No fue partido de tres puntos para ninguno y en esta ocasión el resultado así también lo quiso, pues Real Madrid y Villarreal formaron un encuentro caracterizado por un ritmo bajo y una igualdad constante por defecto. Le tocó llevar el peso del encuentro al conjunto de Zidane, cuyo ataque organizado resaltó sus puntuales dificultades para crear ventajas desde el primer toque y la velocidad en los pases. Su poca movilidad y la todavía lejana aclimatación de la BBC chocaron con un Villarreal que no concedió espacios ni segundas oportunidades, afianzando una defensa muy ancha sin ser castigada por cada posible pasillo.
Los primeros 45 minutos, de hecho, se explicaron muy bien bajo ese concepto. Zidane dio un paso más y otorgó uno de los interiores al colombiano James Rodríguez, quien junto a Kovacic y Kroos completó la medular que debía de encontrar al clásico tridente. El reparto de espacios rara vez fue equilibrado y las apariciones de atacantes entre las líneas amarillas fueron escasas, formándose un futbolín que en contadas ocasiones intentó romper Gareth Bale abandonando su posición de partida. La posición de Ronaldo, junto a la de Benzema, estáticos y a similar altura, tenía su repetición en Kovacic y Kroos, ambos en paralelo. Marcelo y Danilo abrían el campo y James daba, tímidamente, algo de altura al interior diestro -cambió al zurdo alrededor del 30′-. La rigidez era palpable.
El Real Madrid apenas dio ritmo y alturas a su ataque organizado
Sin jugadores entre líneas ni escalones en la construcción, cada jugador daba toques de más. Si el poseedor no encuentra líneas de pase hacia delante, el tiempo corre y el espacio que el Marcelo, sin socios para profundizarrival puede ceder, queda protegido. La falta de socios para que Marcelo arrancara con libertad penalizó mucho al líder del campeonato. Sin juntar pases y sin mezclar ni combinar, Kroos, el referente blanco para medir la altura ofensiva y la calidad de la posesión de su equipo, se quedaba sin cambio de orientación, circunstancia que deriva de la fluidez en un lado concreto para hacer bascular y así poder liberar hacia el opuesto. Por ello, el Madrid encontraba situaciones de inferioridad en cada zona del campo; apenas alguna incorporación de los laterales produjo centros al área.
Enfrente, el Villarreal se plantaba cómodo. Empezando en 4-4-2, no tardó Escribá en mandar a Cheryshev a la banda izquierda y sellar definitivamente la espalda de Dos Santos y Trigueros con un hombre por detrás de ambos. Con Bruno ajustando cualquier movimiento de un Ronaldo escaso de chispa, de un Bale intermitente y de un Benzema aún por despegar, los amarillos nunca eran girados. Cuando tenía la pelota, a pesar de no disponer de profundidad, Bruno encontró a un Trigueros, él sí, muy bien escalonado como interior zurdo disfrazado de mediapunta a la espalda de James, pivote sin balón en el 4-4-2 de Zinedine, generando un trabajo que tuvo recompensa en dos fallos encadenados de Varane y Ramos que adelantaron al submarino en el Bernabéu.
Bruno y Trigueros mostraron una enorme personalidad
La lesión de Marcelo obligó al técnico francés a abrir más a Cristiano, sin piernas ni primer paso para ser extremo y delantero, pero con el positivo efecto de ver a Kroos más acostado en la izquierda. En esas, y con el gol de Ramos nada más reanudarse, el Madrid disponía de una hora larga y un contexto favorecedor de posesión de balón en el que ajustar su mencionado futbolín del arranque. Y la decisión de Zidane fue la de buscar la banda y el remate. Lucas y Morata fueron las opciones por delante de Isco, quizás el jugador que pudo devolverle la fluidez, la continuidad y la pausa que no terminó de encontrar en el tramo final.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
roumagg 22 septiembre, 2016
Para mí la clave del empate es Kovacic, al que igual sobrevaloré al verle con Benítez. No termino de entender que Zidane priorice una y otra vez recorrido y retorno defensivo por delante de calidad. Igual yo no sé mucho de esto, pero el partido pedía un Isco por Kovacic desde el minuto 0, y la petición aumentaba con el paso de los minutos. A falta de Modric, y si un interior es James (en clara mejoría, por cierto; muy ilusionante por momentos), el otro debe ser Isco, en mi opinión, porque Kovacic no está de momento en el punto adecuado para ser el interior más retrasado. No se atreve a dar un cambio de orientación, no apoya la posesion bien, en defensa es demasiado activo y abre muchísimas puertas… Luego si tiene 10 metros para arrancar es un búfalo, pero ahora mismo no está para jugar ahí. Un Isco de Modric con James de interior estilo Ancelotti hubiera cambiado totalmente la situación. Y en los cambios vuelve a hacer lo mismo: prioriza el recorrido de Lucas por delante de Isco o Asensio, bastante más adecuados para colar el detalle con un Villarreal que estaba encerrado y solo salía por las puertas que abría Kovacic. Por último, aprovecho antes de que lleguen los comentarios con críticas a Cristiano y Benzema (que sé que los va a haber) para decir que a mí me gustaron ambos en el juego de apoyos. En evidente progresión con respecto al día del Sporting, muy precisos entre líneas y bajando a apoyar la salida con mucha frecuencia, sobre todo el portugués. Luego, es obvio que aún están cortos de ritmo para desbordar con frecuencia y que para paliarlo necesitaban de unas líneas de pase por dentro que no existieron al faltar Modric/Isco, pero no diría que fueran un problema. El problema, creo, fue que el mal posicionamiento del equipo les pedía cosas para las que aún no están, y ahí el físico de Morata compensa más a CR que Karim. Pero si este partido se juega en octubre de 2014, con un sistema que no les exigiera desbordar a dos para crear la ocasión, incluso habrían lucido.