arriba, en parte fundamental del discurso. En la reanudación, ambos alcanzaban zonas tan adelantadas en ataque que la marca rival que movilizaban no provenía de la línea de medios sino directamente desde los laterales, un hecho que llevó a abrirse mucho tanto a Monreal como a Bellerín en defensa, separándose, así, en exceso de sus centrales, y habilitando espacios y superioridades en el carril central para las tres referencias ofensivas interiores de los visitantes: Eriksen, Son y Kane, secundados desde atrás, a poco que la jugada reposaba, por un Dembélé venido a más.
La réplica de Wenger, en este caso, vino desde el ataque, con la entrada de Ramsey, Oxlade-Chamberlain y Giroud con tal de poblar con más jugadores la línea de tres cuartos. Sumada a la presencia de los dos primeros, la incorporación al partido del tercero terminó por alejar a Alexis de los centrales acostándolo en una banda izquierda desde la que la presencia ofensiva del lateral le brindaría libertad. En este caso y a diferencia del que aconteció en el primer tiempo, sin embargo, el cambio de guión no fue redondo, y deparó hasta la conclusión del encuentro un juego de alternativas en el que ninguno de los dos contendientes se topó con muros de contención insalvables.
Foto: Shaun Botterill/Getty Images
GiacomoGiuralarocca 7 noviembre, 2016
Chamberlain entro bien en el partido como Arda en el Etihad o Santi MIna en el Valencia-Barcelona jaja bromas a parte creo que esto es el tipico partido que un equipo si quiere ganar la Premier tiene que vencer en alguna manera.
El Arsenal creó bastante pero se va del partido con un empate y el gol llegó por un fallo del defensa del Tottenham.
Muy apretada la parte alta de la tabla en Premier, parece que de verdad este año hay 5-6 equipos que pueden ganar el campeonado, o asì parece hasta ahora.