
El Atlético de Madrid ha superado al Bayern Múnich, al Chelsea, a la Juventus y, en dos ocasiones, al Barcelona en las tres últimas ediciones de la Champions League, pero para Simeone no ha bastado. En parte, porque moriría por levantar el título y hay un rival que siempre le derrota de un modo u otro, con la frustración y la duda que ello genera, si bien existe una circunstancia que le preocupa, que le asusta, mucho más que eso.
El proyecto del Cholo se ha cimentado sobre pilares basados en el esfuerzo y el sentimiento de grupo, sobre la aceptación de que todo cuesta muchísimo. Esta identidad le ha reportado infinidad de ventajas emocionales como su conexión con la grada o el orgullo que reporta ganarse cada cosa con el sudor de la frente, pero analizado con frialdad y desde un punto de vista exclusivamente deportivo, también adolece de desventajas. El Atlético no lo dice porque ni debe ni quiere, pero cuando empiece el curso, sus objetivos serán los mismos que los del Barça y los del Madrid, y mientras que la MSN y la BBC ya arrancarán la Liga con 10 goleadas casi garantizadas sin bajarse del autobús, los colchoneros deberán remar cada semana partido a partido. Y partido a partido, uno se termina vaciando. Quizá no en lo físico, pero sí en lo mental. Sobre todo, cuando para llegar hasta la Final del torneo más deseado se debe eliminar a dos rivales de talento muy superior al propio, como sucedió en este 2016.
Simeone requiere de calidad porque necesita que su equipo descanse; Simeone busca gracia porque precisa facilitar la aventura. Y Nico Gaitán es un futbolista maravilloso que colaborará, y mucho salvo sorpresa, en desgastar la pendiente de esta cuesta tan dura.
Gaitán es un extremo izquierdo a la antigua usanza y un mediapunta de tiempos modernos. A la vez. Su dinámica de movimientos es bastante propia de lo primero, suele recibir abierto en banda con todo el beneficio tácticoGaitán es un extremo que puede hacer de «10» que ello concede a un ataque posicional (espacios), pero una vez controla la pelota, su gama de recursos es más rica que la de un especialista específico. Por supuesto tiene capacidad de desborde -si bien ha extraviado parte de su explosividad y ya no llega al segundo y al tercer regate con la frescura de sus primeros años en Portugal-, y claro que pone unos centros que en el Atlético sólo iguala Koke, pero además de esto, posee virtudes asociativas propias de un centrocampista de control. Y un pase al hueco digno de un “10” de verdad. Gaitán es un jugador sin limitaciones por lo bajo en una plantilla donde, aparte de él, nadie sabe hacer de todo. Y aunque por lo alto sí ve techos que acortan su nivel (carece de la velocidad flash de Carrasco, del dominante físico de Saúl, del casi perfecto juego sin balón de Griezmann y, en general, de cualquier virtud ultra decisiva), ser un tipo tan, tan completo y tan inteligente a la hora de exprimir su repertorio le convertirá en una herramienta de terrible practicidad para el ducho Simeone.
Su «argentinidad» le facilitará la aclimatación al exigente proyecto de Diego Pablo Simeone.
Porque lo primero que hay que apuntar es que, con Gaitán, la férrea identidad colchonera está a salvo. El sentido de unidad, el sacrificio colectivo, el trabajo en grupo… nada de eso supondrá un problema para el extremo argentino. Como ocurrió con Augusto Fernández -compatriota suyo-, Nicolás debería ser uno de los fichajes que menos tardasen en comprender qué significa el “cholismo” y cuáles son los mínimos defensivos y tácticos que toda pieza de la plantilla debe cumplir para entrar en la alineación. No es fácil encontrar futbolistas con potencial artístico que encajen de modo automático en este Atleti, y este Nico es un claro aspirante a serlo.
Y superado este previsible pero ineludible apunte, toca hablar acerca de cómo impactará su capacidad sobre el ataque rojiblanco. Tanto en el día a día, cuando el equipo se vea forzado a asumir el peso de la posesión, como en los días TOP, cuando opte por cedérsela a quien tenga más propensión a soportarla.
Para el día a día, el principal aporte de Gaitán será la autosuficiencia. En el Atlético del último año, el único futbolista habituado a crear peligro por sí mismo era Yannick Carrasco; el resto, incluyendo a la estrella Griezmann,Gaitán crea peligro por sí mismo y en equipo demandaba un trabajo colectivo previo para poder fabricar una ocasión. Y a pesar de ello, el belga no era titular, y el motivo residía en que, justamente, sus lagunas leyendo el juego reducían la calidad de ese trabajo colectivo que tan imprescindible le resultaba a los demás. Dicha circunstancia convertía a los del Cholo en un conjunto relativamente plano a menos que a Carrasco le saliese todo o que al propio técnico argentino se le ocurriese una estrategia específica que le diese mucha ventaja en un punto concreto del campo, como cuando abusó del juego aéreo de Saúl contra Alba para atacar con segundas jugadas desde allí en la vuelta de los cuartos de esta Champions. Gaitán allanará estas complicaciones porque aúna la acción individual con una comprensión de la jugada que, Koke aparte, no tiene nadie en esta escuadra.
El impacto de Gaitán sobre el contragolpe del Atlético de Madrid promete ser revolucionario.
Sin embargo, y aunque lo recién comentado represente un progreso clave en relación al pasado, donde Nico Gaitán puede desencadenar una auténtica revolución en una faceta del fútbol a la que, de modo superficial, apenas se le asocia: el contraataque. Simeone lleva peleando contra el destino un lustro porque le gusta entregar la posesión pero no ha gozado de una transición defensa-ataque que se haya acercado en ningún momento al TOP 5 europeo. Quizá, ni siquiera al TOP 10. La tentación cuando esto sucede es mirar arriba y denunciar al “9”, y a fe que es cierto que sólo el mejor Diego Costa quedó exento de responsabilidad en esta vicisitud, pero la parte trasera también tenía lo suyo: el Atlético carecía de lanzadores. Ni había un gran pasador que despegara las contras con precisión, rapidez y claridad ni tampoco un conductor que recibiera la bola atrás y la llevase hasta arriba con la frecuencia suficiente como para considerarlo como parte de un plan. Y Nico Gaitán aporta las dos cosas. Aunque cueste dar el siguiente titular, el punto de inflexión que simbolizará el argentino consistirá en aproximar el contragolpe del Atleti al nivel que este proyecto, que esta hoja de ruta, lleva exigiendo desde su nacimiento.
Simeone continúa perfilando su propuesta y cada curso cuenta con más pistas, con mayor información sobre lo que requiere su trabajo para alcanzar el objetivo definitivo. Sólo falta que la mochila que carga con todo el esfuerzo ya acumulado no supere a la ilusión de mirar hacia delante antes de que se levante la ansiada Copa de Europa.
Foto: PATRICIA DE MELO MOREIRA/AFP/Getty Images
sobris 27 julio, 2016
Claro, firmo debajo del artículo. Gaitan va a ser el día a día, o eso espero yo, porque las grandes noches están reservadas para la pizarra del Cholo por encima de cualquier individualidad.
A final de temporada, al Atlético se le atascaron partidos como contra el Sporting o el Levante que le podrían haber acercado a la 1 plaza, simplemente porque estaba más centrado en la Champions que en otra cosa, además del cansancio y de esa sensación de que al Atlético, como bien decís, todo le cuesta, mientras que la mayoria de estos partidos para Madrid o Barça sean puros trámites. Esto es lo que tiene que resolver Gaitan, tiene que poner esa calidad diferencial que haga ganar partidos para que el Atlético no tenga que jugar al 100% (físicamente y mentalmente) todos sus partidos, pueda rotar mas y pueda llegar fresco a los momentos importantes.